Ejército de Liberación Nacional (ELN). Historia de las ideas políticas (1958-2018). Carlos Medina Gallego

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Ejército de Liberación Nacional (ELN). Historia de las ideas políticas (1958-2018) - Carlos Medina Gallego

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cuyos afectos al proyecto guerrillero estaban mediados por sus tradiciones políticas y culturales137, permitió detectar la presencia de la columna de los hermanos Vásquez, e iniciar el proceso de movilización de tropa y el cercamiento del área.

      En la versión que da el ELN, sobre este aspecto, no solo realza la participación de asesores norteamericanos en el estudio y diseño de los operativos, sino que además compromete en ellos a casi la totalidad de las fuerzas armadas existentes en el centro, oriente y norte del país138.

      Es posible que la fuerza militar desplegada por parte de las Fuerzas Armadas de Colombia, no haya sido de la magnitud que lo presenta el ELN, o por lo menos, que en el combate el contingente de recursos humanos haya sido menor. No obstante, plantearse una acción de envolvimiento militar de una área del tamaño en que se desarrolló la Operación Anorí, demanda indudablemente de un esfuerzo compartido de muchas unidades de combate, y de la movilización de grandes recursos humanos y logísticos, para operar y controlar en el área con las características geográficas y sociales de esa región139.

      Una vez ubicada la columna guerrillera dentro de la zona, se inicia la movilización rápida de las tropas utilizando la carretera que une a Medellín con Yarumal; el ferrocarril de Medellín-Puerto Berrío; el transporte fluvial del río Nechí y, el transporte aéreo, haciendo uso del aeropuerto de Amalfi y de helipuertos construidos en Anorí, Zaragoza, Campamento, Támara y Tamí.

      Localizada la tropa en la zona se inicia el censo y control de la población en los municipios y corregimientos de Anorí, Amalfi, La Ceja, El Tigre, Santa Isabel, Remedios, Segovia, Zaragoza, Tamí, Támara, Otú, Cedeño y El Pato. Se establece un estricto control sobre todas y cada una de las pertenencias de los campesinos (vestuario, herramientas, drogas, animales domésticos, cultivos); se confiscan las armas de cacería y se detiene un gran número de sospechosos de auxiliar a la guerrilla140.

      Las prácticas de represión se descargaron sobre una población que quedó atrapada en la mitad de un conflicto que le era en gran medida ajeno a su dinámica de desarrollo social, económico y cultural, la cual distaba mucho de estar en guerra. A decenas de pobladores de las veredas se les sometió a interrogatorios extenuantes, a torturas y a confinamientos en campos de reclusión, donde fueron detenidos por tiempo indeterminado sin importar la edad, el sexo o el estado de salud. Cuando la más leve sospecha de colaboración con la guerrilla aparecía sobre algún poblador, se descargaba sobre él toda la barbarie represiva de la institución castrense manifiesta, no solo en intensos interrogatorios y permanente intimidación y tortura, sino en su ejecución física y la utilización de su cuerpo para escarmiento de la población. En muchas ocasiones humildes campesinos fueron arrojados desde los helicópteros o fueron despedazados contra las copas de los árboles colgados de una pierna (ELN, Testimonios, 1974-5).

      La campaña de propaganda que acompañó la operación se desarrolló a través de volantes en donde aparecen las fotografías de algunos dirigentes guerrilleros, entre ellos la de Fabio Vásquez, por quien se llegó a ofrecer un millón de pesos en la época de la muerte de Camilo Torres. No obstante, tal vez lo más relevante de esta campaña es hacer aparecer, ante los medios de comunicación, como grandes victorias del ejército, el asesinato de campesinos a quienes se les presentaba como guerrilleros, y el de ocultar ante la población sus propias bajas141.

      Durante el mes de agosto de 1973, la columna guerrillera comenzó a detectar los patrullajes del ejército en la zona. La dirección del grupo se reunió, evaluó la situación y planeó el trabajo a seguir inmediatamente. Aún no se sabía de la magnitud del operativo que se les venía encima, aunque sí se sentía preocupación por el crecimiento de las actividades de patrullaje del ejército en una región que se suponía menos congestionada de fuerza militar.

