El carácter de la filosofía rosminiana. Jacob Buganza

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El carácter de la filosofía rosminiana - Jacob Buganza Biblioteca

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es necesaria la participación de la sensación o materia del conocimiento humano. La consigna de la idea de ser es darle forma o estructura a la materia del conocimiento, con tal de volverla propiamente conocimiento humano. De no ser, entonces por la idea de ser que conforma a la inteligencia humana el conocimiento humano no sería sino mero conocimiento sensible, como el animal.

      Hasta este momento no es posible afirmar que Rosmini es ontologista, ya que no cae bajo ninguno de los tres aspectos que plantea Vincelette en su definición. Sostener que la idea de ser es la forma del conocimiento humano, no equivale a afirmar que el hombre tenga una visión directa de Dios, o que visualice un componente suyo o que se deduzca a priori la existencia de la Divinidad. Lo que sí resulta cierto es que en varios pasajes de la obra rosminiana se hace referencia a la “divinidad” de la idea de ser. Pero lo que resulta importante es destacar que Rosmini se deslinda expresamente de afirmar que tal idea sea Dios. Hay un texto poco frecuentado de Rosmini en donde al hablar de la postura estoica, que confunde el essere ideale con Dios, se separa por completo del ontologismo entendido al menos como (i). Dicho texto es el siguiente:

      E quanto a questa dottrina degli Stoici, che l´anima separandosi dal corpo s´immerga in Dio ond´era uscita, e in quel mare come minima gocciola perda sè stessa, egli è un errore, ove assai facilmente dovea sdrucciolare quella filosofia, che nell´essere ideale, oggetto immanente dell´intelligenza, avea creduto di vedere Dio stesso. Perciò nel Fedone di Platone si trova qualche traccia dell´opinione stoica. 84

      Como puede leerse en este texto, queda claro que Rosmini atribuye a los estoicos (y en cierto modo a Platón) que el alma, al separarse del cuerpo se pierde en Dios; expresamente considera que es un error platónico-estoico. En segundo lugar, el alma humana en la visión estoica, informada por el essere ideale, confunde este elemento “divino” con Dios mismo. Debido a que Dios no es el essere ideale, entonces la tesis estoico-platónica es errónea.

      Más adelante, Rosmini mismo se plantea la pregunta de si es posible llamar a la idea dell´essere con el nombre de Dio. ¿Son, pues, equivalentes? Si no es a partir de los textos, es imposible clasificar a los filósofos, quienes a ellos se adhieren se deslindan de ciertas tesis que los harían decir lo que en verdad no tienen intención de aseverar. Habrá que citar en extenso el texto en el cual Rosmini se deslinda del ontologismo que, reciente y nuevamente le adjudica Vincelette:

      Pongasi ad esame quest´essere ideale da noi intuito: è efli infinito? È infinito sotto tutti i rispetti? Racchiude veramente ogni entità, ogni forma di essere? Per poco che si consideri, che esso sia infinito niuno vorrà negare; perocchè l´essere ideale è il mezzo universale di conoscere ogni ente: di più egli è necessario, immutabile, eterno. Ma si dirà per questo, che egli racchiuda ogni forma dell´essere? No certamente. E si prova in più maniere. Primieramente per questo, che se egli è atto a farci conoscere ogni essere, non ci fa però conoscere attualmente nulla, se non ad una condizione, che quest´essere entri, operando, nella sfera del nostro sentimento; e poichè la sfera del nostro sentimento è limitata, sebbene il mezzo di conoscere che possediamo (l´essere ideale) sia illimitato. Una seconda ragione è questa: l´essere ideale non ha nissun altro ufficio e podestà, che quella di rendere intelligibili le cose, e questo appunto è ciò che esprime la parola ideale. Ora la semplice cognizione di una cosa non involge nessuna azione, cioè niun appetito della cosa, niun movimento dell´appetito verso di lei; di maniera che non sarebbe assurdo il concepire un essere, che avesse il solo conoscere, senza l´appetire. Quest´essere forse sarebbe imperfetto, ma non per questo è assurdo. 85

      Este texto resulta fundamental para entender la filosofía rosminiana. Analicemos el argumento con más detenimiento: ¿Dios es lo mismo que la idea de ser? La respuesta, al menos a partir de las palabras y argumentos de Rosmini, es negativa. La idea de ser ¿es infinita? Sin duda alguna lo es, ya que se trata del medio que permite conocer todo ente. Es más, afirma él, la idea de ser es infinita, inmutable y eterna. Pero, ¿implica la infinitud el hecho de abarcar o incluir (racchiudere) todo tipo de ser? La respuesta rosminiana es igualmente negativa por dos razones: primero, porque no es apta para hacernos conocer nada actualmente si no es a través de la sensibilidad; además, la sensibilidad sólo es capaz de darnos conocimientos limitados; y segundo, porque el oficio de la idea de ser no es más que hacer inteligibles las cosas.

