El pueblo en movimiento. Gloria De La Fuente

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El pueblo en movimiento - Gloria De La Fuente

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y demandando o en la ilusión democrática de las redes. Porque en las redes soy un sujeto, hago lo que quiero, digo lo que quiero, no tengo que responsabilizarme frente a otros. Ese primer aspecto creo que es clave para entender muchos de los comportamientos y de las subjetividades que van a emerger en un caso concreto como el estallido social. Entonces hay un contexto general.

       GDF: Que es exógeno.

      MAG: No es exógeno porque es un contexto que actúa desde dentro, desde lo subjetivo: eso ya está en el ADN de las sociedades latinoamericanas. La sociedad contemporánea es una mezcla de la sociedad industrial clásica y de la sociedad postindustrial -llámesele sociedad red, digital, informática o comunicacional- globalizada. Eso plantea un problema porque las instituciones del régimen político y los modos de pensar la política, la teoría política, fueron creadas para sociedades polis, sociedades en las cuales hay una base social que generalmente eran clases sociales, las que eran representadas normalmente por partidos, ante un ente que toma decisiones que es el Estado. Eso ha estallado totalmente. Eso es un primer contexto, pero es un contexto activo, por decirlo así, es un contexto que se transforma en una especie de líquido corrosivo que penetra a todas las sociedades histórico concretas.

       GDF: Es un contexto que no es estático porque, en rigor, es un contexto que está en mutación.

      MAG: Está en mutación por lo que está pasando en cada uno de los otros contextos. Ya que los contextos no están cerrados y por eso decía que hay un segundo contexto que uno podría llamar el caso chileno. Lo dicho hasta ahora es una primera cuestión que hay que tener presente, y eso es lo que explica que estos fenómenos de estallidos o movilizaciones se estén dando en todas partes del mundo, pero hay un segundo contexto que lo da cada sociedad. En este caso particular el inicio de lo que pasa en Chile coincide con el inicio de lo que pasó en Brasil el 2013, por la cuestión del pasaje libre antes del mundial de fútbol.

      Lo de Ecuador también, que tiene que ver con el precio del combustible, es decir de nuevo el tema del transporte que opera como detonador, como también en Francia con los chalecos amarillos en que hay dos aspectos que son importantes a considerar para el caso chileno. Uno es el tema del impuesto al combustible, y que se ubica en el corazón de algunas contradicciones, porque resulta que ese impuesto a los combustibles forma parte de los compromisos que Francia había tomado para la crisis climática, porque era uno de los países más atrasados al respecto, y eso hiere a un sector muy determinado que necesita el auto como instrumento de su trabajo y que no puede tener otra cosa que el auto o el camión para trasladarse porque es un sector de población que está entre lo rural y lo urbano. La segunda cosa de importancia y de diferencia con el caso chileno es que ahí estamos en presencia de un actor preciso: son los que tienen chalecos amarillos, son los que hacen tales o cuales cosas en la sociedad, no es toda la sociedad, pero que afecta al conjunto de ella como en Mayo del 68 que son los estudiantes, pero que paraliza Francia completo, y entra toda la sociedad en el conflicto de distintas formas.

      Hay, entonces, un segundo contexto: en Chile hubo una revolución o transformación capitalista y autoritaria de la sociedad que no existió en ninguna otra dictadura. Que tampoco existió en ningún otro régimen democrático. No hay nada parecido a lo realizado por la dictadura chilena. No digo en la parte política, por la represión, porque hubo represión en Argentina igual o peor a la chilena, Uruguay, igual o peor a la chilena, Brasil, etc. Pero ninguno de estos países fue una dictadura transformadora, a lo más, en los otros casos descompusieron un sistema.

       GDF: ¿Transformadora o refundacional?

       DMP: Revolucionaria.

      MAG: Estoy diciendo transformadora en el sentido refundacional o revolucionaria. Entonces aquí hubo una revolución capitalista, es el único país en el cual un tipo de capitalismo que es el neoliberalismo transformó la forma de organización, de constitución de la gente, de los actores sociales, de la educación, de la salud, de la organización territorial, de la administración regional, absolutamente de todos los aspectos de la vida social y cotidiana.

