René Salamanca y el clasismo. Enrique Arrosagaray
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Delgado: Noo, yo ese día o mejor dicho, un día antes... Por ejemplo, el Rengo Matei renunció, otros tomaron parte de enfermo y se fueron, se piraron...
Hadad: Y algunos presos también, ¿no?
Delgado: Y yo tomo esa actitud porque sabía que se venía el golpe. Porque se mencionaba, nos dijeron “loco...”. Yo un poco fui testarudo, yo fui muy testarudo, lo reconozco. Y digo “bueno, me tomo parte de enfermo” y me tomé una semana. Y tras esa semana yo me volví a trabajar, ¿me entendés? Y cuando vuelvo a trabajar, en esos días, ya hacía rato que venían haciendo iniquidades los capataces con la gente. Imaginate vos, te encontrás con un montón de reivindicaciones que están muertas, pisoteadas, si vos vieras pobre gente, indignada; cuando me ven, es la salvación.
–Vos reingresás luego de la licencia ya con la dictadura.
Delgado: Sí, sí. Y hago una asamblea, como era costumbre nuestra. Como tantas veces. Y a los minutos había un montón de milicos ahí y la gente se comenzó a cagar. Entonces nos hicimos los pelotudos, hacemos trabajo a reglamento generalizado en toda la planta. ¡Se corrió como un reguero de pólvora! vos no tenés idea de cómo la gente tenía ganas de... No sé, si hubiera habido un poco más de dirigentes, hubiéramos hecho un acto un poco más grande. Porque la gente todavía estaba en su salsa, al sentirse pisoteados así...
–Yo estoy equivocado o el día del golpe de Estado hubo abandono de fábrica...
Hadad: Chupamiel, como miembro de Comisión Interna, estuvo...
–¿Quién?
Hadad: Chupamiel, Mendiolaza33
Delgado: Sí, Mendiolaza, falleció hace poco. Yo estuve en la casa de él...
Hadad: ... él promovió el abandono de fábrica.
Delgado: ... es uno de los que ¿cómo se llama? Es uno de la Comisión Interna que también cae preso. A él lo agarran después del abandono, él se va de su casa y lo van a buscar dos veces a la casa y no lo encuentran. Después lo enganchan.
Hadad: Lacabanne habla con Mendiolaza en el abandono de la fábrica, llega con un helicóptero, intercepta la columna de los trabajadores y… ¿quién está al frente? Dicen que vino Lacabanne y lo abrazó, y que Mendiolaza no sabía cómo sacárselo de encima...34
Delgado: Corrieron la bolilla y no fue así. Un chico –por Mendiolaza– que le provocaba escozor todo lo que fuera milico.
Hadad: Si hay uno derecho, es ese chico...
Delgado: Yo creo que sí, yo reivindico dos personas, ¿no? Uno, él; el otro, Carlitos Grsey. Carlitos Grsey en una cosa que yo la otra vez cuando se conmemoró a los desaparecidos, compañeros, yo dije: “Yo, para mí, la vanguardia de un compañero desaparecido, Carlitos Grsey”. Y uno saltó y me dijo “pero vos estás loco, si Carlitos estuvo preso y luego quedó libre”, pero cuando salió...
Hadad: ... salió loco.
Delgado: ... salió mal, ¿me entendés?... Hay muchos así.
–¿Estuvo preso o estuvo desaparecido?
Delgado: Estuvo preso, él cae antes.
Hadad: Cuando se dicta la intervención al SMATA de Córdoba, viene Lacabanne y en las redadas que hace, cae Carlitos.
Delgado: Nosotros nos quedamos a resistir. Estaba Orbizo, que era del grupo de la Triple A que ya se formaba, vienen a intervenir el gremio. El juez que firma la intervención fue Hairabedian, que estuvo preso conmigo. Y nosotros ahí adentro, presos, con Chupamiel, con Solís, con todos, le hicimos un desprecio tal que...
Hadad: ¿A Hairabedian?
Delgado: Sí, sí. Quedó solo. Lloraba, al cuarto día lloraba...
