La Santa Biblia - Tomo III. Johannes Biermanski
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A principios del siglo IV el emperador Constantino expidió un decreto que hacía del domingo un día de fiesta pública en todo el Imperio Romano. (Véase el Apéndice.)
EL Apéndice: EDICTO DE CONSTANTINO. - La ley dada por Constantino el 7 de marzo del año 321 de J. C., relativa al día de descanso, reza como sigue:
"Que todos los jueces, y todos los habitantes de la ciudad, y todos los mercaderes, artesanos descansen el veneralbe día del sol. Empero que los labradores atiendan con plena libertad al cultivo de los campos; ya que acontece a menudo que ningún otro día es tan adecuado para la siembra del grano o para plantar la viña; de aquí que no se deba dejar pasar el tiempo favorable concedido por el cielo." - "Codex Justinianus," lib. 3, tit. 12, pár. 2 (3).
"Descansen todos los jueces, la plebe de las ciudades, y los oficios de todas las artes el venerable día del sol. Pero trabajen libre y lícitamente en las faenas agricolas los establecidos en los campos, pues acontece con frecuencia, que en ningún otro día se echa el grano a los surcos y se plantan vides en los hoyos más convenientemente, a fin de que con ocasión del momento no se pierda el beneficio concedido por la celestial providencia." Código de Justiniano, lib. 3, tit. 12, pár. 2 [3] (en la edición, en latín y castellano, por Gracía del Corral, intitulada Cuerpo del derecho civil romano: tomo 4, pág. 333, Barcelona, 1892).
El original en latín se halla además en J. L. v. Mosheim; "Institutionem Historiae Ecclesiasticae antiquioris et recensioris," sig. 4, parte 2, cap. 4, sec. 5, y en otras muchas obras.
El Diccionario Enciclopédico Hisp.-Amer., art. Domingo, dice:
"El emperador Constantino, en el año 321, fue el primero que ordenó una rigurosa observación del domingo, prohibiendo toda clase de negocios jurídicos, ocupaciones y trabajos; unicamente se permitía a los labradores que trabajaran los domingos en faenas agrícolas, si el tiempo era favorable. Una ley posterior del año 425 prohibió la celebración de toda clase de representaciones teatrales, y finalmente en el siglo VIII se aplicaron en todo su rigor al domingo cristiano las prohibiciones del Sábado judaico."
El día del sol fue reverenciado por sus súbditos paganos y honrado por los cristianos; pues era política del emperador conciliar los intereses del paganismo y del cristianismo que se hallaban en pugna. Los obispos de la iglesia, inspirados por su ambición y su sed de dominio, le hicieron obrar así, pues comprendieron que si el mismo día era observado por cristianos y paganos, éstos llegarían a aceptar nominalmente el cristianismo, redundando esto así en beneficio del poder y de la gloria de la iglesia. Pero al par que muchos cristianos piadosos fueron poco a poco inducidos a reconocer el domingo como día un tanto sagrado, ellos no dejaban de considerar el verdadero Sábado como el día santo de YAHWEH y lo observaban en cumplimiento del cuarto mandamiento.
Pero no paró aquí la obra del jefe engañador. Resolvió también reunir al mundo cristiano bajo su bandera y ejercer su poder por medio de su vicario, el orgulloso pontífice, que pretendía ser el representante de Cristo / del Mesías. Realizó su propósito valiéndose de paganos semiconvertidos, de prelados ambiciosos y de eclesiásticos amigos del mundo. Convocábanse de vez en cuando grandes concilios, en que se reunían los dignatarios de la iglesia de todas partes del mundo. Casi en cada concilio el Sábado que YAHWEH había instituido era deprimido cada vez más en tanto que el domingo era exaltado en igual proporción. Así es cómo la fiesta pagana vino a ser honrada como institución divina, mientras que el Sábado de la Biblia fue considerado como reliquia del judaísmo y su observancia declarada maldita.
