Escritoras ilustradas. Herminia Luque

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Escritoras ilustradas - Herminia Luque страница 8

Автор:
Серия:
Издательство:
Escritoras ilustradas - Herminia Luque

Скачать книгу

mismo tiempo, se puede dar una visión absolutamente negativa de la condición femenina, basándose en una supuesta inferioridad, como sucede en Sade. El cual, lejos de ser el adalid de la libertad que algunos exégetas contemporáneos quisieron ver, es quien humilla y escarnece a las mujeres con más intensidad en todo el siglo ilustrado. Pues considera a la mujer la más molesta de las criaturas. Y la peor. Esto escribe:

      En una escritora de este tiempo resulta impensable una poesía erótica. A pesar de la leyenda (repetida hasta la saciedad) de los sonetos «libertinos» escritos por María Rosa de Gálvez, no se ha encontrado ni rastro de estos. Incluso la escritora y política Margarita Nelken recoge la leyenda del soneto «liviano» en su libro sobre las escritoras españolas:

      En la segunda mitad del xviii, con respecto a la mujer, va ganando terreno el discurso de domesticidad, una apelación a los goces honestos del hogar y la familia. Un modelo que no contraviene las necesidades de la naturaleza ni los imperativos sociales. A la vez, indirectamente, se está criticando los modelos de sociabilidad de las mujeres de las clases altas. Mujeres, tachadas de frívolas y lascivas, que tienen cortejos, dedican poco tiempo a sus hijos (no los amamantan) y, en vez de recluirse en la paz de sus hogares, pasan su tiempo en tertulias, paseos, teatros y bailes.

      Un autor criticaba así la desnaturalización de ese tipo de mujer, es decir, su modo de vida que es contrario a la naturaleza, contrario, en última instancia, a su deber de madre:

      29 Con frecuencia se olvida este hecho: Giacomo Casanova fue escritor. Si no lo hubiese sido, desconoceríamos sus peripecias vitales y amorosas, el recuento de las cuales le ha otorgado esa dimensión mítica. Hay edición completa de sus memorias en español. Cf. CA, Giacomo. Historia de mi vida. Girona, Atalanta, 2009. 2 vols. Traducción y notas de Mauro Armiño. Casanova escribió también obras teatrales como Zoroastro y La Molucheide, y otras obras en prosa como El espía chino —en colaboración con Ange Goudar—, la Confutazione della storia del governo véneto de Amelot de Houssaie, la Historia de las turbulencias de Polonia, el Escrutinio del libro Elogios de M. de Voltaire por diferentes autores, o el Soliloque d´un penseur —donde, curiosamente, critica a aventureros de la época como Cagliostro o el conde de Saint-Germain—. Aparte del opúsculo Lana caprina al que nos referimos en este capítulo. «Lana caprina» es una expresión que se utiliza para aludir a cosas de poco valor; la fisiología de las mujeres, en esta época, sin duda lo era.

      30 Una terminología tan aceptada que, en pleno Siglo de Oro, Cervantes hace decir a uno de los personajes de El curioso impertinente: «Mira, amigo, que la mujer es animal imperfecto...», capítulo XXXIII, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha.

      31 Forner, 1796, Acto II, escena II.

      32 Ibid., Acto III, escena IV.

      33 Canterla, 2009, 44.

      34 Bolufer, 1997, 25.

      35 Gómez Rodríguez, 2004, 56.

      36 Acto II, escena VI. También doña Irene, personaje de El sí las niñas, de Leandro Fernández de Moratín, sufre achaques indeterminados a los que pone remedio con «parches de alcanfor» y «píldoras de coloquíntida y asafétida».

      37 Escena 9.

      38 Alsinet, sin paginación.

      39 Rousseau, 1990, 488-489.

      40 Bonells, 1784, 324.

      41 Ibid., 318.

      42 Casanova, 2014, 54.

      43 Ibid., 55.

      44 Las labores de aguja (costura y bordado), así como el hilado (cuyos símbolos son el huso y la rueca) y la confección de encajes (realizada sobre una almohadilla) son las tareas femeninas por excelencia, y como tales se utilizan en los siglos xvii y xviii para representar las ocupaciones de las mujeres frente a las propias de los hombres. Estas en realidad cubren todas las de su época, pero suelen simbolizarse en la pluma, para las tareas literarias, y la espada, que no solo indica actividad militar, sino que también representa la capacidad del varón para defenderse por sí mismo, cosa vedada

Скачать книгу