El aikido. José Santos Nalda
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¡MOKUSO! – Un período de tiempo de unos dos minutos de meditación, con objeto de recuperar la calma interior, olvidarse de todos los problemas, concentrarse en el hara, la respiración correcta, etc.
¡SHOMEN NI REI! – Saludo al fundador de la disciplina.
¡SENSEI NI REI! – Saludo entre profesor y alumnos.
¡OTAGAI NI REI! – Saludo entre alumnos.
¡KIRITSU! – Adoptar la posición de pie para empezar.
Algunos maestros de Aikido (japoneses) empiezan y terminan la clase según el rito shinto consistente en dar cuatro palmadas con las manos en posición seiza frente al Kamiza.
Figura 25
EL DOJO
Do = Camino, manera, Vía. JO = Lugar, sala, centro. Etimológicamente Dojo significa: “Lugar donde se practica la Vía” (Camino de perfección).
Antiguamente los monjes budistas daban este nombre al lugar o sala del monasterio donde los discípulos se reunían con el maestro para la meditación, los rezos, las ceremonias, etc., y era considerado un recinto sagrado digno del mayor respeto.
Dada la influencia del zen y de la filosofía budista en las Artes Marciales, éstas adoptaron el nombre de Dojo –alrededor del siglo XV– para designar la sala de prácticas donde se estudia un arte marcial. A ella acudían los samurais no sólo para mejorar su técnica sino para forjar un carácter, meditar y alcanzar un mayor conocimiento de sí mismos. En aquella época muchos dojos se instalaban en templos budistas: incluso el Maestro Kano empezó a enseñar Judo en un dojo de un templo budista de Tokio.
En nuestros días el Dojo ha de seguir siendo el lugar donde acudimos para educar y mejorar nuestro carácter y personalidad, forjar el espíritu, así como las condiciones físicas del cuerpo, aprendiendo un Arte Marcial. Es el lugar al que se acude dos o tres veces por semana para enfrentarnos con nosotros mismos (miedos, inhibiciones, bloqueos sicosomáticos, etc.), y probar nuestro grado de progreso.
El Dojo en el Japón, lo mismo que en nuestros gimnasios, normalmente es una sala rectangular cuyo suelo está recubierto de tatamis, y cada uno de los lados o muros que la limitan tiene un nombre, un cometido y un grado de honor o importancia. La decoración de esta sala debe ser sobria, sencilla, digna y agradable, en la que ante todo debe resaltar la limpieza y el orden.
El lado principal es el Kamiza (lugar reservado a los Kami) donde se encuentra el estrado –en los monasterios, el altar shinto o Butsuden– con objetos simbólicos, como por ejemplo: ofrendas, adornos, fotos, un Gaku o caligrafía con un kanji que expresa un ideal, etc. Éste es lugar reservado a los maestros, visitantes de honor, o al profesor, y desde donde normalmente se presencia el desarrollo de los Katas, exámenes, exhibiciones, etc. Los budokas deben procurar en el transcurso de estas manifestaciones no dar nunca la espalda al Kamiza.
Frente al Kamiza –en el lado opuesto– se halla el Shimoza o lado de categoría inferior, reservado a los discípulos o alumnos desde donde éstos saludan al profesor.
A la izquierda del Kamiza se encuentra el Shimoseki o lado de los alumnos de menor categoría, y a la derecha el Joseki o lado de los alumnos de mayor grado, quedando así establecido que los alumnus para saludar antes y después de la clase se colocarán por orden de grados de mayor a menor desde el Joseki hasta el Shimoseki.
En el caso de que el Kamiza fuera objeto de alguna ceremonia especial, el profesor se situará en el lado denominado Joseki y los alumnos frente a él en el Shimoseki.
Figura 26
Durante los katas de judo, Tori entra en el Dojo (o tatami) por el lado Shimoseki y Uke por el lado Joseki, ambos saludarán hacia el Kamiza y conservarán siempre esta posición inicial (Tori dando su lado izquierdo al Kamiza).
El Dojo es un lugar consagrado al propio perfeccionamiento físico y moral, por lo que el comportamiento del profesor y de los alumnos debe ser digno, respetuoso y correcto consigo mismo y con los demás. Los objetos y las armas deben cumplir todas las reglas de etiqueta, lo que derivará en una autodisciplina que va a influir positivamente sobre la personalidad y el carácter.
El maestro o profesor no ha de olvidar que depende de él crear un clima agradable, serio, distendido y respetuoso con las tradiciones y la cortesía propia de las artes marciales. El comportamiento de los alumnos e incluso su progreso dependen del respeto que el profesor demuestre por el Dojo.
El ambiente del Dojo debe respirar sencillez, silencio, paz, para que induzca a la calma, al respeto, a la amistad, a la alegría y predisponga a la unificación cuerpo-mente, al estudio, al trabajo serio, al sacrificio y a la mejora de todas las cualidades humanas.
El silencio es la condición fundamental para concentrarse, aprender y realizar correctamente las técnicas. Se ha de practicar sin hablar, sin comentarios, pidiendo explicaciones sólo cuando sea imprescindible. Los gestos o movimientos equivocados también pueden ser rectificados en silencio.
Al entrar en el Dojo procuraremos dejar en la puerta, –aunque sólo sea por una hora– nuestro ego, defectos, preocupaciones, etc., y nos dispondremos a ser receptivos y humildes, condiciones indispensables para aprender y mejorar.
LA ETIQUETA EN EL DOJO Y DURANTE EL ENTRENAMIENTO
1º El Aikidoka ha de ser muy escrupuloso en cuanto a la limpieza e higiene de su cuerpo y equipo se refiere. Las uñas de las manos y los pies muy cortas, se despojará de anillos, pulseras, medallas y cualquier objeto que pueda herir al compañero o a sí mismo. Evitará masticar chicle en el tatami.
2º Al entrar o salir del tatami debe saludar (Ritsurei) en dirección al Kamiza, o hacia el lado donde se halle el lugar de honor (foto del fundador).
3º La tradición invita a los alumnos a que entren en el tatami antes que el profesor y lo esperen en postura Seiza, alineados de izquierda a derecha por orden de grados.
4º Durante el tiempo de espera –hasta que llegue el maestro o profesor– los alumnos permanecerán en silencio, tratando de establecer la calma dentro de sí mismos.
5º La clase de Aikido comienza y termina con un saludo mutuo (Zarei).
6º Al entrar al tatami tanto el profesor como los alumnos se descalzarán de espaldas al mismo para dejar las zapatillas bien alineadas y dispuestas para salir corriendo si fuera preciso.
7º Cuando un alumno llega tarde esperará al borde del tatami hasta que el profesor le autorice a entrar, o en el caso de que éste no se dé cuenta podrá entrar saludando previamente en Zarei hacia el Kamiza.
8º Mientras se está en clase, ya sea para esperar a un compañero, recibir las explicaciones o descansar, se debe permanecer en Seiza, sin hablar ni hacer “monerías” o “gracias”. Y sobre todo no se debe apoyar nunca la espalda contra la pared, ni estar mirando de pie porque no se tiene compañero.
9º Cuando el maestro termina su explicación, los alumnos le saludan en Zarei, después se incorporan, buscan un compañero y antes de comenzar a entrenar ambos se saludan en Ritsurei. Exactamente se hace lo mismo al acabar.
10º