Cooperar para crecer. Francisco Zariquiey Biondi

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Cooperar para crecer - Francisco Zariquiey Biondi страница 6

Cooperar para crecer - Francisco Zariquiey Biondi Biblioteca Innovación Educativa

Скачать книгу

son mis alumnos?

      La red de aprendizaje que te proponemos se sustenta en una estructura formada por grupos cooperativos; en ellos, los alumnos trabajan juntos, compartiendo información, tareas y recursos, y se benefician así de las enormes posibilidades que ofrece la interacción para potenciar su aprendizaje.

      Un equipo cooperativo bien configurado puede ser un espacio de trabajo ideal para tus alumnos, tanto para los que pueden presentar algún tipo de dificultad como para los que tienen un alto nivel de desempeño. En este contexto, la cooperación puede convertirse en una extraordinaria herramienta metodológica que mejore su experiencia escolar y, por qué no, los convierta en niños y niñas más felices.

Antes de continuar, nos gustaría que hicieras un alto en el camino y pensaras en los niños y niñas de tu clase: cómo juegan, qué les gusta, cuándo sonríen más, quién te trae de cabeza, pero se ha ganado tu corazón, cuál tiene siempre un dibujo para ti o algo que contarte del fin de semana. Te proponemos que elabores una lista con sus nombres para que, durante todo el capítulo, los tengas muy presentes.

      Por todo ello, en este capítulo nos ocuparemos de algunos factores que debes tener en cuenta para formar grupos de alumnos con ciertas garantías de éxito. El primero de ellos es, sin duda alguna, conocer a tu alumnado.

      Pero piensa un momento en esto... En Infantil, los niños comienzan su escolarización y nosotros no tenemos —como nuestros compañeros docentes de otros niveles educativos— informes o un expediente académico que nos aporte datos fiables sobre cada uno de ellos. Todo está por hacer y nos corresponde a nosotros. Eso ya le aporta una pizca de dificultad a nuestra tarea.

      Después de este bonito paréntesis en el que has confirmado que —aunque a veces te den mucho trabajo— te encanta tu clase, llega el momento de reflexionar sobre qué información de cada uno de ellos te resultará más relevante, así como el tipo de herramientas que puedes utilizar para obtenerla.

      De entrada, piensa que estos datos te servirán para:

      • Formar grupos cooperativos, basados fundamentalmente en la heterogeneidad, para que puedan trabajar juntos alumnos de niveles, talentos, características y necesidades diferentes.

      • Colocar a cada alumno dentro del grupo, según su nivel de desempeño, su grado de autonomía o sus destrezas cooperativas, y establecer posibles parejas dentro del equipo.

      • Monitorizar el funcionamiento de los grupos. Al registrar de forma sistemática el desarrollo del trabajo de cada equipo o las actitudes y destrezas cooperativas de tus alumnos, podrás valorar sus progresos o corregir aquellos aspectos que merezcan tu atención.

      No olvides que el hecho de conocer a tus alumnos, tanto en cuestiones relacionadas con su nivel de desempeño como de sus competencias para la cooperación, te proporcionará una herramienta muy valiosa para construir la red de aprendizaje.

      “Genial, pero... ¿qué tengo que conocer?” Si eso es lo que estás pensando ahora mismo, no desesperes. A continuación, te detallamos aquellos rasgos del alumnado que pueden servirte para formar grupos cooperativos. Los encontrarás clasificados en cuatro ámbitos, relacionados con su proceso de aprendizaje, su desarrollo emocional, el tipo de relaciones que establecen y sus competencias para cooperar.

      Irás comprobando que somos muy de dar consejos —útiles, creemos— y aquí va uno: sería conveniente que tuvieras a mano un documento que contenga una serie de indicadores para que, posteriormente, puedas registrar en él los datos que corresponden a cada niño o grupo. Cuando lo necesites, te aportará información relevante para guiar tu reflexión y tomar decisiones.

      Si piensas en los rasgos relacionados con el proceso de aprendizaje, puedes valorar:

      • Si el alumno destaca o tiene dificultades en alguna determinada actividad o destreza.

      • Su desarrollo psicomotriz.

      • Su nivel de adquisición del lenguaje o del proceso de lectoescritura.

      • Su grado de autonomía para la construcción del aprendizaje.

      • Su nivel de desempeño.

      • Su necesidad de ayuda.

      • Su motivación hacia el aprendizaje.

      • Sus intereses.

      • Su creatividad.

      Si te fijas en rasgos de tipo emocional, puedes prestar atención a:

      • Su grado de responsabilidad ante los compromisos.

      • Su actitud ante el fracaso, su reacción ante el “no”.

      • Su grado de empatía, —alumno individualista o especialmente dispuesto a prestar atención—.

      • Su actitud en el aula, —alumno tranquilo o más bien inquieto o disruptivo—.

      • Su sensibilidad y respeto hacia la diversidad.

      Si observas la forma en la que el alumno establece relaciones, puedes tener en cuenta:

      • Su grado de integración en el aula.

      • Su interés por participar o colaborar con el docente o con los compañeros.

      • Sus relaciones con el adulto —maestros o familiares— y con los compañeros, el tipo de vínculos que establece.

      • Su actitud ante el conflicto, si participa en él o actúa como mediador.

      • Su respeto por las normas.

      • Sus competencias para el liderazgo —alumno retraído o generalmente respetado por los compañeros—.

      Finalmente, si te centras en las competencias para cooperar, puedes fijarte en:

      • Sus facultades para tutorizar o prestar ayuda a los demás.

      • Su capacidad para pedir ayuda.

      • Sus destrezas para motivar e ilusionar a sus compañeros.

      • Su grado de autonomía dentro del grupo.

      • Su actitud ante el trabajo grupal.

      • Su capacidad para la gestión de situaciones conflictivas dentro del grupo.

      • Su reacción ante la sanción o la recompensa grupal.

      • Su contribución a la cohesión grupal.

      Estos pueden ser, según nuestro criterio, algunos de los múltiples datos que te pueden interesar antes de formar grupos cooperativos en tu aula, pero no son los únicos, puedes necesitar otros. Lo bueno es que, actualmente, existe mucha bibliografía sobre este tema, por eso es conveniente que busques y selecciones el procedimiento y las herramientas que se adecuen a tus intereses y a tu grupo de alumnos.

      Ahora bien, supongamos que ya tienes

Скачать книгу