El gran apóstata logró ensalzarse a sí mismo "sobre todo lo que se llama Dios/Elohim, o que es objeto de culto." (2Tesalonicenses 2:4.) Se había atrevido a alterar el único precepto de la ley divina que señala de un modo infalible a toda la humanidad al Dios viviente y verdadero. En el cuarto mandamiento YAHWEH es dado a conocer como el Creador de los cielos y de la tierra y distinto por lo tanto de todos los dioses falsos. Fue como para conmemorar la obra de la creación para lo que se santificó el día séptimo como día señalado de descanso para el hombre. Fue designado para que el Dios viviente estuviese siempre presente en la mente de los hombres como fuente de toda ser y objeto de reverencia y adoración. Satanás se esfuerza por disuadir a los hombres de que se sometan a Dios y obedezcan a su ley; por eso dirige sus golpes especialmente contra el mandamiento que presenta a Dios como al Creador.
Los protestantes alegan entonces que la resurrección del Mesías en el domingo convirtió a dicho día en el día del Señor. Pero las Santas Escrituras en nada confirman este modo de ver. Ni el Mesías ni sus apóstoles confirieron semejante honor a ese día. La observancia del domingo como institución cristiana tuvo su origen en aquel "misterio de iniquidad" (2Tesalonicenses 2:7) que ya había empezado ya a entrar en acción en los días de S. Pablo. ¿Dónde y cuándo adoptó el SEñor {Yahshua} a este hijo del papado? ¿Qué razón válida puede darse en favor de un cambio que las Santas Escrituras no sancionan?
En el siglo sexto el papado concluyó por afirmarse. El asiento de su poder quedó definitivamente fijado en la ciudad imperial, cuyo obispo fue proclamado cabeza de toda la iglesia. El paganismo había dejado el lugar al papado. El dragón dio a la bestia "su poder y su trono, y grande autoridad." (Apocalipsis 13:2; véase el Apéndice.)
EL Apéndice: FECHAS PROFÉTICAS. - Los hechos históricos y cronológicos relativos á los períodos proféticos de Daniel 8 y 9, inclusas muchas prubas evidentes que indican de modo indubitable que fué el año 457 ant. de J. C. la fecha exacta desde la que deben empezar á contarse estos períodos proféticos, han sido expuestos con claridad por muchos investigadores de la profécia. Véase Stanley Leathes, “Old Testament Prophecy,” conferencias 10, 11 (Conferencias de Warburton para 1876-1880); W. Goode, “Fulfilled Prophecy,” sermon 10, inclusive Nota A (Conferencia de Warburton para 1854-1858); A. Thom, “Chronology of Prophecy,” págs. 26-106 (Londres, 1848); Sir Isaac Newton, “Observations upon the Prophecies of Daniel, and the Apocalypse of St. John,” cap. 10 (ed. de Londres, 1733, págs. 128-143); Uriah Smith, “Thoughts on Daniel and the Revelation,” parte 1, caps. 8, 9; L. R. Conradi, “Los videntes y lo porvenir,” parte 1, caps. 8, 9 (págs. 129-179). En cuanto á la fecha de la crucifixión, véase W. Hales, “Analysis of Chronology,” tomo I, págs. 94-101; tomo III, págs. 164-258 (segunda ed. de Londres, 1830).
Entonces empezaron a correr los 1260 años de la opresión papal predicha en las profecías de Daniel y en el Apocalipsis. (Daniel 7:25; Apocalipsis 13:5-7.) Los cristianos se vieron obligados a optar entre transigir en desmedro del la integridad de su profesión de fe y aceptar el culto y las ceremonias papales, o pasar la vida encerrados en los calabozos o morir en el tormento, en la hoguera o bajo el hacha del verdugo. Entonces se cumplieron las palabras de Yahshua: "Seréis entregados aun de vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y matarán a algunos de vosotros. Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre." (S. Lucas 21:16, 17.) La persecución se desencadenó sobre los fieles con furia jamás conocida hasta entonces, y el mundo vino a ser un vasto campo de batalla. Por centenares de años la grey [asamblea] del Mesías no halló más refugio que en la reclusión y en la obscuridad. Así lo dice el profeta: "Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar aparejado de Elohim (D-os), para