      Dios no agota lo “divino”. Dios es divino, pero no todo lo divino es Dios. Para que algo sea divino basta con que sea infinito bajo algún respecto. Dios es infinito bajo todos los respectos, pero la idea de ser no, ya que esta última no es, por ejemplo, el ser real o subsistente. El ser ideal no equivale al ser real. Luego, el ser ideal no es infinito bajo todos los respectos. En consecuencia, no es Dios, sino sólo algo divino. En este sentido, no es equivalente afirmar que “Dios es verdad” o “Dios es luz”, a decir que “La verdad es Dios” o “La luz es Dios”. Esta segunda forma expresaría, en la opinión de Rosmini, el error de los platónicos. No es otra la causa por la cual el filósofo roveretano recurre a las palabras de San Juan, en cuyo Evangelio se afirma que “A Dios ninguno lo ha visto (Deum nemo vidit numquam)” (Jn. 1, 18). Pero si Dios fuera la idea dell´essere, entonces habría que afirmar “che ciascuno lo vede per natura”. 86 Rosmini, por supuesto, no va en contra de la Revelación, sino que la acepta de buen gusto. La filosofía, en este tono, tiene como cometido intelligere ut credam, como diría San Agustín, porque para Rosmini la filosofía apunta indudablemente al cristianismo. De esta suerte, la filosofía rosminiana propone que aunque la idea del ser universal, que equivale a la luz natural de la razón, tenga su origen en Dios, no es Dios. A Dios sólo puede vérsele precisamente a través de la gracia, es decir, de la fe sobrenatural que Dios participa a la criatura.

      Ahora bien, hay que admitir que Rosmini sostiene que en el hombre hay algo divino, pero esto “divino” no es Dios, sino el essere ideale. En otras palabras, el hombre no es Dios pero sí posee algo divino. Lo que hace aquí Rosmini es expresar filosóficamente una tesis que es patrimonio común del cristianismo. En palabras de Prudencio, en su Apotheosis, la tesis se expresa así:

      Ten por cierto que el alma no es Dios, pero ten por cierto que es superior a todo lo creado; ten por cierto que ella también ha sido creada. Y es que ha sido moldeada con el más bello aspecto y acicalada con atributos divinos y llena de Dios y semejante a su creador. Sin embargo ella en sí no es Dios, porque no es generación sino hechura de Dios. 87

      Sólo en el sentido de que el hombre participa de algo divino es que podría afirmarse la confusa tesis de que Rosmini es un ontologista, ya que afirma reiteradamente que la luz de la razón es algo divino, pues participa de la verdad divina. Empero, aún con todo sería posible refutar la verdad de esta tesis, porque la definición de Vincelette expresamente afirma (en ii) que el ontologismo propone que se visualiza un componente de Dios. Pero la idea de ser no es necesario hacerla equivaler a un componente de Dios, sino sólo a un elemento “divino”, que no es lo mismo.

      Otro problema implica el afirmar que la idea de ser ha sido dada por Dios directamente. Vincelette lo sostiene, lo cual quiere decir que la luz de la razón es innata. 88 En este punto no se puede más que asentir a la tesis del estadounidense, pero en este caso prácticamente la totalidad de los sistemas que tienen inspiración en la Revelación caerían en el ontologismo, porque para todos ellos Dios ha creado al hombre y, por tanto, la razón (o mejor, la inteligencia humana) es una creación suya.

      Curiosamente, tal parece que lo más efectivo para afirmar el ontologismo de Rosmini se encuentra en las pruebas a priori de la existencia de Dios. En efecto, puede alcanzarse la existencia de Dios a partir de la reflexión sobre la idea de ser, ya que esta última es inmutable, eterna y necesaria; pero el hombre no tiene la fuerza o potencia suficiente para producir una idea de tal naturaleza, porque de lo contrario habría que afirmar que el hombre, que es un ente finito, cambiante y contingente, es capaz de producir una idea con esas características, siendo así entitativamente la causa menor a lo causado. Por ello, la idea de ser sólo puede ser originada por una causa análoga o superior a lo causado; y una inteligencia tal sólo puede

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