Cómo volar un caballo. Кевин Эштон
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El arte es la habilidad de lograr que las apariencias engañen. Kandinsky pasó cinco meses planeando cada pincelada de su pintura aparentemente espontánea, y años enteros desarrollando el método y la teoría que lo llevaron a ella. Era un inmigrante ruso residente en Alemania. Visitó su nativa Moscú en el otoño de 1912, justo al comienzo de la primera guerra de los Balcanes. Al sur de Rusia, la Liga Balcánica, integrada por Serbia, Grecia, Bulgaria y Montenegro, atacó Turquía, que entonces se llamaba imperio otomano. Fue una guerra breve y brutal que empezó al momento del viaje de Kandinsky y terminó mientras él concluía su Cuadro con borde blanco, en mayo de 1913. Regresó a Alemania con un problema: cómo pintar la emoción del momento, las “intensísimas impresiones que había experimentado en Moscú o, más correctamente, de Moscú misma”.72
Comenzó haciendo un boceto al óleo titulado Mascau, rebautizado después como Boceto 1 de Cuadro con borde blanco. Era un apretado amasijo de verde aterciopelado con acentos de rojo cadmio y circundantes líneas oscuras. Un trío de curvas negras fluían hacia el extremo superior izquierdo, evocando el trineo de tres caballos conocido como troica, motivo común en Kandinsky y símbolo usado por otros rusos, como Nikolái Gógol, para representar la divinidad de su nación.73
Su segundo boceto, apenas diferente, difuminó las líneas hasta volverlas más manchas que pinceladas; en sus propias palabras, “disolviendo los colores y las formas”. Siguieron más bocetos. Kandinsky pulió su cuadro sobre papel, cartón y tela. Soltó garabatos a lápiz, haciendo trazos para indagar qué colores irían dónde, mediante el uso de letras y palabras. Pintó algunos estudios con acuarela, otros con gouache —mezcla de goma y pigmento a medio camino entre la acuarela y el óleo— y tinta china. Usó crayones. Hizo veinte bocetos, cada cual apenas diferente en uno o dos pasos al anterior. Este proceso duró cinco meses. El vigesimoprimer cuadro —la obra terminada— es muy parecido al primero. Cuadro con borde blanco es el viejo amigo con quien tropiezas después de unos años; el Boceto 1 es cómo se veía él antes. Pero enormes diferencias se ocultan bajo la superficie de cada pieza. Cuentan la verdadera historia de la creación artística.
La tierra verde del Boceto 1 es una mezcla de siete colores: verde, ocre oscuro, ocre amarillo, negro, amarillo, azul y blanco. En el centro del cuadro, Kandinsky aplicó primero un amarillo hecho de cinco colores: amarillo cadmio, amarillo ocre, rojo ocre, amarillo laca y greda. Luego, cuando el amarillo secó, pintó encima verde. Estos pasos no fueron artísticos: la tela del Boceto 1 ya se había usado antes, y el artista tuvo que cubrir una imagen anterior. Lo hizo tan bien que no fue hasta casi cien años después, tras la aparición del procesamiento de imágenes con rayos infrarrojos, que un equipo de curadores del Guggenheim Museum de Nueva York, dueño del Cuadro con borde blanco, y de la Phillips Collection de Washington D. C., dueña del Boceto 1, descubrieron que había un cuadro detrás del cuadro.
Una vez que Kandinsky preparó el lienzo, continuó con el Boceto 1, aplicando capas de colores de oscuras a claras, reordenando y repintando muchas veces mientras trabajaba. Esto es parcialmente visible en una inspección atenta de sus pinceladas, y ha sido totalmente expuesto por los rayos X, que revelan un cuadro capa por capa. Una placa de rayos X del Boceto 1 muestra un borrón: Kandinsky retrabajó la imagen tantas veces que sólo es posible ver unos cuantos elementos de la pieza terminada. Pintó casi todo el lienzo en reiterados arranques que duraron hasta que resolvió su primer problema: cómo capturar “las intensísimas impresiones que había experimentado en Moscú”.
Al terminar el Boceto 1, identificó, uno por uno, los problemas restantes. Rotó la imagen de vertical a apaisada, suavizó los colores y cambió la tierra de verde oscuro a blanco luminoso. Un boceto muestra veinte variaciones de la troica mientras Kandinsky afinaba sus curvas como las cuerdas de un cello. Luego estuvo el borde blanco que da nombre a la obra:
Hice lentos progresos con el filo blanco. Mis bocetos me sirvieron de poco; es decir, las formas individuales estaban claras dentro de mí, pero de todas formas no podía pintar el cuadro. Esto me atormentaba. Luego de varias semanas, saqué otra vez los bocetos, pero todavía me sentía poco preparado. Sólo al paso de los años he aprendido a ejercitar la paciencia en momentos como ése y a no romper el cuadro en mis rodillas.
Así, no fue hasta después de casi cinco meses que, al sentarme en el crepúsculo a examinar el segundo estudio a gran escala, de repente me di cuenta de lo que faltaba: el filo blanco. Como este filo blanco dio la solución al cuadro, lo usé como título.
Resuelto este último problema, Kandinsky hizo el pedido de la tela. Cuando la tocó por primera vez con su carboncillo, sabía exactamente qué iba a hacer. Mientras que una placa de rayos X del Boceto 1 exhibe un borrón trabajado y retrabajado, una del Cuadro con borde blanco es idéntica al lienzo. Es así como sabemos que Kandinsky no titubeó. Cinco meses y veinte pasos después, estaba listo para pintar.
Esos veinte pasos son apenas una parte de la historia. El trayecto de Kandinsky no empezó con el Boceto 1 ni terminó con Cuadro con borde blanco. Sus primeras obras, pintadas en 1904, eran paisajes realistas y coloridos.74 Sus últimas, pintadas en 1944, eran abstractas, atonales y geométricas.75 Sus primeros y últimos cuadros parecen completamente distintos, pero todo lo que Kandinsky pintó en los años intermedios fue un pequeño paso en el camino que los une. Cuadro con borde blanco marca un ligero desplazamiento hacia imágenes más abstractas y forma parte de la transición de Kandinsky de la oscuridad a la luz. Incluso en una vida de arte, la creación es un continuo.
Como demostró Karl Duncker, toda creación, sea un cuadro, un avión o un teléfono, tiene el mismo fundamento: pasos graduales en los que un problema lleva a una solución, que lleva a su vez a otro problema. Crear resulta de pensar, como caminar: pie izquierdo, problema; pie derecho, solución. Repite hasta llegar a tu destino. No es el tamaño de las zancadas lo que determinará tu éxito, sino cuántas des.
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