Las claves del éxito. Daniel Cestau Liz

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      DE TODOS LOS JUICIOS QUE EMITIMOS EN LA VIDA, NINGUNO ES MÁS IMPORTANTE QUE EL JUICIO QUE EMITIMOS SOBRE NOSOTROS MISMOS.

      Pero no es el único. También EL MEDIO AMBIENTE HACE LO SUYO. Y el medio ambiente son los demás. Por lo tanto, fomente la autoestima en quienes lo rodean, y agradezca la realimentación que le den ellos a la suya propia.

      Y tenga siempre en cuenta que el propio hogar es, normalmente, el lugar principal donde se gana o se pierde la autoestima.

       LA AUTOESTIMA Y NUESTROS HIJOS

      La opinión de los especialistas es contundente: “LA AUTOESTIMA ES EL FACTOR QUE DECIDE EL ÉXITO O EL FRACASO DE CADA NIÑO COMO SER HUMANO”.

      “¿Alguna vez se imaginó usted a sí mismo como un espejo? Pues sepa que lo es: un espejo psicológico que su hijo emplea para construir su propia identidad. Y sepa también que toda la vida de él ha de resultar afectada por las conclusiones que obtenga de la observación implícita.

      “Los niños nacen sin sentido del yo. Cada uno de nosotros debe APRENDER a ser humano, en el sentido que usted y nosotros asignamos a esa palabra. En ocasiones, se han hallado niños que lograron sobrevivir en completo aislamiento respecto de otras personas. Carentes de lenguaje, de conciencia, de necesidad de los demás y de sentido de la identidad, el ‘niño lobo’ es humano sólo en apariencia.

      “El estudio de semejantes casos nos enseña que la personalidad consciente no es instintiva. Se trata, en cambio, de una realización social, que aprendemos de la vida en contacto con los demás”.

      Todo niño normal viene al mundo con la potencialidad necesaria para alcanzar la salud mental. Pero que esa potencialidad florezca o no, estará determinado por el clima psicológico en que le toque vivir.

      La autoestima, por lo tanto, DEPENDE DE LA CALIDAD DE LAS RELACIONES QUE EXISTAN ENTRE EL NIÑO Y AQUELLOS QUE DESEMPEÑAN PAPELES IMPORTANTES EN SU VIDA.

      Esta es la gran responsabilidad al criar hijos. LA CLAVE DEL ÉXITO DE LOS PADRES RESIDE EN AYUDAR A LOS NIÑOS A DESARROLLAR ALTOS NIVELES DE AUTOESTIMA.

      Porque TODO NIÑO SE VALORA A SÍ MISMO TAL COMO HAYA SIDO VALORADO.

      Amar verdaderamente a los hijos es, desde luego, fomentar su autoestima. Al sentirse digno de ser amado, la confianza en su propia persona permite al niño ACEPTAR SU FALTA

      DE CIERTAS HABILIDADES SIN PELIGRO PARA SU AUTOESTIMA. Los defectos propios no representan para él pruebas de ineptitud personal, sino zonas de crecimiento.

      De lo contrario, al esperar alcanzar la perfección en todo, nada de lo que hace le parece aceptable.

       “Siembra una acción y cosecharás un hábito; siembra un hábito y cosecharás un carácter, siembra un carácter y cosecharás un destino”.

       William James

       EL CARÁCTER

      Muchas y muy diversas acepciones tiene en todos los idiomas la palabra “CARÁCTER”, que deriva de un término griego cuyo significado es ‘GRABAR’, porque en verdad es ‘la señal, marca o signo que la naturaleza imprime en las criaturas’.

      El carácter es el modo peculiar y privativo de cada persona, por sus cualidades físicas, mentales y morales.

      Pero el carácter no es una substancia inmutable. También es un proceso, que sufre modificaciones por influencias externas, y puede ser transformado por la voluntad.

      Stuart Mill propuso la creación de la etología, o ciencia del carácter, al desarrollar un método y definir su naturaleza.

      A la parte heredada de nuestro carácter se le llama temperamento. Son las tendencias con las que se nace, en virtud de la constitución particular de cada individuo, que es el resultado del predominio fisiológico de un sistema orgánico, como el sanguíneo o el nervioso, o de un humor, como el linfático o el biliar.

      Dice el Dr. Ramón Fuster: “El temperamento es un conjunto de peculiaridades fisiológicas y morfológicas de las que dependen las diversas formas de reacciones emocionales de los individuos; pese a ser determinada por la herencia, puede modificarse considerablemente a base de influencias ambientales, tratamientos médicos, regímenes alimenticios, etcétera”.

      Volviendo al carácter, este es el modo particular de conducirse de una persona, o el comportamiento típico de la misma. El estudio del carácter comenzó desde un punto de vista fisiológico. Heráclito lo identificó con el destino del hombre y Teofrastro, autor de una obra titulada precisamente LOS CARACTERES, distinguía treinta tipos distintos.

      Del carácter se ha ocupado ampliamente la psicología moderna, como tipo psicológico, es decir, como estructura psicológica personal del individuo manifestada en su forma de reaccionar en el ambiente en que vive y en todo su comportamiento. Así, por ej., Jung ha puesto en relación el carácter como disposición fundamental del individuo con el mundo. De él procede la doctrina de la introversión (disposición de quien asume una actitud de defensa frente al mundo, o sea, el tímido) y de la extraversión (posición activa y creadora del hombre que se abre ante el mundo). Para Jung, el carácter es una tendencia constante, primaria e inconsciente del individuo.

      Le Senne añade a este concepto los elementos que, poco a poco, ha ido adquiriendo el individuo por su elección libre e individual.

      Por tanto, el carácter no es ya, en este contexto, algo que sea necesario, sino algo modificable.

      Por su parte, Adler defiende que el carácter es un concepto social y en el que nada hay de innato, sino que todo es adquirido y solamente experimentable a nivel de sociedad.

      Scheler lo definió, a su vez, como el elemento hipotético mediante el cual se explica el comportamiento particular de la persona. Por lo general, en principio, la psicología moderna concibe el carácter como una manifestación objetiva de la personalidad individual en el mundo, es decir, en la sociedad, independientemente de los datos orgánicos de la persona, que constituyen, a lo sumo, el temperamento. Se excluye, en suma, en el carácter, el elemento determinante y necesario, y se admite la libre elección del comportamiento como su manifestación.

       CARACTEROLOGÍA

      Es la parte de la psicología que estudia el carácter y la personalidad. Existió ya dentro del marco de la filosofía y medicina griegas (Aristóteles, Plutarco, Hipócrates), pero su pleno desarrollo es moderno y coincide con el de la psicología experimental. El término fue creado por Wundt. La clasificación de los caracteres puede hacerse desde distintos puntos de vista. Una de las más conocidas es la de Heymans, que distingue ocho tipos según predomine en ellos uno u otro de los siguientes pares de propiedades: emotividad-no emotividad, actividad-inactividad, primariedad (reacción inmediata y pasajera)-secundariedad (repercusión lenta y duradera). Los tipos son los siguientes:

      COLÉRICO: emotivo, activo, primario.

      APASIONADO: emotivo, activo, secundario.

      NERVIOSO: emotivo, inactivo, primario.

      SENTIMENTAL:

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