Ejército de Liberación Nacional (ELN). Historia de las ideas políticas (1958-2018). Carlos Medina Gallego

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Ejército de Liberación Nacional (ELN). Historia de las ideas políticas (1958-2018) - Carlos Medina Gallego

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mueren Salvador y Sergio, “al introducirse en una casa sin desarrollar ninguna rutina de vigilancia previa”.

      El grupo grande procura conservar la dirección trazada cada vez que el terreno y las condiciones se lo permiten, no obstante, la situación empeora, la alimentación es deficiente y el esfuerzo físico es cada vez mayor. Se cuenta con buen armamento y existe bastante material bélico, especialmente explosivos, pero no cargan cable ni pilas, y la mayoría de integrantes del grupo no sabe usarlos. El 9 de septiembre llegan cerca al río Nechí, en la quebrada de Usurá frente al Cedro. Allí se decide acampar por unos días, con el objeto de buscar aprovisionamiento y de tratar de contactar el grupo de Manuel que estaba también sobre el Nechí. Para ese momento el grupo grande cuenta con 49 guerrilleros, de los cuales 10 se contaban en el grupo de los “desmoralizados”, a quienes una comisión de 20 guerrilleros debía vigilar. La posición de Antonio Vásquez frente a esta situación era la de cruzar el río Nechí y mandar a ese pequeño grupo para la casa, pues representaban un problema grave para el conjunto de la columna guerrillera.

      En septiembre, los operativos del ejército habían avanzado considerablemente, se tenía concentrada tropa en sitios estratégicos establecidos, basándose en el estudio de la información que se poseía de la zona, y de los desertores en relación con el desplazamiento del grupo. La guerrilla, por su parte, no tenía ningún tipo de información sobre el movimiento de la tropa, pues carecía de un campesinado organizado en capacidad de hacer labores de inteligencia, o por lo menos de proporcionar información, sobre los patrullajes del ejército.

      Antonio localizó el campamento en un filo que envolvía la quebrada y desde el cual se podía contemplar el otro lado; ubicó la posta cerca de este y doble. La situación interna y el abastecimiento eran la preocupación central. De ahí que no se establece un plan de emergencia, ni se adelanta el proceso de moralización de la tropa para el combate, el cual podía, como efectivamente ocurrió, iniciarse en cualquier momento.

      Al día siguiente de su llegada a ese sitio, el ejército descargó tropa con los helicópteros delante de ellos donde había territorio descubierto, y el 11 de septiembre a las 4:30 pm, se iniciaron los combates. Los militares sorprendieron a la guardia, la cual estaba compuesta por un pequeño grupo de solo tres guerrilleros, quienes estaban a cargo de contener el ataque, mientras los demás estaban en las rutinas diarias del campamento, relacionadas con recoger leña y cocinar. En el repliegue guerrillero se fueron quedando equipos y provisiones145.

      El 16 de septiembre, el grupo de Antonio llega a un sitio en el que se puede cruzar el río Nechí, al encontrarlo manso y bajito; no obstante, se decide esperar dos guerrilleros que se quedaron atrás, tratar de recuperar provisiones, sorprender al ejército en una emboscada y buscar información sobre la localización del grupo de Manuel (ELN, “Anorí: lección histórica”. Testimonio de los sobrevivientes, 1978, p. 40). Entre el 17 y el 20 de septiembre se presentaron permanentes enfrentamientos con bajas de parte y parte; la guerrilla avanzaba con un grupo de protección, pero sin ninguna posibilidad de contraatacar. El 20 muere en enfrentamiento “Noé”, el segundo responsable en el grupo de Manuel Vásquez, al día siguiente se encuentran los grupos de Manuel y Antonio. La zona es en extremo desfavorable para la guerrilla y no les queda otra opción que tratar de cruzarla para salir del cerco; en ese intento, sufren el peor golpe de todo el operativo Anorí: en un solo combate mueren 6 guerrilleros y 10 son capturados. Durante los días siguientes, la guerrilla va perdiendo poco a poco sus hombres, entre ellos, el 17 de octubre, a Pedro Antonio Niño, “el tío Efrén”, el encargado del grupo de protección.

