Teoría del conflicto. Jorje H. Zalles

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Teoría del conflicto - Jorje H. Zalles

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obviamente ya no sería una opción, puesto que ella está perfectamente consciente del conflicto. Tampoco podría adoptar una estrategia de evitamiento consciente, porque ya ha ofrecido dar una respuesta. Las opciones que le quedan, entonces, son las llamadas estrategias propositivas.

      Por un lado, el desagrado que le provoca Tomás (malas relaciones preexistentes con la otra parte) y la importancia para ella de estudiar el jueves para poder irse de paseo durante el fin de semana (alta importancia del desenlace y consecuente alta rigidez de sus aspiraciones) tenderían a empujarla hacia una estrategia contenciosa, que en la práctica significaría decidir no trabajar las horas extras. Por otro lado, negarse a hacerlo pudiera inducir a Pablo a no hacerle el anticipo solicitado (potencial consecuencia negativa); además, sus relaciones con Tomás probablemente empeorarían y las buenas relaciones que mantiene con Pablo tal vez sufrirían algún deterioro (impactos negativos sobre sus relaciones interpersonales), factores que tenderían a inducirle a adoptar una estrategia de cesión, es decir, a quedarse a trabajar esa noche. Pero, luego, tal vez podría trabajar hasta las diez u once, luego estudiar hasta las dos o tres de la madrugada, y aprovechar la oportunidad para presionar a Pablo en relación con su anticipo (posibilidades suma-positiva específicas), todo lo cual le abre el camino hacia la adopción de una estrategia de intento de resolución.

      En el contexto del conflicto internacional, la cuidadosa deliberación en relación con la adopción de una estrategia es la norma. Por ejemplo, cuando Estados Unidos reaccionó ante la decisión de la Unión Soviética de colocar misiles nucleares en Cuba en octubre de 1962 (una crisis que analizaremos en cierto detalle en el capítulo 6), las deliberaciones que tuvieron lugar entre los más altos funcionarios del gobierno norteamericano proporcionan evidencias muy claras de un proceso deliberado y analítico de adopción de una estrategia, que en ese caso fue inicialmente contenciosa.

      Tanto los individuos como los grupos con frecuencia adoptan estrategias ante nuevos conflictos de manera impulsiva y en cuestión de segundos. En el nivel personal, probablemente podemos recordar muchas ocasiones en las que hemos respondido impulsivamente, guiados por alguna emoción negativa, como sentirnos heridos o sentirnos amenazados.

       ¿Qué pasa después de la adopción por las partes de sus estrategias iniciales?

      Las estrategias adoptadas o elegidas por las partes pueden ser coincidentes o no. Las coincidentes pueden a su vez ser las mismas, por ejemplo, ambas contenciosas no agresivas, o ambas búsqueda de resolución negociada, o aunque son distintas, no se oponen: por ejemplo, la una parte adopta una estrategia contenciosa, y la otra una de cesión. Cuando se da tal coincidencia estratégica, el conflicto va a tener una clara evolución: en el primer caso, hacia un inevitable escalamiento; en el segundo, hacia una negociación, y en el tercero hacia un inmediato desenlace Gana-Pierde a favor de la primera parte.

       ESTRATEGIAS COINCIDENTES

      Mismas:

      Parte A: Contenciosa no agresiva

      Parte B: Contenciosa no agresiva

       El conflicto escalará

      Parte A: Búsqueda de resolución

      Parte B: Búsqueda de resolución

       Las partes se sentarán a negociar

      No se oponen:

      Parte A: Contenciosa no agresiva

      Parte B: Cesión

       Desenlace GP a favor de la Parte A

      Cuando las estrategias no son coincidentes, surge un impase: la una estrategia tiende a llevar al conflicto hacia una evolución, y la otra hacia otra, distinta; en consecuencia, la posible evolución del conflicto no es clara. El conflicto solo adquirirá una clara potencial evolución cuando se resuelva ese impase. En el ejemplo, si la Parte B convence a la Parte A, ésta cambiará a una estrategia de búsqueda de resolución y se sentarán a negociar; o, alternativamente, si la Parte A arrastra a la Parte B hacia una actitud contenciosa, ésta última también se pondrá contenciosa, y el conflicto escalará.

       ESTRATEGIAS NO COINCIDENTES

Parte A: Contenciosa no agresivaTiende hacia el escalamiento del conflicto
Parte B: Búsqueda de resoluciónTiende hacia la negociación
La posible evolución no es clara
Si Parte B convence a Parte A:
Parte A: Búsqueda de resoluciónTiende hacia la negociación
Parte B: Búsqueda de resoluciónTiende hacia la negociación
Las partes se sentarán a negociar
Si Parte A arrastra a Parte B:
Parte A: Contenciosa no agresiva.Tiende hacia el escalamiento del conflicto
Parte B: Contenciosa no agresivaTiende hacia el escalamiento el conflicto
El conflicto escalará

       La moral y las elecciones estratégicas

      En este punto, debe ser enfrentada una importante pregunta: ¿Es la elección de una estrategia resolutiva siempre la moralmente más apropiada?

      Muchos sostienen que sí lo es. Otros sin embargo plantean que existen circunstancias en las que una estrategia resolutiva simplemente no es moralmente aceptable. Los últimos, incluido el autor de este libro, creemos que la contenciosidad es aceptable en ciertas circunstancias –por ejemplo, en defensa de los más débiles–y reconocemos que la adopción o la elección de una estrategia plantea serios dilemas morales, la esencia de los cuales es la elección ente conjuntos opuestos de principios y valores.

      Regresaremos a este complejo tema en el capítulo 10, en especial en una sección cuyo título es “El poder militar y un compromiso con la paz: un dilema moral”.

       Implicaciones de las adopciones estratégicas

      Además de las consecuencias para la evolución o el desenlace del conflicto específico de las adopciones estratégicas iniciales, éstas tienen, además, otras consecuencias que pasamos a explorar en esta sección.

       Implicaciones para la parte que adopta una estrategia

      ¿Piensa que haría diferencia para usted si, ante un conflicto con un muy buen amigo, usted adopta una estrategia contenciosa agresiva o, al contrario, adopta una de intento de resolución? Para la mayoría de personas y grupos, sí haría diferencia. Cómo nos sentimos acerca de nosotros mismos –nuestras autoimágenes– son potencialmente influenciadas, en un grado sustancial, por las estrategias que adoptamos frente a nuestros conflictos.

      Considere el posible efecto sobre la autoimagen de una persona o de un grupo de la adopción de cada una de las seis posibles estrategias. Dados los sistemas éticos dominantes en la mayoría de las sociedades humanas, la adopción de una estrategia resolutiva tiene la mayor probabilidad, si todas las demás circunstancias son las mismas, de mejorar la autoimagen en términos morales, es decir, respecto del atributo ‘bondad’, que es un elemento generalmente muy importante de la autoimagen de las personas y de los grupos. Por iguales motivos, la adopción de una estrategia contenciosa, especialmente una agresiva, podría tener un efecto negativo en la autoimagen moral de una persona o de un grupo.

      Por

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