Cooperar para crecer. Francisco Zariquiey Biondi

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Cooperar para crecer - Francisco Zariquiey Biondi страница 8

Cooperar para crecer - Francisco Zariquiey Biondi Biblioteca Innovación Educativa

Скачать книгу

a la hora de buscar la heterogeneidad en tus grupos, descubrirás las ventajas de la interacción cooperativa. Por ejemplo, de los conflictos sociocognitivos que se derivan de la diversidad de puntos de vista, de las situaciones de andamiaje que se producen cuando un alumno que sabe hacer algo necesita que su compañero consiga hacerlo, de las situaciones de modelado que promueven la toma de contacto con otras formas de hacer las cosas, etc.

      Ahora bien, no queramos abarcarlo todo. En teoría, sería interesante conseguir el máximo grado de heterogeneidad atendiendo a todos estos criterios, pero, en la práctica, es muy difícil simultanearlos. Por ello, estaría bien que empezaras por tener en cuenta uno o dos criterios, dando prioridad a los que consideres especialmente relevantes para tu grupo-clase y, a partir de ahí, introducir alguno más y tratar de congeniarlos con la heterogeneidad respecto a los primeros que elegiste, así hasta donde puedas llegar. A esto lo llamamos “criterios priorizados”.

      Pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de priorizar unos sobre otros? Imagina que en tu aula de alumnos de 3 años decides centrar la cooperación en el desarrollo de rutinas y hábitos; ¿qué criterio antepondrías inicialmente? Te damos tres opciones (piénsalo bien, que te juegas mucho):

      a. Nivel de integración en la clase.

      b. Grado de autonomía.

      c. Perfil de inteligencia.

      ¿Has elegido la opción b, el grado de autonomía? Genial. Si no ha sido así, no pasa nada, estás empezando en esto de la cooperación y, además, nadie tiene por qué enterarse. Irás viendo que puedes empezar dando prioridad a la autonomía, pero, más adelante, según vayan avanzando y adquiriendo más destrezas cooperativas, tal vez te interese priorizar otra clase de criterios relacionados con factores de tipo escolar —como el nivel de desempeño más académico— o con ciertas destrezas para cooperar —como la capacidad para prestar ayuda—.

      Ahora que ya nos estamos haciendo “fans” de los grupos heterogéneos, vamos a añadir un apunte que no deberías pasar por alto: para sacar el máximo partido a la interacción social en nuestras aulas y beneficiarnos de todas las posibilidades que nos ofrece para atender a las necesidades del alumnado en cada momento, no debemos cerrar la puerta a la utilización puntual de los grupos homogéneos. Y no es que pretendamos hacerte un lío, es simplemente que, en la práctica, esto supone que puedes combinar de forma estratégica los equipos-base con agrupamientos esporádicos, en función de algún objetivo o de ciertas tareas y actividades que vayas a realizar. Recuerda que la flexibilidad es fundamental a la hora de trabajar cooperativamente con tus alumnos.

      Estos grupos podrán tener cierta intención de homogeneidad en función de criterios concretos como pueden ser, por ejemplo, el nivel de desarrollo, el grado de autonomía, los intereses, el ritmo de aprendizaje o el perfil de inteligencia. Podrías emplearlos para enseñar determinadas habilidades sociales, reforzar objetivos no alcanzados, trabajar destrezas específicas, atender a ritmos diferentes en el proceso de lectoescritura, contemplar diversos intereses y capacidades, etc. Puedes utilizarlos también en el desarrollo de una unidad didáctica, taller o proyecto, en función de los objetivos que pretendas conseguir en cada caso. Ahora bien, una vez terminada la tarea, los alumnos volverán a su grupo de referencia.

      El tamaño de los grupos

      Ahora viene una de las preguntas estrella cuando hablamos de agrupamientos: “¿Cuántos miembros deben tener los grupos cooperativos?”. En Educación Infantil suelen tener entre dos y cuatro o cinco miembros. Es cierto que puede parecerte una horquilla bastante amplia, pero podrás concretarla en función de factores muy diversos. Partiendo de un planteamiento inclusivo que utilice la cooperación como herramienta de atención a la diversidad, debes intentar ser flexible y adecuar el número de miembros de los equipos a las necesidades que surjan en cada momento. Por ejemplo, el tamaño de los equipos puede depender de los objetivos que te hayas planteado, de la edad o el nivel de desarrollo de los alumnos, de su experiencia cooperativa, de los materiales que se utilizarán o del tiempo disponible.

