La potencia del talento no mirado. Carlos March
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«Vimos y vivimos muchas cosas, muchos fracasos. Aprendimos que, cuando algo no funciona en el plano social, el sistema se resetea y, al tiempo, vuelve a hacer lo mismo, ya sea porque empieza un nuevo gobierno o porque aparece una nueva ONG en el escenario. Frente a ese contexto, intuíamos que, una vez más, lo que proponían nuevos actores no iba a funcionar porque ya lo habíamos vivido. Eso nos motivó a experimentar con algo distinto».
«La primera validación que nos indicó que íbamos por buen camino fue un cliente que nos dijo que le había servido lo que hicimos. Del otro lado, lo escuchaba el pibe que lo había hecho por primera vez, y eso lo empoderó a él y nos empoderó a nosotros. Así, fuimos ampliando y complejizando los servicios. Nosotros sabíamos que los servicios funcionan cuando se presta efectivamente ese servicio. Porque, cuando vos te la creíste, otros te creen. De eso no teníamos duda».
Mariano Sciutto, un gran conocedor del mercado TI y del outsourcing, colaboró con Arbusta desde los inicios, tanto definiendo temas relacionados con operaciones como con el área comercial. Y así recuerda los primeros pasos: «Desde un inicio asegurábamos que el conocimiento siempre fluyera y no quedara estanco en una sola persona. Para eso trabajamos en equipos que llamamos “células”. Esto nos sacaba del modelo tradicional del mundo tecnológico que generalmente ofrece “personas” para establecer un modelo donde nosotros aseguráramos un pack de horas mensuales de servicio a ser brindado por una célula de trabajo. Era un modelo diferente, lo probamos y empezó a funcionar. Salimos a buscar contactos comerciales en las locaciones donde estábamos. Clientes que nos fueron dando experiencia y nuestro propio sustento, la posibilidad de sostener el negocio con nuestro propio ingreso y no necesitar el continuo aporte económico de Njambre. Un punto de inflexión importante fue la llegada de una empresa muy grande como MercadoLibre a nuestra cartera de clientes. Tenía un proyecto muy importante: construir un catálogo de productos. Nos permitió armar un equipo de más de 100 personas trabajando y empezar a mirar a Arbusta no por sites o por regiones, sino empezar a analizarla desde el delivery, desde la capacidad necesaria para ese delivery, logrando el mejor blend de equipos. Esa oportunidad nos permitió empezar a crecer nuevamente, dar otro salto y llegar a clientes de otro porte y comenzar a tomar proyectos con mayor cantidad de horas mensuales, como por ejemplo Disney, quienes entendían que el modelo estaba probado y que Arbusta era ya una empresa que podía darles esos servicios de testing de software y de calidad de datos».
Arbusta está basada en la fuerza de la posibilidad y en el enorme potencial de millones de jóvenes en el mundo que no están siendo mirados. En América Latina hay 22 millones (el 75 % son mujeres) que no estudian ni trabajan, y que buscan oportunidades. Esto funciona como una motivación para tratar de convertir la tecnología en una herramienta para darle visibilidad a esa inmensa cantidad de jóvenes, y permitir que, así, se conecten con su potencial y sean ellos mismos los que lo puedan contar al mundo, no ya como una anécdota acotada del presente, sino como un escenario de cambio sistémico hacia el futuro. Cada vez que ellos prestan un servicio tecnológico de excelencia, se crean las condiciones para que el sistema cambie.
La génesis
«Arbusta es esa mirada que está faltando porque, cuando hay alguien que te mira, te habilita a desarrollar tu potencial para conectar de una manera diferente un sistema que no funciona. Es necesario poder acercar, unir y recombinar dimensiones que no se miran. Desde Njambre y, en este caso, desde Arbusta, nos sentimos cómodos creando condiciones en cualquier espacio. Tenemos la capacidad para entender dónde está el potencial de cada uno y la destreza para juntarlo. La empatía te permite ser intérprete. Y la posibilidad de construir contextos favorables depende en gran medida de la capacidad de interpretar realidades diversas que, en general, están desconectadas», reflexiona con contundencia el trío fundador.
Njambre no explica a Arbusta pero contextualiza su origen, dado que nace en el seno de este espacio creado para desarrollar empresas y acompañar organizaciones que buscan la transformación social o ambiental a partir de un abordaje de mercado.
«Provocamos oportunidades que crean poder». Así se presenta el espacio que, entre otras iniciativas y emprendimientos, anidó en sus comienzos a Arbusta y la acompañó hasta que tuvo vuelo propio. «Los formatos, el cómo nos definimos y de qué manera lo hacemos, fue modificándose a lo largo de nuestro camino, así como fuimos cambiando nosotros mismos. Una sola cosa nunca cambió: creemos profundamente en el poder de transformación de estos modelos y nuestra intención es que existan en el mundo más y mejores empresas de impacto. ¿Cómo lo hacemos? Eso irá cambiando para ajustarse a las necesidades del mundo», cuenta Milagro Pereyra Iraola3.
Creada en 2012, Njambre se propuso generar sinergia a partir de ensamblar innovación con emprendimiento e impactos positivos en lo social y/o ambiental. La mirada de la posibilidad, los escenarios de abundancia, la innovación y la tecnología son los pilares en los que se asienta su trabajo. Para eso, vislumbra la oportunidad en personas, organizaciones y recursos que habitualmente no son mirados y, a partir de ahí, diseña o promueve modelos en los que el impacto no sea un medio ni un fin, sino parte del ADN del negocio.
Njambre se mueve a partir de la convicción de que es posible crear modelos de organizaciones que permiten el acceso a condiciones que mejoren la calidad de vida de las personas a las que involucra, habilitando en ellas libertad y autosoberanía. Además, entiende que, para innovar, es necesario combinar saberes, experiencias y trabajo colaborativo, y encuentra en los modelos de negocios la mejor forma de escalar una solución.
Hay mucha reflexión puesta en Njambre para construir nuevos enfoques, reformular viejos conceptos y generar una narrativa que reflejara una identidad. Mucho de todo ello está desarrollado en los documentos del curso online «Cómo emprender con impacto» una sistematización de contenidos generada desde Njambre a partir de un trabajo de reflexión sobre sus prácticas.
Allí se aportan ideas sobre cómo abordar el impacto social, algo que empresas como Arbusta ponen en el corazón de su negocio: «Para resolver problemas sociales, que son complejos, la estrategia lineal tradicional predictiva de insumo // producto // resultados no sirve. El cambio social es complejo, impredecible, multifacético e idiosincrático. Sus procesos no son lineales; al contrario, son dinámicos y, muchas veces, intuitivos. Son el resultado de la interacción de múltiples factores independientes que se influencian unos a otros, de manera significativa y permanentemente».
El talento emergente requiere de una estrategia que acompañe el emerger y, en Njambre, la explican de la siguiente manera: «La estrategia emergente genera constantemente soluciones que evolucionan y que responden a situaciones determinadas en tal lugar y en tal momento, y con tales participantes. El término “emergente” significa que la organización está aprendiendo lo que funciona en la práctica. Las situaciones complejas no son predecibles pero sí muestran patrones de momentum. Si les prestamos atención, podemos identificar que, cuando la energía dentro del sistema está moviéndose en una dirección, son los “atractores”. Esos atractores pueden ser personas, ideas, eventos, que pueden llevar al sistema hacia o lejos de la meta de una organización».
Y, en relación con la mejora del sistema, se señalan algunos elementos importantes: «El sistema en su conjunto tiene que tener