      Con la muerte de los hermanos Vásquez Castaño146, prácticamente los operativos de Anorí llegan a su fin. Pese a lo anterior, el ejército siguió realizando patrullajes en la búsqueda de lo que se consideraban los últimos reductos de la organización guerrillera. En el grupo de “Alonso”, se produjo la captura del segundo responsable, “Nelson”, quien terminó de informante de los militares. “Alonso” murió tratando de recuperar el arma de un soldado que estaba herido y al cual creía muerto. De los guerrilleros que quedaron dispersos en la zona del operativo, solo algunos lograron romper el cerco con ayuda de los campesinos, los demás fueron capturados y muchos de ellos asesinados después de su captura.

      El ELN, en el balance que hace de los enfrentamientos de Anorí, señala la realización de 39 combates, con 178 bajas entre oficiales, suboficiales y soldados y, más de cuatrocientos heridos, por parte del ejército. La guerrilla tuvo 27 bajas en los dos meses de combates de agosto a octubre, un gran número de capturas y de deserciones.

      El ELN: balance del periodo 1966-1974

      En el periodo comprendido entre 1966 y 1974, el ELN ve reducirse aceleradamente sus fuerzas, como consecuencia de los operativos militares desarrollados por el ejército. El cuerpo de la guerrilla es diezmado en un 70 %, las muertes de los guerrilleros, se acompañan de capturas y deserciones y de una disminución de la moral de combate.

      A las dificultades que están atravesando en el campo militar, la Organización, en este periodo de menos de una década, tiene que afrontar las crisis políticas internas, las cuales resuelve, generalmente, por la vía militar, eliminando las contradicciones internas a través de “consejos de guerra revolucionarios”, y fusilamientos, o mediante el incremento de los operativos militares, con la idea que en el desarrollo de la guerra y obteniendo resultados, se van resolviendo en la práctica las contradicciones políticas.

      El ELN convierte en principio la lucha política abstencionista y mantiene la doble negativa de no partido, no elecciones. Para el ELN, este periodo esta caracterizado como de auge militar y contradicciones internas, contiene una serie de acontecimientos y desarrollos organizativos que sería necesario puntualizar para hacerse a una valoración más objetiva de esta etapa de la historia de esta organización, en los aspectos político-ideológicos, organizativos y militares.

      Un balance de este periodo para el ELN, en los aspectos político-ideológicos, señala que la contradicción fundamental sigue siendo la primacía de lo militar sobre lo político y el fortalecimiento de lo rural sobre lo urbano. Esto se sustenta desde una perspectiva de guerra revolucionaria, que no logra desprenderse aún de la concepción foquista, a pesar de que se mueve en el discurso de la guerra popular prolongada. Sobre la base de lo anterior, durante este periodo la Organización logra crecer y fortalecer su aparato militar, pese a las contradicciones y a los conflictos internos, en un proceso que podría definirse como de crecimiento cuantitativo sin desarrollo cualitativo.

      La historia del ELN se dirige en estos años, más hacia su interior, hacia la solución de contradicciones políticas, las cuales se aplazan indefinidamente —a las que se les suele dar salidas militares, cuando lo que están demandando son salidas políticas (transformaciones en la concepción de la lucha revolucionaria, en el contexto de una realidad histórica como la colombiana)— y, por otro lado, al tratamiento de deficiencias militares que se ocultan cuando son de los responsables de la Organización y se sancionan ejemplarmente cuando están articuladas a conflictos políticos o provienen de la base guerrillera.

      Al asumir rígidamente los principios que dieron origen al proyecto guerrillero sin profundizar en ellos en el contexto específico de la sociedad colombiana, de su cultura y de sus conflictos, se fue incurriendo en prácticas que lejos de fortalecer cualitativamente a la Organización, preocupación de Víctor Medina Morón y Manuel Vásquez en distinta época y concepción, la fueron erosionando políticamente, en un proyecto cuyo cuerpo crecía pero cuya cabeza se hacía cada vez más pequeña y unilateral.

      Esta situación, en la práctica, aleja al ELN del movimiento de masas y de los conflictos sociales y políticos de los sectores populares, en la medida en que la Organización, metida en sus propios conflictos internos, tiene serias limitaciones para consultar y explicar las condiciones del desarrollo

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