      Vamos a darte algunas pinceladas sobre cómo elegir el tamaño para el agrupamiento base sobre el que construirás la red de aprendizaje, porque conviene que tengas presente que tanto los grupos pequeños como los grandes presentan ventajas.

      • Grupos pequeños: resulta más fácil hacerlos funcionar, ya que se necesita un nivel menor de destrezas para la cooperación. Esto es especialmente importante en nuestra etapa, debido a la edad y a la falta de experiencia cooperativa de nuestros alumnos. Además:

      a. Se coordinan mejor.

      b. Aumentan las posibilidades de participación de todos los alumnos.

      c. Es más fácil llegar a acuerdos.

      d. Los miembros del grupo están más cohesionados.

      e. Hay una mayor responsabilidad individual.

      f. Es más fácil detectar y resolver los problemas.

      • Grupos grandes: aunque exigen un nivel mayor de habilidades, presentan una ventaja básica para el aprendizaje cooperativo, pues ponen sobre la mesa una diversidad —y, por tanto, una heterogeneidad— mayor. De este modo, permiten contrastar un mayor número de destrezas, opiniones, intereses, actitudes y ritmos diferentes. Por ejemplo, en los equipos más grandes te resultará más fácil contar con un alumno capaz de prestar ayuda a sus compañeros.

      Teniendo en cuenta estas cuestiones, ¿cuál crees, en número, que es el tamaño ideal de un grupo de aprendizaje cooperativo? Te dejamos unos segundos para pensarlo.

      La mayoría de los autores valoran que el tamaño idóneo es de ¡cuatro alumnos! Este formato es el ideal, ya que cuentan con una suficiente diversidad y el número de alumnos no es muy elevado, por lo que el funcionamiento y la coordinación no resultan excesivamente difíciles.

      Ahora bien, el hecho de que tu clase esté estructurada en grupos de cuatro no significa que los alumnos realicen todas las actividades juntos. Dentro de un grupo de cuatro, los alumnos pueden realizar determinadas actividades en parejas, otras en grupo e incluso puede —y debe— haber momentos para el trabajo individual.

      “Pero ¡horror!, ¡las mesas de mi clase no son divisibles!”. Tranquilidad, sabemos que en Educación Infantil podemos encontrarnos con que algunas aulas cuentan con mesas —normalmente hexagonales, aunque también son habituales las mesas rectangulares o circulares— que, en muchos casos, no pueden subdividirse y, por tanto, no pueden individualizarse. Si este es el tipo de mobiliario de tu aula, puede incluso que tu única opción sea formar grupos de seis alumnos, pero es necesario que tengas en cuenta las dificultades que presenta la gestión de un agrupamiento tan numeroso y tratar de buscar alternativas. Como hemos dicho anteriormente, cuanto más grande es el grupo, peor funciona. La cantidad y la complejidad de las interacciones que se derivan de estos equipos exigen del alumnado un nivel alto de destrezas.

      Como no queremos que te desanimes si este es el caso de tu aula (o tal vez no lo es ahora mismo, pero puede llegar a serlo en algún momento), te damos algunas ideas:

      • Prueba a mantener el concepto de agrupamientos de pareja como equipo de referencia o para realizar las tareas, para las puestas en común al comienzo o al final de la actividad, o para prestar ayuda. Así, el grupo de seis quedaría únicamente para compartir materiales o ayudar en el caso de que la pareja no consiga resolver una duda. Teniendo en cuenta el elevado número de niños que forman el grupo, trata de evitar plantear actividades en las que tengan que llegar a un consenso o tomar decisiones en común. El concepto de agrupamiento será realmente el de una pareja que se sienta con otras dos.

      •

Скачать книгу