Teoría del conflicto. Jorje H. Zalles

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Teoría del conflicto - Jorje H. Zalles

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relacionadas a un concierto y una película en la televisión? Una estrategia contenciosa de parte de Juan significaría que él intentaría conseguir que Isabel lo acompañe al concierto, aun si ella terminase insatisfecha y descontenta. Del otro lado, una estrategia contenciosa de parte de Isabel significaría que ella intentaría que Juan se quede a ver la película con ella, no importa cuán frustrado pudiera quedar él.

      Algunas de las principales razones por las cuales individuos y/o grupos adoptan estrategias contenciosas incluyen:

      La importancia de las propias necesidades y aspiraciones: cuanto más críticas son las necesidades que dieron lugar al conflicto, más probable es que las partes adopten estrategias contenciosas e insistan en la satisfacción de sus propias necesidades, sin que nada más importe. John Burton, un importante teórico del conflicto y su resolución, ha propuesto la “teoría del conflicto basada en las necesidades” (“needs-based theory of conflict”) que sugiere que cuando las aspiraciones incompatibles con las de la otra parte se relacionan a las necesidades humanas básicas –alimentos, agua, protección contra los elementos, seguridad, identidad– el nivel de rigidez de esas aspiraciones es tal que la única posible opción es la adopción de una estrategia contenciosa. 2 Regresaremos a este muy importante concepto teórico cuando comencemos a explorar la teoría de la resolución de conflictos, en la Segunda Parte.

      Actitudes negativas hacia la otra parte o una relación negativa con ella: estas condiciones implican una ausencia de consideración y, más bien, la presencia de desprecio y hasta de odio hacia la otra persona o el otro grupo, que con frecuencia ha resultado del escalamiento intenso y violento de conflictos previos, que exploraremos en detalle en los capítulos 4 y 5.

      Pensamiento suma cero o la creencia que hay solo dos desenlaces posibles para un conflicto u otra situación relacional. 3 Esos dos posibles desenlaces son:

      A Gana y B Pierde que se describe típicamente

      como Gana, Pierde o GP; o

      B Gana y A Pierde que se describe típicamente

      como Pierde, Gana o PG.

      Un corolario directo es la creencia que lo que gana una de las partes es perdido por la otra: si A gana 10 dólares, la premisa es que B pierde esos 10 dólares. La expresión matemática de esta idea es:

La ganancia de A=+10
La pérdida de B=– 10
La suma algébrica
de la ganancia de A
y la pérdida de B=(+10) + (–10) = 0

      De ahí proviene el término ‘suma cero’ que en teoría social es usado ampliamente para describir (a) la teoría de que hay solo estos dos posibles desenlaces (G, P o P, G), (b) la intención contenciosa de lograr un desenlace G, P, y/o (c) un desenlace real G, P o P, G.

      Percepción de superior poder: cuando surge un conflicto, las partes con frecuencia tratan de estimar su poder relativo –en esencia, cuál de las partes es la más fuerte. En tanto la una parte considera que es la más fuerte y, en consecuencia, podría imponer un desenlace a su favor, es mayor la probabilidad de que adopte una estrategia contenciosa. Sin embargo, el poder, aun en el mejor de los casos, es difícil de medir, de manera que, en muchas ocasiones, dos o más partes en conflicto pueden llegar a la misma conclusión respecto del poder relativo entre ellas y, en consecuencia, ambas o todas podrían adoptar estrategias contenciosas basadas en la creencia que podrán imponerse sobre las otras. Esa condición se conoce en la teoría de conflicto como “inconsistencia entre las percepciones de poder relativo”.

      Temor: otro de los factores que puede inducir a la adopción de una estrategia contenciosa es el temor que, en un nivel consciente, puede llevar –e históricamente ha llevado con frecuencia– a la decisión de ‘golpear primero’ para derivar ventajas del factor sorpresa, o para anticiparse a las presuntas intenciones o a las acciones contenciosas de la otra parte. Esto pudiera parecer contradictorio frente a lo planteado en el acápite anterior: si ‘sentirse más fuerte’ induce a la adopción de estrategias contenciosas, ¿por qué también lo haría el temor, que podría interpretarse como equivalente a ‘sentirse menos fuerte’? En realidad, siendo contradictorio, no es inusual. La verdad es que sentimientos contradictorios con frecuencia existen al interior de todos nosotros, y que la inducción por emociones contradictorias de un mismo tipo de comportamiento no es un evento sicológico inusual: aunque la sensación de propia mayor fuerza puede inducir a una estrategia contenciosa, también puede hacerlo el temor frente a la otra parte.

       Estrategias contenciosas agresivas o no agresivas

      La postura estratégica contenciosa, como ya fue sugerido, consiste en la intención de satisfacer las propias aspiraciones sin importar si se satisfacen o no las de la otra parte. La tipificación de las posibles estrategias tradicionalmente ha reconocido a solo una posible estrategia contenciosa, entendida en esos términos, pero en este libro se plantea distinguir entre dos tipos de estrategias contenciosas, las agresiva y las no agresivas. La diferencia entre estas dos variantes es el grado en el cual es o no importante la no satisfacción de la otra parte.

      La adopción de la variante agresiva significa que se asigna alta prioridad no solo a la satisfacción de las propias necesidades sino también, o hasta más, a la no satisfacción o la decepción de las aspiraciones de la otra parte, e incluso el daño o el castigo que se pudiese imponer a la otra parte. El término ‘agresiva’ resulta apropiado porque, como señala Leonard Berkowitz, uno de los estudiosos de la agresión más respetados de las últimas décadas, “la agresión es cualquier tipo de comportamiento cuya intención es causar daño físico o sicológico a otros.” 4

      Al contrario, la adopción de la variante no agresiva significa que se asigna prioridad esencial a la satisfacción de las propias necesidades y los propios intereses, sin que exista una intención de causar insatisfacción o daño a la otra parte. La variante no agresiva propiamente corresponde a la manera tradicional de entender una estrategia contenciosa.

      La siguiente es una forma posiblemente útil de representar la diferencia entre las dos estrategias contenciosas: en el caso de la estrategia contenciosa agresiva, la intención de causar insatisfacción y/o daño (la P de Pérdida) a la otra parte es tanto o más importante que la de satisfacer las propias necesidades. En el caso de la estrategia contenciosa no agresiva, la intención de lograr la propia satisfacción es más importante.

AgresivaNo agresiva
GP o GPGP

       Intento de resolución

      Una estrategia de intento de resolución significa, como el término evidentemente lo sugiere, la intención de buscar una resolución mutuamente satisfactoria al conflicto. En el caso de Juan e Isabel, esta estrategia significaría que cualquiera de ellos o ambos buscarían la manera de satisfacer las aspiraciones de ambos. Posibles resoluciones en este caso incluyen (i) averiguar cuando se vuelve a dar la película, para verla en esa otra ocasión e ir al concierto; o (ii) grabar la película, ir al concierto, y ver la película en cualquier otro momento conveniente.

      Resulta muy importante aclarar, en este punto, el sentido preciso del término ‘resolución’. Cuando, por ejemplo, surge un conflicto entre dos personas y la una mata a la otra, ¿puede decirse que ese conflicto ha sido resuelto? La respuesta depende de cómo definimos ‘resolución’. Si entendemos que significa el mero fin de un conflicto, entonces la derrota o la muerte de una de las partes constituiría una resolución. Parece mucho más

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