Ecografía musculoesquelética (Color). Ramón Balius
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En 1991 llegó a mis manos el primer libro de Ecografía Musculoesquelética. Su título era Ecografía Músculo-Tendinosa, y sus autores eran E. Lefebvre y L. Pourcelot, de la Facultad de Medicina de Tours (Masson S.A. Paris, 1991). Dicho libro estaba prologado por el Dr. Ramon Balius Juli, prestigioso cirujano y traumatólogo del Hospital Clínico de Barcelona y Profesor de la Escuela de Medicina de la Educación Física y el Deporte de la Universidad de Barcelona. La traducción, del francés al castellano, fue realizada por el Dr. Ramon Balius Matas, especialista en Medicina de la Educación Física y el Deporte. Me tomo la libertad de pensar lo que pasaría por las mentes de los Drs. Balius (padre e hijo) en aquellos años, cómo debieron vivir la sensación íntima de “felicidad científica“, sensación personal e intransferible que sentimos a veces los médicos, debida a que por fin estaban ante un nuevo método que les permitía explorar las “desconocidas partes blandas“. En este sentido, quiero resaltar la visión de presente-futuro que expone el Dr. Balius Juli en el prólogo de ese libro con frases que paso a citar textualmente: “La patología músculo-tendinosa ha ocupado un lugar poco relevante en los tratados de Cirugía. Últimamente ha cobrado especial importancia como consecuencia de que, en la actividad deportiva, músculo y tendón son, con mucho, las estructuras del aparato locomotor que se lesionan con mayor frecuencia. Hasta hace pocos años, esta patología carecía de una técnica de exploración que permitiera objetivar los hallazgos clínicos y confirmar las hipótesis diagnósticas. La ecotomografía nos ha proporcionado esta necesaria herramienta de trabajo.”
Creo que la visión de futuro y esfuerzo personal que realizaron los Drs. Balius transmitiendo acto seguido esta importante información sobre ecografía al resto de sus colegas médicos en nuestro país marca un antes y un después que ha contribuido de forma muy notable al desarrollo científico de esta aún hoy relativamente nueva especialidad de la Medicina Deportiva.
Desde aquí emplazo a los coordinadores de este libro para coordinar nuevos libros sobre ultrasonidos en patología del deporte, pues pienso que no sólo tienen su cabeza muy bien amueblada sino que poseen rigor y autoridad científica suficientes. También es cierto que es muy necesario aclarar muchos conceptos clínico-ecográficos, y de estos textos sólo pueden salir beneficios para los futuros pacientes.
Finalmente, doy las gracias a los editores por haberme dado la oportunidad de presentar este libro, y al mismo tiempo les deseo un gran éxito de lectores que recompense su gran ilusión y esfuerzo.
Guillermo Álvarez Bustos
Servicio de Diagnóstico por la Imagen.
Hospital Carlos Haya. Málaga
PRINCIPIOS
La ecografía diagnóstica se basa en la obtención de imágenes del cuerpo humano a partir de los ultrasonidos (sonidos a frecuencias superiores a las audibles, >20 kHz) que se reflejan en los tejidos, tras incidir sobre éstos un haz de ondas de sonido, normalmente entre 2 y 12 MHz. La ecografía permite el estudio de los tejidos del cuerpo humano de forma inocua y no invasiva.
El sonido se transmite a través de la materia, a diferentes velocidades en función del tipo de estructura con que interacciona. Cuando el sonido cambia de velocidad sufre fenómenos de refracción y reflexión, como cualquier onda. El sonido reflejado por una interfase tisular indica su posición; el análisis mediante hardware de estas ondas de reflexión permite crear una imagen.
HISTORIA
Las aplicaciones médicas de los ultrasonidos se desarrollaron a partir de la Segunda Guerra Mundial. Dussik (1942) fue el primero que propuso usar los ultrasonidos como método diagnóstico. Howry (1952) grabó su primer corte ultrasonográfico con una cámara de 35 mm y publicó los primeros estudios de tejido humano mediante ecografía, estudios en blanco y negro puros. La aplicación de la tecnología informática permitió la obtención de la imagen en una escala de grises (Kossoff, 1974) y en tiempo real (1980); ello hizo el aprendizaje de la técnica más asequible. A finales de la década de 1980, el desarrollo de transductores y maquinaria incrementa de manera notable la resolución espacial, permitiendo el estudio de los tejidos musculares y tendinosos. El desarrollo de los cristales piezoeléctricos (capaces de convertir una señal eléctrica en una vibración, y viceversa) y el aumento de capacidad de los ordenadores han hecho de los equipos de ultrasonidos una tecnología eficaz para obtener y almacenar imágenes.
CONCEPTOS
A continuación enumeramos algunos conceptos básicos para comprender la técnica ecográfica no sólo la aplicada al aparato locomotor sino también para la ecografía en general.
Imagen
El comportamiento de las distintas estructuras ante un haz de sonido dará una imagen rica en ecos (hiperecogénica) si se trata de una interfase muy reflectante, o muy pobre en ecos (hipoecogénica) cuando se trate de una interfase tisular poco reflectante. Entre ambos extremos hallaremos diferentes tonalidades de la escala de grises relativos que permitirán discriminar entre estructuras.
Frecuencia
En ecografía musculoesquelética se trabaja entre 5 y 15 MHz. La resolución mejora al realizar el estudio con altas frecuencias, aunque con el uso de éstas disminuye la penetrabilidad. Para estudiar estructuras superficiales se usan frecuencias elevadas (12 a 15 MHz) y para estudiar estructuras profundas trabajamos con frecuencias intermedias-bajas.
Transductores
Consisten en carcasas herméticas que contienen los cristales piezoeléctricos (capaces de emitir el haz sónico y recoger el haz reflejado transformándolo en señal eléctrica para generar una imagen). Existen dos tipos de transductores: sectoriales y lineales. En los sectoriales, el haz ultrasónico se emite de forma radial, mientras que en los lineales la emisión es en paralelo. En ecografía musculoesquelética se trabaja con transductores lineales. Estos transductores permiten alinear