Terapia craneosacra I. John E. Upledger

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Terapia craneosacra I - John E. Upledger Fisioterapia y Rehabilitación

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y John Upledger representan, a mi entender, distintas visiones de un cosmos energético en el que el cuerpo, las emociones, la mente y el espíritu son transformaciones o expresiones de la misma energía básica. Aurobindo, al referirse a la dualidad en la que languidecen muchos pensadores atados a la materia, sugiere que si a uno le resulta embarazosa la palabra «espíritu», no debe usarla. Por su parte, se refiere al espíritu como la «forma más sutil de la materia». No obstante, si a uno no le molesta esa la palabra, la materia puede concebirse como la forma más densa del espíritu.

      Si consideramos la técnica de Dirección de Energía como una adición reciente a una tradición que se remonta a varios milenios, parece que este método emplea la antigua «energía» de un modo nuevo, al menos nuevo para la medicina occidental. ¿Resulta extraño? No para todo el mundo. Como resaltó hace muchos años J. B. Rhine, tal vez la aplicación más significativa de la investigación psicocinética haya de producirse en la medicina.

      John Upledger aporta una razón semitradicional a una parte de los datos de la técnica de Dirección de Energía cuando sugiere que los potenciales electrofisiológicos de las manos del terapeuta influyen directamente en la piel y cuerpo del paciente. Así hace uso de la teoría bioeléctrica clásica y de sus posibilidades, que tal vez sea aplicable en ciertos casos (al menos sugiere nuevas líneas de investigación), aunque esta explicación no incluiría en los casos en los que el paciente está completamente vestido. Se detectan fenómenos de la técnica de V-Spread a pesar de que el efecto aislante de las prendas bloquee claramente el flujo de la electricidad clásica. Desde mi punto de vista, es, por tanto, especialmente útil tener en cuenta las teorías de la energía de mente y cuerpo procedentes de la antigua China y la India, reconsiderar los conceptos de «chi» y «prana», y su relación (fascinante) con la visualización y la volición.

      Para los escépticos, la solución tradicional respecto al vínculo basado en los datos es negar la existencia de éstos. Pero, a la luz de los conocimientos actuales, es una pérdida de tiempo, dinero, oportunidades e intelecto. Como dice Upledger, «esta técnica funciona». Y yo añadiría, experimenta con todos estos fenómenos y luego haz un esfuerzo, si lo deseas, por desarrollar una teoría más adecuada.

      Yo sé que Upledger es plenamente consciente de que su razonamiento sobre los fenómenos de la técnica de Dirección de Energía no es en absoluto inclusivo, pero como investigador médico y como médico mantiene un tipo de vinculación peculiar sin datos. Tal y como él dice: «algunos terapeutas creen que están transmitiendo directamente con las manos un poder curativo divino».

      El problema de Upledger es cómo hablar de un método de intervención que opera «bajo el control de la mente»; cómo separar los hechos de la ficción, la ciencia de la fantasía, el saber de la superstición, y moverse con audacia por un terreno desconocido y de tal forma que la frontera elástica de los límites de la medicina no se cierre a sus espaldas y se pierda a la vista, quedando su trabajo relegado a la tierra del «esoterismo y el curanderismo», por usar sus palabras.

      Y unas pocas líneas más antes de empezar a leer este notable libro. La sensación experimentada por el terapeuta al usar la técnica de V-Spread es la de «dirigir la energía». Algunos críticos dicen que esta sensación es una «proyección», limitada a la mente del terapeuta. Para este observador y experimentador, y buscador de razones fundamentales, Upledger y otros terapeutas que trabajan en el ámbito de múltiples niveles de la mente y el cuerpo están hallando hechos renovadores que respaldan la idea de unidad de la medicina y el yoga, el cuerpo y la mente, lo consciente y lo inconsciente.

