Cooperar para crecer. Francisco Zariquiey Biondi

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Cooperar para crecer - Francisco Zariquiey Biondi Biblioteca Innovación Educativa

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pareja formará equipo con dos componentes de la mesa de al lado, de manera que, si no consiguen ponerse de acuerdo o resolver la tarea o la duda, se podrán girar y preguntar a la pareja compañera que está en el equipo de al lado. Podemos elegir entre distintas opciones:

      Formamos el grupo girando las sillas.

      Resulta especialmente interesante cuando tenemos poco espacio en clase (y poca distancia entre los equipos) o para tareas que no exigen trabajar sobre una mesa: diálogo y debates, lectura, observación, puestas en común...

      Formamos el grupo en mesas “extra”.

      Resulta especialmente interesante para actividades que exigen trabajar sobre una mesa, como, por ejemplo, las actividades de escritura, recortar, pegar, pintar...

      Formamos el grupo en el suelo, con cojines.

      Resulta especialmente interesante para actividades que exigen soportes amplios (cartulinas, papel continuo, folios A3...) o materiales que pueden usarse en el suelo: construcciones, maquetas, juegos de mesa, etc.

      ¿Crees que alguna de estas opciones te podría valer? ¿Por cuál te decides? Sea cual sea tu elección —siempre en función de tus objetivos y de la experiencia cooperativa de tus alumnos—, debes tener en cuenta que una buena opción para empezar a cooperar es crear una estructura que hemos bautizado en Educación Infantil como “parejas compañeras”. Para formarlas, te proponemos el siguiente procedimiento:

      Paso 1. Forma las parejas

      Toma como referencia los criterios que estás priorizando en cada momento y evita emparejar alumnos y alumnas de niveles de desempeño muy extremos. No olvides que tienen que ser diversos, pero no en exceso, para que se pueda trabajar con las “zonas de desarrollo próximo”.

      Paso 2. Establece las parejas compañeras

      Agrupa dos parejas formando “parejas compañeras”, procurando que al menos cuenten con un niño o una niña capaz de prestar ayuda en la mayoría de las tareas que pretendes canalizar a través de la cooperación. Realiza actividades específicas de cara a que todos sepan cuál es su pareja compañera.

      Paso 3. Dispón a las parejas compañeras en el aula. Procura que estén lo suficientemente cerca como para poder dialogar y trabajar juntas.

      “¿Y si un día la pareja de un niño no viene? ¿A quién recurre?”. Seguro que van surgiendo estas y otras preguntas, y eso nos encanta porque significa que la cosa fluye. Recuerda que es fundamental crear un marco de relación entre todos los miembros del grupo, estableciendo que pueden acudir a la “pareja compañera” si falta a clase su pareja o en caso de necesitar ayuda.

      De este modo, como puedes apreciar, además del trabajo individual se establecen tres dinámicas de interacción diferentes: trabajo en parejas, resolución de dudas interparejas y trabajo en pequeño grupo.

      En conclusión, a la hora de diseñar los grupos cooperativos debes valorar situaciones diferentes:

      • En caso de contar con alumnos pequeños o que nunca han trabajado en equipo, podrías empezar formando parejas, ya que esta dinámica no requiere del manejo de sofisticadas destrezas cooperativas y podrás obtener algunos de los beneficios más interesantes de las dinámicas cooperativas.

      • Cuando los niños hayan aprendido a gestionar las situaciones de interacción en pareja (pedir ayuda cuando la necesitan, respetar la señal de atención, participar en las actividades…), puedes empezar a combinarlas con situaciones esporádicas interparejas —a las que hemos llamado “parejas compañeras”, ¿recuerdas?—, para que los niños se comuniquen, por ejemplo, cuando tengan dudas o cuando alguien haya faltado a clase.

      • En el momento en que el trabajo en “parejas compañeras” funcione, puedes empezar a organizar técnicas en equipo para realizar en las asambleas o en las tareas.

      • Por último, puedes empezar a utilizar de forma habitual —en función de la actividad que vayas a realizar— el trabajo individual, en parejas y en equipo.

      La duración del agrupamiento

      Existe cierta división de opiniones con respecto al tiempo que debemos mantener un mismo agrupamiento: desde los partidarios de lapsos breves de tiempo y cambios constantes, hasta los que defienden niveles muy altos de estabilidad. Ambas posturas presentan sus ventajas y, por tanto, pueden resultarnos interesantes en determinadas circunstancias.

      Con respecto a mantener poco tiempo los grupos, podemos señalar lo siguiente:

      a. Los niños tienen la oportunidad de trabajar con todos los compañeros de clase.

      b. Aumentan las posibilidades de interacción entre todo el alumnado. Esto es genial, por lo que estarás pensando que te quedas con esta opción.

      Pero los agrupamientos estables cuentan también con beneficios evidentes:

      a. La clase presenta una estructura clara, que dota de estabilidad y eficacia a la dinámica de trabajo.

      b. Como consecuencia de lo anterior, los alumnos tienen tiempo de conocerse y aprender a trabajar juntos.

      c. Aumenta la cohesión del grupo, en la medida en que desarrollan una identidad grupal más fuerte.

      Ahora sí que se te acaba de presentar un buen dilema. Para ayudarte a analizar las posibilidades que ofrece alargar o acortar la duración de los agrupamientos que has establecido en tu aula, debes pensar que los grupos humanos, independientemente de la edad de sus integrantes, atraviesan por una serie de fases que se articulan a través del modelo de las cinco etapas del desarrollo de los grupos.

      Pero no queremos dártelo todo hecho, así que te proponemos un reto. Te aportamos la definición de cada una de las etapas y tu objetivo es tratar de ubicar el nombre que le corresponde a cada una. Si no tienes el día para pensar mucho, en el pie de página encontrarás las soluciones.

      Desempeño — Formación — Desintegración — Conflicto — Regulación

      • _________________: los niños experimentan incertidumbre respecto al propósito, la estructura y el liderazgo. Analizan los comportamientos de sus compañeros2.

      • _________________: los integrantes del grupo aceptan la existencia del grupo, manteniendo aún una cierta desconfianza sobre quién asumirá el control del mismo3.

      • _________________: comienzan a establecerse relaciones cercanas y de cohesión, de manera que se va solidificando la identidad y la camaradería de sus miembros4.

      • _________________: en este momento se configura una estructura funcional y plenamente aceptada del grupo. Los niños llegan a conocerse y a comprenderse5.

      • _________________: en esta última etapa la prioridad es la finalización del grupo6.

      El tiempo que tarda un grupo

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