100 Fichas de animaciones para personas mayores. Evelyne Allègre

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100 Fichas de animaciones para personas mayores - Evelyne Allègre Salud

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memoria episódica: esta memoria incluye la memoria de los acontecimientos en relación con el tiempo y el espacio (por ejemplo: el 12 de octubre). Se debilita con la edad. Esta memoria está asociada con la memoria biográfica;

      – memoria semántica: se trata de la memoria que permite el aprendizaje escolar, el «aprender de memoria» como el cálculo, la gramática, las canciones, los poemas;

      – memoria procedimental: es la memoria que interviene en los gestos técnicos y profesionales (conducir, montar en bicicleta, hacer punto, etc.). Permanece largo tiempo y puede mejorarse.

      Estas enfermedades representan el 50 por ciento de los casos de demencia. Las principales demencias degenerativas son:

      – la enfermedad de Alzheimer, que se manifiesta principalmente por el olvido;

      – la enfermedad de Pick, que se traduce en indiferencia, ausencia de inquietud y euforia del paciente;

      – la demencia con cuerpos de Lewy, que se caracteriza por una evolución más rápida y por episodios de confusión y alucinaciones.

      B La enfermedad de Alzheimer a grandes rasgos

      Se trata de una enfermedad difícil de detectar, porque los indicios iniciales suelen ser mínimos. Pero la enfermedad va evolucionando poco a poco, y empiezan a aparecer trastornos asociados a la memoria inmediata (y, más adelante, a otros tipos de memoria) que se irán intensificando.

      – El olvido de los hechos:

      • la persona cada vez olvida más y más hechos recientes (por ejemplo: apagar la estufa o cerrar el grifo);

      • después empieza a olvidar las citas, las visitas, las fechas (por ejemplo: las fiestas familiares); repiten varias veces la misma pregunta para luego olvidar de inmediato la respuesta; la persona todavía conserva sus capacidades mentales y es consciente de que su estado se está degradando, lo que le provoca un gran sufrimiento;

      • al final, el trastorno de la memoria es total.

      – El olvido de las personas:

      • el enfermo olvida la identidad de sus conocidos y vecinos;

      • después, el olvido se extiende a sus familiares y amigos cercanos;

      • por último, el enfermo ya no reconoce ni su propia identidad.

      – El olvido de las necesidades básicas: por ejemplo, alimentarse.

      – La desorientación en el tiempo y el espacio: por ejemplo, se pierde en su propia calle, ya no sabe qué día es, guarda los objetos en lugares inadecuados, etc.

      Los síntomas pueden resumirse en las cuatro A: amnesia, afasia, apraxia y agnosia:

Amnesia La memoria se ve afectada en primer lugar por el hecho de que la persona es incapaz de registrar nuevos acontecimientos.
Afasia A continuación, aparecen trastornos del lenguaje que hacen que la comunicación resulte más difícil; la persona olvida palabras o las sustituye por palabras inadecuadas.
Apraxia La torpeza gestual va acompañada de una pérdida de las sensaciones.
Agnosia La persona ya no reconoce su entorno. En este estado profundo de confusión mental, puede adoptar actitudes de indiferencia, de mutismo o de agresividad (al final, es inevitable que acabe teniendo que ser ingresado).

      La enfermedad de Alzheimer irá destruyendo progresivamente todos los tipos de memoria. Sin embargo, antes de ser tratada por la memoria inmediata, la información pasa primero por el sistema sensorial (véase la Nota + de p.11). Por lo tanto, es posible que esta retención rápida de la información a través de nuestros sentidos, este «paso», no sea destruida por la enfermedad: la persona afectada puede recuperar fragmentos de recuerdos gracias a sonidos o imágenes.

      C Las demencias vasculares

      Este grupo de demencias se debe a problemas que impiden que el riego sanguíneo llegue a ciertas partes del cerebro. Este fenómeno puede estar causado por uno o varios AVC (accidentes vasculares cerebrales) y, en general, provoca la muerte de las células nerviosas. Las zonas del cerebro más afectadas son aquellas que controlan la memoria, el lenguaje y el aprendizaje. Una de las particularidades de esta afección es el modo en que evoluciona, a golpes.

      Este tipo de demencia representa el 20 por ciento de los casos.

      Entre las demencias vasculares más conocidas están:

      – las demencias asociadas a la enfermedad de Parkinson;

      – la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (hemos oído hablar mucho de ella durante la crisis de las «vacas locas», pero su relación con la encefalopatía espongiforme es una hipótesis que hoy por hoy está siendo cuestionada).

      D Las manifestaciones y las consecuencias de la demencia

      En resumen, la desorganización cognitiva de las demencias se traduce en:

      – pérdida progresiva de la autonomía;

      – dificultades para realizar actividades;

      – dificultades para adaptarse a situaciones nuevas, lo que provoca una desadaptación social.

       A nivel psicológico

      Las demencias no necesariamente implican trastornos del comportamiento. Por ejemplo, una persona puede padecer una demencia disfrazada de depresión (véase la Nota + de la noción 3, en p. 8). La depresión no está biológicamente asociada a la enfermedad degenerativa, por lo que puede tratarse. Esta información es importante, porque los trastornos del comportamiento que se suman a la demencia hacen que la enfermedad resulte todavía más difícil, por no decir insoportable, para aquellos que tienen que convivir con ella.

      Así pues, la consciencia de la evolución de la enfermedad y luego del sufrimiento de las dificultades que ocasiona puede tener diferentes consecuencias para el enfermo:

      – al principio: negación y agresividad;

      – a continuación, ansiedad y depresión (que puede llevar al suicidio);

      – y por último, trastornos del comportamiento (fugas, gritos, apatía, agitación, trastornos del sueño, de conductas alimentarias, esfinterianas, sexuales, etc.).

      Estas consecuencias psicológicas y conductuales de la demencia pueden minimizarse o evitarse mediante un entorno afectivo y material seguro, y con actividades que permitan al enfermo recuperar un poco de su pasado y de su dignidad.

      El animador puede ayudar al demente otorgándole la confianza suficiente como para que se sienta capaz de recuperar recuerdos. Cuanto más confianza sienta en sí mismo y mayor sea su autoestima, mayor será su capacidad para progresar.

      FUNCIÓN

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