      Manuel Vásquez trazó el plan a seguir para los desplazamientos del grupo y los enfrentamientos con el ejército, subdividió el grueso de la columna guerrillera en tres grupos o comisiones: un primer grupo de 10 hombres, bajo la responsabilidad de “Alonso”142, procuraría entrar en confrontación con el ejército en la zona del río Anorí hacia el Porce, con el compromiso de que a los veinte días alcanzaría los otros dos grupos, siguiendo la misma ruta que estos iban a recorrer y a través de los enlaces que se le fuera dejando. La idea era distraer el ejército para permitirle al grueso del grupo salir a encontrarse con Fabio. Un grupo de 13 hombres conducido por Manuel Vásquez; en el que también marcharía “Noé”, se dirigiría hacia el occidente, con la intención de salir a Puerto Valdivia, donde debía organizarse la toma de ese pueblo y luego de hacerlo, situarse al otro lado de la carretera. El tercer grupo de 51 hombres, tenía como primer responsable a Antonio Vásquez, era el grupo más pesado para desplazarse por su tamaño. Esa columna debía seguir la misma ruta del segundo, pero en forma más lenta, utilizando como guía los enlaces que iba dejando en el camino Manuel. La idea era que fueran desarrollando trabajo político o al menos influenciando el área y aprovisionándose.

      El plan propuesto por Manuel y aprobado por la dirección de la columna guerrillera, tomó en consideración las experiencias tenidas anteriormente en otras zonas, en las que el conocimiento de estas era relativamente escaso: transitarlas manteniendo la clandestinidad y apoyándose en los pocos campesinos que cumplían con la tarea de aprovisionar a la guerrilla143. Hacerlo en pequeños grupos y, tener en cuenta las opiniones de los campesinos de Amalfi, que habían puesto de presente a la guerrilla la poca receptividad política de los campesinos de Anorí en relación con el proyecto de lucha armada revolucionaria.

      El plan comienza a desarrollarse el 8 de agosto, en el lugar en que se encontraban reunidos se queda el grupo de Alonso, mientras los grupos de Manuel y Antonio Vázquez empiezan a desplazarse marchando juntos hasta atravesar el río Anorí y encontrar, en el camino que sigue el río hacía El Charcón, un aprovisionamiento que les permite llenar suficientemente todas las mochilas. El 11 de agosto, conforme a lo planeado, el grupo de Manuel se desprende y marcha adelante. Tres días después el grupo de Antonio se entera que de la comisión que iba marchando adelante a cargo de Manuel, Arnoldo, quien había sido incorporado hacía pocos días en el río Tinita, deserta a hora y media de Anorí, entregándose al ejército y proporcionándole toda la información que poseía sobre la situación y los desplazamientos de la guerrilla144.

      El mes de agosto transcurrió en medio de crecientes dificultades para la guerrilla; la comida se fue agotando, se hizo más difícil el aprovisionamiento, lo que obligó a recurrir a los pocos productos que la región podía proporcionar, especialmente panela, maíz y animales. Dadas las particulares condiciones geomorfológicas y climáticas de la región, el desconocimiento del terreno y el tamaño del grupo, la marcha se hizo pesada y lenta, porque era necesario hacer exploraciones previas y desplazarse en las horas de la noche en las zonas donde el terreno era descubierto, pero donde era cerrado y se podía marchar de día, la vegetación tupida obligaba a construir trocha, lo que detenía igualmente la marcha.

      Esta situación se vio empeorada por tres elementos adicionales: por una parte, a la adversidad y el desconocimiento del terreno se sumó la temporada de invierno que fue cruda e hizo la zona, que es fría, mucho más invivible para una guerrilla proveniente de tierras bajas y cálidas. Por otra parte, los campesinos que comenzaron a encontrar se mostraron miedosos y renuentes a colaborar, incluso en la venta de comida y animales, para lo cual buscaron todos los pretextos a su alcance para no hacerlo y, por último, internamente, la situación de desmoralización de algunos integrantes fue en crecimiento; comenzaron a perderse los bienes colectivos de la guerrilla (como la panela), a disminuir el paso de la marcha, con el objeto de madurar las deserciones, lo que obligó a mantenerles vigilancia permanente.

      En este desarrollo de los acontecimientos, septiembre es un mes definitivo para el desarrollo de la Operación Anorí, la situación general del grupo es de extrema dificultad y comenzando el mes desertan dos hermanos (Miro y Euclides), quienes se entregan al ejército y le proporcionan toda la información que poseen. Con ella, los militares comienzan los procesos de mayor cercamiento del área,

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