¿Cómo correr?. Nicholas Romanov
Чтение книги онлайн.
Читать онлайн книгу ¿Cómo correr? - Nicholas Romanov страница 4
Para los atletas, el único inconveniente de este método es su incompatibilidad con el dopaje y cualquier otro estimulante prohibido para el deporte o la capacidad física en el trabajo (eficiencia). Con el fin de obtener ciertas ventajas para el corazón, los vasos sanguíneos y los músculos, tal vez los corredores aficionados tengan problemas para abandonar la vieja creencia de que es posible correr de cualquier modo, incluso aterrizando sobre los talones para apoyarse. Aquí se les planteará un estilo de correr muy diferente, con una técnica distinta, sensaciones muy diferentes y ventajas que mejorarán su salud.
Una advertencia: para países como Estados Unidos y Rusia, las oportunidades perdidas sin este nuevo método de enseñanza y tecnología del entrenamiento se calculan en miles de millones de dólares a escala nacional, y en cientos de miles para el presupuesto familiar de sus ciudadanos.
Al final de esta introducción para el libro de Nicholas Romanov, me di cuenta de que siento cierta envidia de sus futuros lectores, porque todavía tienen por delante muchas horas de dicha descubriendo su contenido y disfrutando de él, lo cual para mí ya es demasiado tarde…
Profesor Vadim Balsevich
Miembro correspondiente de la Academia Rusa de Educación
INTRODUCCIÓN
A pesar de la cantidad de artículos y libros científicos escritos sobre la técnica para correr, el problema de cómo correr y enseñar la técnica para correr todavía no se ha abordado de forma satisfactoria. Este copioso río de información y opiniones sigue estando desarticulado, es ecléctico y constituye una amalgama de observaciones y experiencias anecdóticas, carentes de cualquier concepto unificador integral.
Como resultado, el proceso de enseñanza se parece a un hijo adoptivo; es un proceso que depende totalmente de la intuición, de las preferencias y de la competencia del entrenador. Sin una escuela de pensamiento que haya sistematizado lo que constituye una técnica correcta para correr, lo que enseña cualquier entrenador o instructor no es mucho más que un tema de preferencia personal y subjetivo.
Este libro es mi intento por llenar ese vacío mediante un método uniforme e integrado sobre la técnica para correr que instructores y entrenadores de todo el mundo puedan enseñar de forma sistemática. Los conceptos que constituyen la base del método de la postura en carrera derivan no sólo de principios científicos, sino también de la observación, la intuición y más de 20 años de trabajo con corredores de todos los niveles.
Me baso en la sencilla suposición de que como cualquier otro movimiento del ser humano, correr debe contar con una «mejor forma» de hacerse. Para encontrar esa «mejor forma», observé a personas y animales corriendo y traté de identificar los principios científicos de la locomoción.
Una vez identificados esos principios, traté de crear un sistema sobre el movimiento humano del que se obtuvieran los máximos beneficios de las fuerzas de la naturaleza. Aunque en esencia realiza tareas mecánicas, mi creencia es que este movimiento es tan artístico y refinado como los movimientos que caracterizan al patinaje sobre hielo, el ballet o la gimnasia.
A mi entender, esta búsqueda de la «mejor forma» de correr era un tema urgente. Si, de hecho, pudiera crear un programa que permitiera a las personas correr sin lesiones, con un mejor rendimiento y —más importante, si cabe— más placentero en su consecución, habría hecho un buen servicio a incontables atletas.
Tus ideas e intuiciones pueden convertirse en elementos valiosísimos para la siguiente edición de este libro, y compartirlos con corredores de todas las edades y nacionalidades.
Doctor Nicholas Romanov
Primera parte
LOS COMIENZOS
Svetlana y Nicholas Romanov en 1972
Capítulo 1
La necesidad es la madre de la invención.
Jonathan Swift
LA BÚSQUEDA DE LA TÉCNICA PERFECTA PARA CORRER
Una mañana fresca y lluviosa de octubre de 1977 volvía a casa desde el estadio de la Universidad Pedagógica, donde acababa de dar una lección sobre atletismo a mis estudiantes de la Facultad de Educación Física. Por aquella época, la Universidad Pedagógica, situada en la ciudad de Cheboksary, a 963 kilómetros de Moscú, era una pieza clave del asombroso imperio deportivo de la Unión Soviética. Muchos de los atletas que llegarían a colgarse medallas olímpicas, batirían récords mundiales y se integrarían en los mejores equipos soviéticos se matriculaban en esta universidad, y realizaban su entrenamiento diario en nuestra pista y en nuestras salas de entrenamiento.
Como antiguo estudiante de aquella Universidad, ahora era profesor y entrenador de atletismo. No obstante, a pesar de los muchos éxitos de nuestros atletas y del prestigio de la Facultad, mi estado de ánimo estaba en consonancia con aquel día triste y me mostraba alicaído y taciturno.
Tras dos años de trabajo con los estudiantes y cursando mis estudios de posgraduado, aunque ahora contaba con más datos y conocimientos que antes y que hacía mi transición de atleta competitivo a entrenador y científico, me di cuenta de que vivía en una paradoja. También me di cuenta de que toda mi formación universitaria no me había pertrechado para enseñar a mis estudiantes algo en apariencia tan sencillo como correr. El problema no era que yo fuera un mal estudiante ni nada parecido. Al contrario, me había graduado entre los mejores y me estaba preparando para escribir mi tesis de doctorado en el ámbito de la ciencia del deporte.
Era un dilema curioso. Aprovechándome de los maravillosos profesores y de los excelentes manuales, había tenido a mi alcance todo el conocimiento que sobre correr se había acumulado en el campo científico y en la práctica educativa de aquella época. Pero lo que yo quería —un método que enseñase la técnica para correr— no existía en la teoría ni la práctica.
Lo que sí existía era un cúmulo de puntos de vista distintos, por lo general contradictorios, sobre la importancia de la técnica en la carrera y los métodos para enseñarla. Una teoría prevalente afirmaba que para los seres humanos correr era algo natural y no debía ni podía enseñarse, ya que el estilo individual para correr era algo determinado, sobre todo al nacer, por la estatura física. Otra idea muy difundida era que la técnica apropiada para correr de velocistas, mediofondistas y fondistas era distinta y, por lo tanto, requería diferentes formas de enseñanza en cada caso.
Con independencia de a qué lado de la pista estuvieran, los entrenadores y profesores más cualificados estaban de acuerdo en cierta actitud respecto al atletismo. Casi sin excepción, creían que correr era un ejercicio sencillo y que los mejores corredores eran los que combinaban el entrenamiento más duro con una herencia genética superior. Siguiendo este razonamiento, creían que a diferencia de otras pruebas de atletismo como los saltos, las carreras de vallas o los lanzamientos o, en lo que aquí nos concierne, otras disciplinas de movimiento como el ballet, el karate o la danza, donde la técnica sí se considera de vital importancia, había poca necesidad de prestar atención a aspectos específicos de la técnica para