       DMP: Y qué pasó después con el retorno a la democracia que no se cambió lo que había, hubo acuerdos de la transición.

      Creo que no hubo acuerdos, o sea, no hubo consenso, hubo imposición. Ahora, una vez que a usted le imponen y usted se ve obligado a entrar en un sistema, usted puede que diga ¿y por qué voy a cambiar lo que estoy haciendo, si en diez años reduje la pobreza del 50 al 10%, si subí en diez a quince años el ingreso per cápita de 5 mil a 20 mil dólares, si tengo tratados con todos los países del mundo, si amplié la matrícula universitaria, logré cobertura total en los niveles primarios y secundarios? ¿Por qué voy a cambiar? Si además he ganado casi veinte elecciones, si soy mayoría. Por supuesto que los problemas que siguen de esa visión están marcados por la imposición original, pero la propia visión se adapta a ella. Lo que la elite política vio fue básicamente sus logros y no que de lo que se trataba era de cambiar el conjunto del sistema heredado y para lo cual tenía mayoría social y política, que debía usar para impulsar una transformación de las instituciones generadas por la dictadura para impedirlo. El argumento de que, con Pinochet como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, se hizo todo lo que era posible y hacer loas a eso, impide plantearse lo elemental ¡y tener a un asesino y criminal como comandante en jefe, no permite calificar la transición de ejemplar! En términos estrictos no hubo consenso en el sentido de acuerdos fundamentales, sino que hubo imposición, y adaptación a ello, de un orden que permitía algunas modificaciones y superaciones de déficit, lo que en gran parte se hizo, pero respecto del cambio de los fundamentos impuestos de ese orden el debate fue acallado.

       GDF: Por el problema de la gobernabilidad.

      MAG: Por el problema de la gobernabilidad, y eso era básicamente la amenaza de la regresión autoritaria. Bueno, todo el mundo sabía que el día 5 de octubre en la noche, Pinochet intentó hacer un golpe, y que desde ese momento cualquier análisis serio muestra que era imposible que lo hubiera hecho, si no le resultaba esa noche. Entonces no había ningún riesgo de regresión autoritaria, ese es el punto, pero eso no se debate, los que decíamos eso quedamos excluidos. Entonces cuál es el problema: es una elite que no hizo el debate interno, que no entendió ni consultó a historiadores ni pensó, sino que quedó obnubilada con el éxito. Entonces se hizo lo que se pudo, no se pudo cambiar el orden social.

       GDF: Pero hubo un debate incipiente que fue el del 97.

      MAG: Exacto. En realidad, uno puede hablar de tres visiones o posiciones respecto de esto. Por un lado, había quienes decían “esto es lo único que podíamos hacer, no se puede hacer otra cosa, porque viene una regresión autoritaria…”. Este es el mundo de los pragmáticos. Una segunda posición era la de los que se planteaban una crítica al modelo socioeconómico y político, pero con dificultades para plantear una alternativa. No nos gusta el modelo, se puede cambiar, pero sin fuerza o propuesta alternativa global. Este es el mundo de los llamados en el seno de la coalición de gobierno autoflagelantes. Y el mundo crítico donde estaba Tomás Moulian, yo y otros dentro y fuera de la Concertación.

       DMP: ¿No había propuesta de modelo alternativo en el seno del sector gobernante?

      MAG: Así es. Hubo sectores que no pudieron imponer la idea de que había que hacer algo distinto, que había que superar el modelo neoliberal, y se apoyaban en estudios, entre otros, el informe PNUD 1998. Paradojas de la modernización (inicialmente se llamaba Malestar de la modernización) y muchos otros, pero, como hemos dicho las críticas no tuvieron la fuerza para transformarse en proyecto alternativo.

      Y por último estaba el mundo de los satisfechos con lo realizado, no solo porque era lo único posible sino también porque era lo deseable y lo mejor.

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