Estudios sobre la Filosofía Política de Francis Bacon. Teresita García González
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Aunque el narrador no repara en presentar la Fiesta de la familia como signo de una nación llena de bondades, pues a sus ojos, es una costumbre sencilla, piadosa y admirable;37 concluye el relato sin realizar apreciación alguna, como si las cualidades de la celebración fueran evidentes. Nada más distante de esto. El relato descubre detalles de suntuosidad hasta el hastío; mientras que la piedad queda una vez más en tela de juicio cuando advertimos que lo que se honra no es la procreación de hijos de Dios, sino la propagación de súbditos, y que, entre éstos, el verdaderamente ensalzado en la Fiesta es el hijo del Tirsán que a su vez sea miembro de la Casa de Salomón. La admiración deviene al percatarnos que el relato muestra una política que exalta la monogamia como aparente medio de institución de la familia; cuando en realidad es un medio para el control de la población que termina por disolver la familia, siempre que pensemos –por ejemplo– en el carácter invisible de la madre.
Por último, el orden en que se celebra la Fiesta recuerda aquel que orienta el traslado y la instalación de los europeos en la Casa para Extranjeros. La legislación de Bensalem ordena también el matrimonio y la procreación, lo que podemos corroborar en el relato que refiere la amistad entre el narrador y el judío.
Como todas las pequeñas historias que se hallan al interior de la gran narración, la del judío tolerante presenta material para diversas interpretaciones.38 Por nuestra parte, subrayamos el poder de persuasión propio de la isla; Joabín, el judío cuyo lenguaje no es el mismo que el de los otros judíos, es presentado como tierno amante de la ciudad. En segunda instancia, llamamos la atención sobre la afirmación en boca del judío respecto al origen incierto de las leyes de Bensalem, que en cualquier caso él conoce y asume; especialmente las relativas al matrimonio, que hace de éste no un negocio que provee de conveniencia, alianza, dote o reputación, sino un remedio para la concupiscencia ilegal y, principalmente, un medio para la procreación. Específicamente, Bensalem no permite la poligamia, prohíbe que se contraiga matrimonio entre parientes, ordena que la pareja se despose hasta después de un mes de realizada la primera entrevista; no anula el matrimonio sin consentimiento de los padres; ordena que, previo al matrimonio, los novios tengan un baño desnudos, a los ojos de un amigo del novio y una amiga de la novia, con el propósito de identificar defectos en los cuerpos que impidan la descendencia exitosa.39 Como consecuencia de las anteriores disposiciones legales, en la isla se castiga el trato con cortesanas, tanto en hombres casados como en los solteros; por supuesto, existe una ley en contra del aborto y la concupiscencia contra natura.
La legislación referente al matrimonio, lejos de ser considerada excesiva e indeseable, es calificada por el judío como sabia y excelente. Bensalem queda así definida por su castidad; su lema es: “quien no es casto pierde su propia estimación”.40 Sorprendentemente, Joabín agrega que la autoestima coloca la religión en segundo sitio, pues es aquella la que verdaderamente frena todos los vicios. Hay que decir que mitigar los vicios no es en Bensalem el fin último, pues previamente el judío afirma que las familias que participan en la Fiesta, sin excepción, se multiplican y prosperan de una manera extraordinaria.
Matrimonio, procreación, admisión de extranjeros y viajes a otras naciones por parte de los bensalemitas son prioridad en una legislación a cargo de los padres de la Casa de Salomón, pues a pesar de que el relato de la Fiesta de la familia habla de un rey, al igual que la madre, aquel permanece invisible. En efecto, el Colegio es la luz de la Isla; sin su mediación no hubiese sido posible la “cristianización” de Bensalem, y sin él las leyes no se harían escuchar. Su poder es de tal magnitud que aunque los europeos expresaron su sensación de libertad al asumirse como ciudadanos de la isla, a partir de ese momento están a merced de una fundación que sólo si lo desea revela al Estado los resultados de sus experimentos.41 ¿Cuál es el soporte de esta omnipotencia que, sin exagerar, hace del Estado un medio para lograr sus fines?
El objeto de la fundación expresa también la fuente de su poder: “Conocimiento de causas y secretas nociones de las cosas y el engrandecimiento de los límites de la mente humana para la realización de todas las cosas posibles”.42 No es necesario detallar todas las cosas que han sido posibles hasta el momento en que el padre de la Casa de Salomón ofrece sus misterios al narrador; basta decir que la conservación de cuerpos, la imitación de minas naturales, los compuestos para hacer más fértil la tierra, las máquinas para multiplicar y reforzar los vientos, la reproducción en el aire de cuerpos de diversos animales, la producción de bebidas tan sutiles que atraviesan en poco tiempo la palma de la mano, así como de carnes exentas de corrupción y de fácil digestión; la multiplicación de olores, la imitación de sabores capaces de engañar el paladar, la fabricación de instrumentos de guerra, etcétera, tiene el objeto de curar enfermedades y conservar la salud, así como de ofrecer comodidad a una vida que se pretende eterna. Bensalem, el “hijo perfecto”, obnubila al cristianismo porque gracias a la ciencia y la técnica ofrece la felicidad en este mundo; aunque en el fondo esto implique la tecnocracia que, al ordenar tanto lo público como lo privado, cancela la vida política. La legislación de este nuevo poder no requiere ser justificada, pues todo aquel que cifre la felicidad en los bienes que de hecho ofrece la isla aceptará vivir como su súbdito, permitiendo que dictamine incluso su forma de amar.
El idealismo de Bacon no se encuentra precisamente en su confianza respecto al desarrollo de la ciencia, sino en su confianza respecto al amor por la humanidad, en la convicción de que éste pueda silenciar otras formas de amar. ¿O es acaso suficiente que la ley ordene pena de ignominia y multas para evitar la impostura en el uso de los conocimientos científicos?43 ¿Es suficiente implorar la bendición divina para que la ciencia sea iluminada en sus trabajos haciéndolos útiles y buenos?44 Si, como hemos visto, la ley y la religión encuentran en la ciencia su fundamento, la respuesta a estas preguntas es negativa. No obstante, para quienes cuestionamos que la mejor forma de vida es la que ofrece Bensalem, la Nueva Atlántida es opus imperfectum porque guarda una opción: descubrir el secreto de los trece extranjeros que resistieron al paraíso terrenal.
Bibliografía
Bacon, Francis, “Nueva Atlántida” en Utopías del Renacimiento, versión directa del inglés de Margarita V. de Robles y estudio preliminar de Eugenio Imaz, México, FCE, 1941.
__________, “New Atlantis” en The Works of Francis Bacon, reunidos y editados por James Spedding, Robert L. Ellis y Douglas D. Heath, vol. V, Boston, Houghton Mifflin, 1900. https://archive.org/details/worksfrancisbaco05bacoiala
__________, The advancement of learning and New Atlantis, Ed. de Arthur Jonhston, Oxford, Clarendon Press, 1974.
__________, The Essays of Francis Bacon, Ed. de Mary Augusta Scott, Nueva York, Charles Scribners´s Sons, 1908.
Pangle, Thomas L. y Burns, Timothy W., The Key Texs of Political Philosophy: an Introduction, Cambridge, Cambridge