¡No valga la redundancia!. Juan Domingo Argüelles
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Estos disparates son propios del periodismo y, especialmente, del periodismo del ámbito de los espectáculos. En internet leemos acerca del libro:
En buen español, sin redundancia, debe ser
33. bofetada, ¿bofetada en el rostro?, ¿bofetada en la cara?, bofetón, ¿bofetón en el rostro?, ¿bofetón en la cara?, cachetada, ¿cachetada en el rostro?, ¿cachetada en la cara?
Una típica redundancia española, que se ha extendido a varios países de Hispanoamérica, es “bofetada en la cara”, con sus variantes “bofetada en el rostro”, “bofetón en el rostro”, “bofetón en la cara”, “cachetada en el rostro” y “cachetada en la cara”. Esto prueba que son muchas las personas que ignoran dónde tienen las “mejillas”, “cachetes” o “carrillos” y, aún peor, dónde tienen el “rostro”, la “cara”. En el tomo primero del Diccionario de Autoridades (1726), leemos que el sustantivo femenino “bofetada” es “el golpe que se dá en el carrillo con la mano abierta, que aunque duela poco es grande injúria quando la da un hombre à otro. Tomó el nombre del ruido, ò sonido que hace a modo de Bof”. En su última edición (2014), el DRAE afirma que el término tiene origen incierto, pero repite, en su primera acepción, la definición textual de hace ya casi tres siglos: “golpe que se da en el carrillo con la mano abierta”. Ejemplo: Por atrevido recibió una bofetada. De ahí que el sustantivo masculino “bofetón” (aumentativo de “bofetada”) sea una “bofetada dada con fuerza” (DRAE). Ejemplo: Recibió el bofetón que merecía su atrevimiento. En 1726 el Diccionario de Autoridades incluía también el sentido figurado que registra el DRAE, en su tercera acepción, para “bofetada”: “desaire, desprecio u ofensa”. Ejemplo que ya es frase hecha: Le dio una bofetada con guante blanco. Decir y escribir que la “bofetada”, el “bofetón” y la “cachetada” se dan en el rostro o la cara es cometer bruta redundancia, pues si una “nalgada” es un golpe en la nalga o en las nalgas, una “bofetada” o un “bofetón” siempre serán golpes, con mano abierta, en los “carrillos” o “mejillas”, que también se llaman “cachetes”. De ahí el sinónimo “cachetada”. ¿Y en dónde tenemos los “carrillos”, “mejillas” o “cachetes”? ¡En la cara, obviamente! No hay otro lugar, sino el “rostro” o “cara” (“parte anterior de la cabeza humana”) en el que tengamos las “mejillas” o los “cachetes” o “carrillos” (“partes carnosas de la cara, desde los pómulos hasta lo bajo de la quijada”, DRAE), para colocar “bofetadas”, “bofetones” o “cachetadas”. Y, sin embargo, hasta escritores hay que no lo saben; no se diga periodistas y otros profesionales cuya materia prima es el idioma. Las expresiones “bofetada en la mejilla”, “bofetón en la mejilla” y “cachetada en la mejilla” son también expresiones redundantes en tanto no posean un complemento de precisión. Por ejemplo, es redundancia decir, simplemente, Le dio una bofetada en la mejilla, pero no lo es si se precisa o acota: Le dio una bofetada en la mejilla izquierda o Le dio un bofetón en la mejilla derecha.
En 2017 las agencias noticiosas distribuyeron la siguiente información:
Lo correcto es simplísimo:
34. borrar, ¿borrar la sonrisa de los labios?, cara, labios, perder, ¿perder la sonrisa de la cara?
Podemos