Desarrollo integral sustentable. Lucio Traverso
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Ante esta diversidad real y conceptual, proponemos un breve recorrido histórico por la evolución de la RSE y presentamos los paradigmas clave detrás de estas realidades, los cuales están implícitos en las distintas visiones sobre RSE y nos permitirán descubrir criterios de integración para pasar de la RSE al desarrollo integral con foco en nuestro recorte de interés.
1. Los cincuenta
En el mundo académico, el concepto de RSE comienza en la década de los cincuenta10, con la definición propuesta por Bowen11, quien la planteó como la obligación del directivo de empresa de perseguir políticas, tomar decisiones y seguir líneas de acción deseables para los objetivos y los valores de la sociedad.
La definición de Bowen tiene especial relevancia debido a que en aquel entonces no se conocía más que la filantropía empresarial, que se caracteriza por funcionar como algo aleatorio a la empresa y sin ningún vínculo estratégico con el negocio, quedaba regida por decisiones personales de los dueños.
2. Los sesenta
Durante los sesenta, basándonos en las formulaciones más significativas de Davis12, Frederick13 y Blomstrom14, se planteaba que existe una responsabilidad de la empresa que proviene de reconocerla como una institución integrada al sistema social y que, por ende, no puede actuar de manera aislada, ignorando los efectos positivos o negativos que genera en la sociedad.
3. Los setenta
Durante los setenta siguió evolucionado la idea de que era necesario definir cuál es la responsabilidad de la empresa en la sociedad, se incorporó el concepto de RSE. Se destacan tres aspectos entre los más importantes de la década: la definición de los niveles de la RSE, la diferenciación entre “obligación”, “reacción” y “responsabilidad social” y la formulación de la responsabilidad como una ecuación integradora de todas las obligaciones.
El Committee for Economic Development (CED)15 enriqueció la visión de la RSE al plantear que es la misma sociedad quien le permite operar a la empresa y que, por lo tanto, la empresa tiene la obligación de satisfacer las necesidades de la sociedad.
Ackerman16 y Sethi17 hicieron una diferenciación entre obligación social (comportamiento empresarial en respuesta a las fuerzas del mercado o restricciones legales), responsabilidad social (independiente de las obligaciones económicas y legales; “un comportamiento que sea congruente con las normas sociales vigentes, valores y expectativas de desempeño”); y reacción social (la adaptación del comportamiento corporativo a las necesidades sociales).
Carroll18 propuso la conocida definición de las cuatro partes de la RSE: “La responsabilidad social de la empresa abarca las expectativas económicas, legales, éticas y filantrópicas de la sociedad, en un momento determinado del tiempo” y sugirió la siguiente ecuación:
RSE = Responsabilidades económicas + Responsabilidades legales + Responsabilidades éticas + Responsabilidades filantrópicas.
4. Los ochenta
En la década del ochenta, Peter Drucker19 planteó que la empresa debe convertir su RSE en una oportunidad de negocio que integre las necesidades de la sociedad con la actividad empresarial. Esto convierte los problemas sociales en oportunidades de negocios, en capacidad de producción, en trabajos bien remunerados y en riqueza.
Durante el mismo año, Freeman20 propuso la teoría del stakeholder que presenta a las empresas como un sistema relacionado con la sociedad siendo los stakeholders “cualquier individuo o grupo que puede afectar o estar afectado por el logro de los objetivos de la empresa”21. Los intereses de todos los stakeholders deberían estar incorporados a la empresa.
Los grupos de stakeholders primarios son aquellos sin cuya continua participación la empresa no puede sobrevivir (accionistas, inversores, empleados, clientes y proveedores). Existe un alto grado de interdependencia entre la empresa y su grupo de stakeholders primario.
El grupo de stakeholders secundario está formado por quienes influyen o son influidos por la empresa, pero que no participan en sus operaciones ni son esenciales para su supervivencia (medios, influencers –activistas especializados de redes sociales cuyas opiniones son valoradas como verdades por gran cantidad de usuarios–, grupos de interés, etc.). Estos tienen la capacidad de movilizar la opinión pública a favor o en contra de una empresa, pudiendo favorecer o dañarla de manera significativa.
En tanto, el grupo de stakeholders públicos está formado por los Gobiernos y comunidades que proporcionan la infraestructura y mercados, cuyas leyes y regulaciones deben ser obedecidas y a quienes se les deben pagar impuestos y otras obligaciones. Las últimas dos décadas han sido testigos de los esfuerzos puestos en incluir el medio ambiente como un legítimo stakeholder de la empresa, contribuyendo al surgimiento de la idea del desarrollo sostenible.
5. Los noventa
En los noventa se empezó a considerar la RSE como un agente de control que ayudaría a solucionar cualquier posible daño causado por la empresa. Las empresas pueden ocasionar problemas sociales como consecuencia de sus actividades productivas, por lo tanto, es una responsabilidad social empresaria minimizar aquellos efectos colaterales, algunas veces inevitables (Buchholz)22. Alineados con esta visión, surgieron los conceptos de corporate social performance, corporate citizenship y contrato social.
El desempeño social de la empresa o corporate social performance ha sido definido por Wood23 como una configuración de principios de responsabilidad social y procesos de respuesta social, así como también de políticas, programas y resultados observables, que se vinculan con las relaciones sociales de una empresa.
La noción de corporate citizenship o “ciudadanía corporativa” se ha definido hacia fines de la década como un proceso mediante el cual una compañía desarrolla y administra las relaciones con sus stakeholders (Waddock y Smith, 2000; Waddock y Graves, 1997). Este enfoque implica tratar bien a todo el espectro de componentes, tomar conciencia de las implicancias sociales y humanas de las prácticas operativas de la empresa y desarrollar políticas, procedimientos y procesos, respetando la dignidad y valía de cada stakeholder. Este enfoque, que rescata la valía de cada ser humano relacionado de alguna manera con la empresa, deja abierta las puertas a la inclusión de una forma más clara que cualquier otro hasta el momento.
Logan, Roy y Regelbrugge24 explican que la ciudadanía corporativa varía entre los mínimos deberes legales y éticos, por un lado, y un comportamiento responsable y proactivo por el otro. Según la interpretación amplia (que supera la simple adhesión a las leyes, regulaciones y prácticas de negocio aceptadas en el lugar donde opera la compañía), la ciudadanía corporativa se aplica a la conducta responsable de la empresa tanto en los negocios como en el trato con todos sus integrantes, con las comunidades, con la sociedad y con el medio ambiente natural en general.
En esta misma década, Donaldson25 fundamenta la RSE desde la teoría del contrato social. Esta teoría se sustenta en la noción de que las empresas no podrían existir sin la cooperación y el compromiso de la sociedad; si la sociedad rechaza el funcionamiento del sector empresarial, este se verá obligado a transformarse. La empresa toma sus empleados de la sociedad, vende sus productos o servicios a la sociedad y es la sociedad quien le otorga o le quita cierto estatus a la empresa. Parte del contrato social se refleja en leyes y regulaciones, así como en las costumbres y valores socialmente aceptados que influyen en la actividad empresarial.
El contrato social es un contrato no escrito que representa una serie de obligaciones de índole abstracta homologable al contrato establecido entre los ciudadanos y el Gobierno.