      En el estado actual del conocimiento y la experiencia, tal vez lo mejor sea ser monista, mantenerse racional, ser poco dogmático y flexible, volverse intuitivo, y buscar ininterrumpidamente y dar cabida a nuevos hechos. No debemos ser como los físicos soviéticos que conocimos hace poco, quienes, cuando se les pidió que hablaran de algunos de los nuevos hechos en el área de la «electricidad corporal», dieron un puñetazo en la mesa y clamaron «en este área, no hay hechos nuevos». Otros científicos soviéticos más abiertos dieron a la energía un nombre nuevo, «bioplasma», debido a sus aparentes propiedades eléctricas plasmáticas, e iniciaron nuevos proyectos de investigación.

      Empezar proyectos de investigación nuevos es lo que debemos hacer con la técnica de V-Spread o «Dirección de Energía», y con el ámbito médico del cual emerge la Terapia craneosacra. El trabajo principal acaba de empezar. Como dice Upledger, este libro contiene un «número considerable de observaciones y teorías que todavía no se han sometido a pruebas científicas rigurosas».

      ELMER GREEN, PH. D.

       The Menninger Foundation Topeka, Kansas

       Prefacio

      Como en cualquier nuevo campo del estudio, el concepto craneosacro está cambiando rápidamente y este libro contiene la información más reciente, además de ofrecer una cantidad considerable de observaciones y teorías que aún no se han sometido a pruebas científicas rigurosas. Pedimos indulgencia a este respecto. Mediante la aplicación y observación clínicas continuadas, el terapeuta puede empezar a separar los hechos de la fantasía. El paso del tiempo demostrará la eficacia de la Terapia craneosacra. Tampoco creemos que se deba negar a los pacientes las técnicas diagnósticas y terapéuticas de bajo riesgo ni sus beneficios potencialmente altos, porque las lentas ruedas del método científico estén tratando de confirmarlas y refutarlas. En otras áreas de la asistencia sanitaria en las que el riesgo para los pacientes es mayor y los peligros potenciales son considerables, nuestra postura es muy distinta.

      Además, la Terapia craneosacra posee la capacidad potencial de ser de gran ayuda para un número significativo de casos médicos «de cajón de sastre», «ancianos» y otros con quienes la medicina convencional se ha mostrado ineficaz. Son personas que siguen padeciendo a pesar de haber pasado por algunos de los mejores centros médicos del mundo. ¿Por qué? Porque la medicina ortodoxa sigue sin reconocer la existencia del sistema craneosacro y su importancia fisiopatológica. Aunque hace 50 años se debatió la posibilidad de que hubiera un sistema como éste, su base científica era poco clara y resultaba poco razonable dudar seriamente del dogma aceptado de que el cráneo se fusiona, y abrazar por otra parte el concepto de actividad dinámica sobre los huesos del cráneo, las meninges, el líquido cefalorraquídeo, el sistema vascular intracraneal, el desarrollo del encéfalo, el movimiento de los líquidos corporales, la tonicidad de los músculos y la función de todo el tejido conjuntivo del cuerpo influidos por el sistema craneosacro.

      Como nuestra investigación comenzó por respaldar la existencia de un sistema craneosacro, empezamos a estudiar su significado. Muchas personas sufren disfunciones y enfermedades de etiología desconocida. Cuando hasta la fecha aparecía un concepto nuevo sobre un sistema fisiológico indiferenciado, lo razonable era buscar relaciones de causa y efecto entre la disfunción de este sistema y los síndromes patológicos de etiología oscura. Basándose en este concepto, aplicamos la terapia craneosacra a gran variedad de problemas sanitarios que aparecen en este libro.

      Durante varias generaciones, un reducido número de terapeutas ha empleado el concepto craneosacro sin comprender totalmente su funcionamiento o la razón de su éxito. Su aplicación fue eficaz, pero resultaba todo tan misterioso que se consideró una forma de curación por la fe. De hecho, algunos terapeutas creen que están transmitiendo directamente con las manos un poder curativo divino. Esto obviaba la necesidad de conocer la anatomía y fisiología subyacentes. Esta actividad no se extinguió porque los resultados eran innegables; mientras algunos observadores lo consideraban curanderismo o curación divina, otros seguían mostrando curiosidad por la base anatómica y fisiológica de los resultados observados como respuesta a la terapia craneosacra.

      Nuestro propio interés por el concepto craneosacro surgió por casualidad. Yo (Upledger) entré por

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