Entrenamiento total. Jürgen Weineck
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Figura 39. Estructura de una unidad motora.
•El escalonamiento fino se produce por aumento de la frecuencia de descarga de la motoneurona correspondiente.
•El escalonamiento grueso del movimiento se produce con el cambio de número de las unidades motoras: hablamos en este caso de un aumento o una reducción del reclutamiento. El máximo de la fuerza posible se consigue activando todas la unidades motoras disponibles en un músculo y activándolas de forma sincrónica durante un período de tiempo breve.
•La variación de la velocidad de movimiento se produce con la activación de unidades motoras específicas (fibras FT, ST; unidades grandes y pequeñas), sobre la base del diferente umbral de excitación de las distintas motoneuronas: las grandes motoneuronas alfa, con una frecuencia elevada de descarga de impulsos y excitabilidad escasa corresponden a las fibras FT; las más pequeñas, con una frecuencia de descarga menor y una excitabilidad intensa, corresponden a las fibras ST (cf. Burke/Edgerton, 1975, 31; Duchateau, 1992, 11).
El entrenamiento proporciona al deportista la capacidad para activar de forma simultánea un mayor número de unidades motoras de un músculo y, por tanto, una mayor capacidad de contracción. Hablamos de una mejora de la coordinación intramuscular; en comparación con el individuo no entrenado, que sólo puede utilizar simultáneamente un cierto porcentaje de sus fibras musculares activables, el porcentaje de fibras musculares contraídas de forma sincrónica –y por tanto la fuerza global del músculo– aumenta significativamente, pudiendo alcanzar hasta el 100 % de las posibilidades de partida (cf. Fukugana, 1976, 265; v. pág. 226; Bührle/Schmidtbleicher, 1981, 265).
Figura 40. Representación esquemática de la estructura jerárquica del sistema nervioso central (1 = telencéfalo, 2 = diencéfalo, 3 = mesencèfalo, 4 = puente de Varolio, 5 = cerebelo, 6 = bulbo raquídeo, 7 = médula espinal).
El sistema motor
Para que la actividad muscular, que hasta ahora sólo hemos descrito en su mecanismo de contracción, adquiera la necesaria estructuración cuando interactúan varios músculos –coordinación intermuscular–, se necesita la participación de numerosos mecanismos reguladores del sistema nervioso central.
Las tareas del sistema nervioso central se pueden clasificar en los siguientes ámbitos parciales:
•Elaboración de programas motores y puesta en práctica de proyectos concebidos (v. pág. 88).
•Articulación espacio-temporal y configuración afectiva del movimiento.
•Control y ajuste de la actividad muscular ante las necesidades situacionales por medio de informaciones retroactivas periféricas (reaferencias) que llegan a través los analizadores (v. pág. 486).
•En la realización de un movimiento deportivo participan muchas estructuras cerebrales diferentes, que en el transcurso de la filogénesis del hombre han ido adoptando una especie de distribución jerárquica. De un movimiento se encargan instancias reguladoras más o menos elevadas en función de que dicho movimiento sea consciente o inconsciente (automatizado), sencillo o complejo. La figura 40 nos ofrece una visión general de la estructura jerárquica del encéfalo.
Las estructuras anatómicas representadas en la figura 40 desempeñan las siguientes funciones motoras:
Médula espinal
Además de la conducción de varios millones de fibras aferentes sensoras y aferentes motoras, la tarea principal de la médula espinal consiste en la ejecución de modelos motores y posturales sencillos (p. ej., coordinación de los movimientos de la marcha). Dentro de esta motricidad espinal, los reflejos propioceptivos contribuyen decisivamente a mantener el cuerpo en postura erguida; el ejemplo más significativo es el reflejo de estiramiento muscular de los husos musculares (v. pág. 445).
Tronco encefálico
El bulbo raquídeo, el puente de Varolio y el mesencéfalo se agrupan desde el punto de vista funcional en el llamado tronco encefálico. Estas estructuras, consideradas en su conjunto, se ocupan de una motricidad de sustentación que se adapte a la motricidad intencional.
Las motricidades intencional y de sustentación se consideran dos coordinaciones motoras complementarias. La inervación de sustentación que denominamos postura es una condición necesaria de toda acción intencional y sirve para su preparación y su control. La coordinación de secuencias motoras especiales de las extremidades necesita la motricidad intencional, y la postura corporal correspondiente necesita la motricidad de sustentación.
Cerebelo y ganglios basales
El cerebelo y los ganglios basales (v. también cuerpo estriado y globo pálido) articulan espacial y temporalmente los modelos motores gruesos de los centros asociativos del telencéfalo.
Telencéfalo
La presencia de las áreas corticales motoras, los centros de asociación y las áreas de motivación y de impulsos otorga al telencéfalo una especial importancia para la realización de acciones motoras, para la preparación de esquemas de programas y para la regulación del impulso motor.
En el momento de ejecutar una acción motora, las estructuras anatómicas recogidas en la tabla 8 se encuentran conectadas en serie dentro de una cadena funcional (cf. de Marées, 1979, 70; Schmidt, 1979, 181).
La figura 41 reproduce de forma esquemática la complejidad de los procesos de regulación existentes.
El proceso de entrenamiento contribuye a una mayor precisión y economía y a una reestructuración de los diferentes procesos reguladores; los movimientos que al principio se efectuaban con la intervención del plano superior (corteza cerebral) se van automatizando progresivamente, esto es, se van desarrollando en niveles más bajos y, por tanto, de forma inconsciente y sin control del cerebro. De esta forma se descarga de trabajo a la corteza cerebral, que puede dedicarse a otras tareas motoras (detalles).
Figura 41. Representación esquemática del cruzamiento complejo de los distintos planos de movimientos y programas para la ejecución de un movimiento en el que participan varios músculos (M1-M6) y varios centros efectores (CE1-CE6).
Para que todos los movimientos del músculo esquelético se puedan adecuar a las condiciones marco externas se necesita una retroalimentación (feedback) continua, suministrada por el efecto que el movimiento ha provocado. Esta retroalimentación tiene lugar –al igual que la regulación del movimiento en su conjunto– en distintos niveles organizativos.