Un cuento de magia. Chris Colfer

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Un cuento de magia - Chris Colfer

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sacaba el libro del estante, Brystal tiró accidentalmente todos los papeles que se encontraba a su lado. Los documentos cayeron al suelo y Brystal se arrodilló para reordenar el desastre. Hasta ese momento, Brystal no había demostrado mucho interés en los archivos que se encontraban apilados sobre los estantes, pero ahora no pudo evitar leerlos mientras los ordenaba.

      Entre estos encontró un perfil detallado del autor Sherple Hinderback. Estaba acompañado con un registro de los paraderos de Hinderback a lo largo de algunos años. Los lugares parecían cada vez más y más extraños con el tiempo: los que comenzaron siendo casas y posadas se convirtieron en puentes y cavernas. Las fechas de las entradas también se acercaban más y más entre sí, como si Hinderback hubiera cambiado de locación con mayor frecuencia. El registro terminaba con una garantía del arresto del autor y concluía con su certificado de defunción. La causa de la muerte estaba catalogada como EJECUTADO POR CONSPIRAR CONTRA EL REINO.

      Brystal se puso de pie e inspeccionó los archivos que se encontraban junto a los libros de Robbeth Flagworth, Daisy Peppernickel y Quint Cuppamule. Al igual que los documentos del archivo previo, encontró los perfiles de los autores, registros de sus residencias, garantías de sus arrestos y, eventualmente, sus certificados de defunción. Al igual que Sherple Hinderback, la causa de muerte de cada autor estaba catalogada como EJECUTADO POR CONSPIRAR CONTRA EL REINO.

      Como si hubiera sentido una brisa helada, Brystal sintió escalofríos y su cuerpo se tensó. Sintió un nudo en el estómago y miró a su alrededor. De pronto, entendió lo que en realidad era la pequeña habitación. No era una biblioteca privada, era un cementerio de la verdad y un registro de la gente que los Jueces habían silenciado.

      –Los mataron –dijo Brystal, impactada–. Los mataron a todos.

      Con el tiempo, los libros en la habitación secreta introducirían a Brystal a una gran diversidad de ideas perturbadoras. Su perspectiva del mundo cambiaría para siempre, pero lo más perturbador de todo era que uno de estos libros iba a cambiar la visión que Brystal tenía sobre ella misma. Y una vez que lo leyera, nunca más volvería a verse al espejo de la misma manera…

      Capítulo cuatro

      La verdad sobre la magia

      Cada noche, luego de limpiar la biblioteca, Brystal regresaba a la habitación privada de los Jueces en el primer piso para devorar otro libro PROHIBIDO. El ritual nocturno era por lejos la actividad más peligrosa en la que jamás se había embarcado. Brystal sabía que estaba jugando con fuego cada vez que cruzaba el letrero que decía SOLO PARA JUECES, pero también sabía que había encontrado oro intelectual; podía ser su única exposición a un tesoro de la verdad y las ideas. Si no se arriesgaba a las consecuencias ahora, estaba segura de que pasaría el resto de su vida arrepintiéndose.

      Al terminar de leer cada libro prohibido, Brystal se sintió como si otro velo se hubiera levantado de frente a sus ojos. Todo lo que creía saber sobre el reino del sur, las leyes, la economía, la historia, el funcionamiento del ejército, el sistema de clases, estaba lleno de conspiraciones que los Jueces usaron para preservar su influencia y control. Todos los cimientos sobre los que había sido criada se derrumbaron debajo de ella con cada página que pasaba.

      La parte más incómoda de todas era preguntarse cuál había sido la participación de su padre en los planes malignos que leyó. ¿Acaso él estaba al tanto de la información que Brystal estaba descubriendo o era el líder de toda esta corrupción? ¿Había jueces que eran silenciados o todos participaban del engaño? Y, si así fuera, ¿eso significaba que sus hermanos eventualmente se convertirían en personas igual de deshonestas y hambrientas de poder como parecían ser todos los Jueces?

      Su mundo se estaba dando vuelta completamente, pero las obras prohibidas también dejaban en claro algo que Brystal encontraba profundamente reconfortante: no estaba tan sola como había temido.

      Todos los libros en la habitación secreta fueron escritos por personas que sentían y pensaban exactamente lo mismo que ella, gente que cuestionaba la información, que criticaba las restricciones sociales, que desafiaba al sistema de turno y que no tenía miedo de enunciar sus ideas. Y por cada persona que los Jueces habían logrado silenciar con éxito, debía haber docenas que aún estaban en libertad. Brystal solo esperaba que llegara el día en que los pudiera conocer.

      A pesar del descubrimiento afortunado, estaba lista para que todo terminara en un desastre. En caso de que la atraparan en el acto, decidió que seguir interpretando su papel de sirvienta simple e inocente era la mejor opción que tenía para evitar cualquier tipo de problema. Pasó gran parte de su tiempo imaginando cómo sería la conversación:

      –¿Qué estás haciendo aquí?

      –¿Yo, señor? Bueno, soy la sirvienta, claro. Estoy aquí para limpiar.

      –¡No tienes permitido entrar a esta habitación! ¡El letrero en la puerta dice con claridad que es solo para Jueces!

      –Lo siento, señor, pero las instrucciones de mi empleador fueron que limpiara cada parte de la biblioteca. Nunca mencionó que había habitaciones que estuvieran fuera de los límites. Incluso las habitaciones privadas pueden llenarse de polvo.

      Afortunadamente, la biblioteca siguió estando tan vacía y tranquila como siempre, lo cual le permitió a Brystal leer segura.

      Para cuando terminó el segundo mes de empleo de Brystal, había leído cada obra prohibida de la biblioteca privada de los Jueces, excepto una. Al tomar el último libro de la parte inferior del último estante, Brystal se sintió consumida por una sensación agridulce. Durante semanas, la habitación secreta había sido un salón de clases privado en donde tuvo la posibilidad de estudiar los temas más fascinantes que podía imaginar y ahora estaba a punto de tener la última clase:

      La verdad sobre la magia

      Por Celeste Weatherberry

      Curiosamente, a diferencia del resto de los libros de la habitación, La verdad sobre la magia no tenía papeles al lado. La cubierta era de un tono violeta pastel y prácticamente brillaba en la oscuridad de la habitación. El libro estaba bordeado por un patrón plateado que albergaba un unicornio y un grifo enfrentados, mientras que el espacio que separaba a las criaturas estaba repleto de hadas pequeñas y aladas, entre estrellas y bajo una luna creciente.

      Por mucho, era el libro más hermoso que Brystal jamás había visto. De todos los temas que había leído en la biblioteca privada, la magia era uno con el que no estaba muy familiarizada. Sabía que era considerada una práctica demoníaca y un crimen atroz, pero más allá de las reacciones de la gente para con esta, Brystal sabía muy poco sobre la magia misma. Se sentó en la mesa y con entusiasmo abrió el libro en la primera página, ansiosa de aprender más:

      Querida amiga/o:

      Si este libro llegó a tus manos, espero que lo estés leyendo en un lugar seguro. No tengo dudas de que eres consciente de que la magia es un tema bastante sensible en el mundo. En la mayoría de los lugares, poseer algo que esté remotamente vinculado con la magia es igual de castigable que un acto de magia. Sin embargo, para cuando termines

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