A pesar de las barbaridades que se venían ejecutando sobre la conducción del SMATA Córdoba, el triunfo electoral de la Lista Marrón en 1974 fue por un margen muy amplio. Esto impulsó a que sectores del poder político y sindical decidieran la destrucción de esa conducción a cualquier precio. Vía electoral ya no podrían. Incluso la táctica del PC de separarse de la Lista Marrón y conformar una lista propia, la Naranja, para destruir la unidad lograda dos años antes y debilitar a Salamanca, no les alcanzó. La táctica de la lista Celeste Nacional, dirigida por Montoneros, que también jugó a destruir a la Lista Marrón cordobesa, no alcanzó. Hablaremos de eso más adelante. Entonces jugaron la baraja de la intervención, determinada por la conducción nacional del SMATA con el nefasto y propatronal José Rodríguez a la cabeza.
Para darle el viso legal, la intervención debía ser firmada por un juez cordobés. Ese sería el doctor Hairabedian. Ese que lloraba, encarcelado, nos acaba de contar Delgado, por el vacío que le generaban los obreros mecánicos presos. Gerardo Luna nos contará otros detalles más adelante. Delgado cuenta cómo fue ese asunto; su fuente, nos dice, es el propio juez de antaño.
Delgado: ... Y decidimos preguntarle por qué la intervención, por qué firmó la intervención y ahí nos enteramos de la verdad de la cosa: él una vuelta se piró del Juzgado para no firmar y es cierto. La intervención venía una semana antes a Córdoba. Nosotros estábamos preparados para resistir, habíamos llevado chumbos. Armas. Estábamos dispuestos a aguantar. No intervienen porque el juez no firmaba. ¿Por qué? Porque cuando van a buscarlo, a apretarlo, Orbizo y esos otros, él se pira por el techo.
Hadad: ... no sabía eso.
Delgado: Él nos cuenta eso en la cárcel y después nosotros constatamos que era la verdad. Y a posteriori, lo enganchan: habían agarrado a la mujer y la hicieron hablar por teléfono y él sabía perfectamente que la iban a liquidar. ¡lo sabía perfectamente! Firma y después lo meten en cana. ¡Mirá vos! Él está primero en Aeronáutica, hasta ahí estaba legal, sin vendas ni nada. Lo sacan ya vendado y lo llevan allá a cómo se llama.
Nosotros conversamos con el doctor Carlos Hairabedian en su despacho de la calle Caseros al 600, pleno centro de Córdoba Capital, en marzo de 2018. Con gentileza y velocidad me atendió sabiendo, porque se lo anticipé telefónicamente, que le iba a preguntar por su rol en la intervención al SMATA Córdoba. Más adelante contaremos los detalles.
Inmediatamente, los recuerdos de Delgado se van hacia personas secuestradas en esa época que no tenían nada que ver con las luchas sino con los negocios. Sabemos que en todo el país, la dictadura también secuestró ciudadanos para extorsionarlos y sacarles dinero, propiedades, tierras y empresas a cambio de su libertad.
Delgado: Sabemos muchas historias de personas que cayeron y eran de sectores altos, como Lokman35, que a pesar de que es un tipo que no venía de la militancia, fue un hombre que se jugó frente a la represión, porque el hombre no le firmó nunca, nunca, el poder para que se hicieran cargo de su capital. Querían chorearle su capital. Y lo siguieron teniendo y teniendo y teniendo, estuvo mucho más que yo, cuatro años y pico. No lograron los milicos, sacarle como le sacaron a mucha gente. Como el caso del psiquiatra, ese que está en la calle Tablada...; este hombre cae de rebote, porque un Monto era de su familia y lo había llevado a internar porque lo había rozado una bala. Lo tenía internado ahí medio guardado. Si sabía o no sabía... –nunca lo supo, nos dice. Lo que sí supo es que los grupos de tarea lo secuestraron al psiquiatra–. Se lo llevan a él. Tan es así que hace poco ganó el juicio.
Entre los mates que la esposa de