Protocolo para la organización de actos oficiales y empresariales.. Juan de Dios Orozco López

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Protocolo para la organización de actos oficiales y empresariales. - Juan de Dios Orozco López

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CARICOM, ONU, UE y UA, la posible ordenación entre las mismas quedaría así:

      1 ONU: 193 países.

      2 UA: 54 países.

      3 OTAN: 28 países y fecha de creación 1949.

      4 UE: 28 países y fecha creación 1993.

      5 CARICOM: 15 países.

      Los responsables oficiales de cada una de las anteriores organizaciones, así como los símbolos que respaldan su actividad política, económica o institucional, podrían quedar ordenados conforme a la forma que se ha establecido más arriba:

      1 Secretario general de la ONU.

      2 Secretario general de la UA.

      3 Secretario general de la OTAN.

      4 Representante de la UE.

      5 Secretario general del CARICOM.

      O teniendo en cuenta la antigüedad en el cargo de cada uno de los máximos representantes de las organizaciones según necesidades organizativas. La elección de una u otra forma de establecer las precedencias estará fuertemente influenciada por la costumbre de lo que se haya venido haciendo en anteriores ocasiones.

      Por encima del criterio anterior está la prevalencia del que preside –que suele ser anfitrión– frente a los que asisten como invitados. Pero este tema lo trataremos con más profundidad en el apartado reservado a la presidencia.

      Pongámonos ahora en el caso de la ordenación de países dentro de las organizaciones internacionales de las que venimos hablando. Como no podía ser de otra manera, no existe un criterio común y único para el establecimiento de precedencias en las organizaciones internacionales por muchas razones.

      Llegado a este punto debería considerarse, como el mejor criterio de ordenación, el orden alfabético del nombre de los países. Si lo que se pretende es mantener a los países en el mismo plano de importancia, en busca de un equilibrio entre los mismos, ni la posición económica, ni la capacidad de influencia internacional parecen razones acertadas para establecer precedencias. De hecho, la mayoría de organizaciones internacionales ordena a las naciones integrantes conforme al orden alfabético del nombre oficial del país en el idioma inglés. Este es el caso, de la ONU y la OTAN.

      La Unión Europea es un caso peculiar de ordenación alfabética dado que la precedencia se establece por el orden alfabético del nombre del país en su idioma oficial. Así, Alemania no es Germany sino Deutschland y Grecia es Hellasy no Greece, por ejemplo.

      Finalizaremos este apartado afirmando que la precedencia en los actos oficiales sitúa espacialmente a cada cual donde le corresponde, por encima de gustos y vanidades personales, procedencia social o género. No hay práctica más democrática y que explicite mejor sus valores que el establecimiento de precedencias por cuanto, siendo todos iguales, la precedencia solo indica preferencia en el lugar en razón de responsabilidades concedidas en las urnas.

      Para el buen orden y funcionamiento de cualquier acto y la presentación de la actividad política o empresarial a la sociedad, es absolutamente necesario el establecimiento de normas protocolarias y, por lo tanto, de la determinación de precedencias.

      5.6. Los himnos nacionales

      El himno nacional es uno de los elementos simbólicos más destacados en el protocolo oficial. La mayoría de las naciones comienzan sus actos oficiales al son de las notas musicales de su himno, que vienen a resumir e identificar el sentimiento común de una nación.

      La mayoría de los himnos tienen, no solo música, sino una letra que viene a destacar los valores nacionales. Así, por ejemplo, ocurre con el himno nacional mexicano, también denominado Mexicanos al grito de guerra, o con el himno de los Estados Unidos de América, The Star-Spangled Banner. En España, por ejemplo, el himno nacional no tiene letra oficial.

      Los himnos nacionales se utilizan, en muchos casos, para rendir honores. La duración de su interpretación viene a determinar la importancia de la persona en cuyo honor se interpreta. Así, poniendo por ejemplo al Reino Unido, se recibe a la Reina con la totalidad del himno británico God Save the King, mientras que al Príncipe de Gales solo con sus seis primeros compases. Algo parecido ocurre con el himno de España, que se interpreta en su versión completa cuando se rinden honores a S. M. el Rey, y en versión breve, por ejemplo, cuando se trata del presidente del Gobierno.

      Son varios los factores que deben tenerse en cuenta en la interpretación de los himnos nacionales. El más importante es, obviamente, que el himno sea el legalmente vigente.

      El Presidente y Vicepresidente de EE. UU., junto a sus esposas, escuchan la interpretación del himno nacional de forma respetuosa en la Casa Blanca. (© Fotografía: www.efe.com)

      Han sido sonoros –nunca mejor aplicado el calificativo– los casos en que los miembros de una nación son recibidos con himnos del pasado, que no son los oficiales de su país, o con otros que pertenecen a terceros países. Ello es debido bien a que los himnos son reproducidos mecánicamente a través de la megafonía sin comprobar su vigencia y, además, sin consultar a un músico profesional o partituras legales, o bien a la poca profesionalidad del organizador, que se limita a reproducir lo que en las búsquedas en la web se le presenta.

      Lo más sencillo y efectivo para evitar errores colosales es solicitar a la embajada del país en la nación anfitriona que proporcione el himno oficial en formato digital. Aun así, es necesario asegurarse de que el técnico de sonido no se equivoca. Las consecuencias de la interpretación errónea de un himno nacional pueden colocar al borde del abismo al responsable de protocolo o, en el mejor de los casos, poner en evidencia su falta de profesionalidad.

      Sirva como ejemplo de equivocaciones, con consecuencias absolutamente negativas para los organizadores, los dos casos que se detallan a continuación.

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