Interpretación legal y constitucional. Juan Pablo Isaza Gutiérrez

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Interpretación legal y constitucional - Juan Pablo Isaza Gutiérrez

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lo cual deriva en una práctica importante en la actualidad como es la “interpretación”. Es así como la interpretación sintetiza el método y, en esencia, el concepto de atribuir significado a cierto asunto, recalcando la importancia de esta en el derecho. Sin embargo, antes de considerar la interpretación como parte importante en la aplicación del derecho es adecuado identificar ciertas nociones básicas y generales de la interpretación como técnica independiente y aplicable a diferentes ámbitos. En esta unidad partiremos de ese primer acercamiento a las características, variados usos del concepto de interpretación y los objetos sobre los cuales recae dicha actividad.

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       Objetivos de aprendizaje

      El estudiante deberá:

      1. Ser capaz de distinguir las diversas nociones básicas de la hermenéutica y la interpretación jurídica.

      2. Ser capaz de identificar los problemas lingüísticos que surgen en toda interpretación en el derecho.

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       Guía de lectura

      1. Nociones básicas

      Interpretación y hermenéutica

      − Su significado y uso en el derecho.

      Objetos de la interpretación

      − Un vocablo multiusos: diferentes significados.

      − Distintos objetos: tres objetos según Guastini (1999).

       1. Interpretación e interpretación jurídica

       1.1. Nociones básicas

       Hermenéutica e Interpretación

      La hermenéutica, del griego ερμηνευειv (=interpretación), que significa ‘descubrir’, ‘revelar’, ‘expresar’, ‘traer a la luz algo oculto’, surgió con un carácter complementario de la technē (Gadamer, 1990b, p. 92), como una disciplina auxiliar, un canon de reglas cuya finalidad era el conocimiento de los textos (Gadamer, 1990a, p. 386). La idea de que a la hermenéutica como teoría de la interpretación le corresponde la tarea de hacer comprender el sentido del asunto tiene sustento en la etimología misma del término, que permite seguir tres reglas: expresar, interpretar y traducir, para diferenciarla de ερμηνευειv (Grondin, 1991, p. 24). Como teoría de la interpretación correcta, la hermenéutica ha sido empleada, por consiguiente, en una fase inicial, en tres esferas distintas: primero, para auxiliar en las discusiones sobre el lenguaje del texto (esto es, el vocabulario y la gramática), dando origen eventualmente a la filosofía; segundo, para facilitar la exégesis de la literatura bíblica; y tercero, para guiar la jurisdicción (Alflen, 2006, p. 8).

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      ■ Intérprete antiguo.

      El sentido de la expresión hermenéutica en realidad fue elaborado desde la edad antigua a partir del problema de la interpretación alegórica, que ya se conocía en la época de la sofística. Hypanoia fue la palabra originaria que designó el sentido alegórico; el método alegórico universal fue difundido por Orígenes y san Agustín (Gadamer, 1990b, p. 94). En relación con la hermenéutica bíblica, en esas épocas prácticamente todas las religiones que se fundaban en un texto sagrado desarrollaron sistemas de normas interpretativas. En la Edad Media, la expresión se empleó para designar, por una parte, la metodología cuando estaba relacionada con las reglas de la interpretación (ars interpretandi); además, para referirse a la teoría estructural, es decir, a la enseñanza de la conexión entre signo y significado (signum y res), y particularmente en la teología, con base en esta expresión, se elaboró una clasificación de los posibles significados de un texto: sentido literal, moral y analógico. En el período de la hermenéutica posromántica, el problema hermenéutico establecía diferencias entre una subtilitas intelligendi, la comprensión, una subtilitas explicandi, la interpretación, y durante el pietismo se agregó como tercer componente la subtilitas applicandi, la aplicación (Gadamer, 1990a, p. 312). En este sentido, a pesar de que según el aspecto del origen terminológico las expresiones hermenéutica e interpretación son comprendidas en una relación de igualdad, la misma equivalencia no vale en el sentido de los términos bajo el aspecto histórico-comprensivo de la hermenéutica, particularmente sobre el problema hermenéutico, del que son separadas en razón del aspecto individual interno de cada una, aunque es significativo que estos tres momentos reciban el nombre de subtilitas (Alflen, 2006, p. 9).

      La hermenéutica es algo más que un método de las ciencias o el distintivo de un determinado grupo de ellas. Designa, sobre todo, la capacidad natural del ser humano de comprender, y este no debe limitarse a los textos, pues alcanza igual tratamiento en cuanto a las personas. Por lo que el trabajo hermenéutico es siempre la transferencia de un mundo a otro, del mundo de los dioses al mundo de los hombres, y por eso la expresión hermenéutica parece conservar una conexión semántica con Hermes, quien le da publicidad al mensaje de los dioses del Olimpo, transmitiéndolos a los mortales; esto quiere decir que no solo los anunciaba textualmente, sino que también actuaba como intérprete, tornando inteligibles y significativas las palabras (Gadamer, 1990b, p. 92). Es la transferencia del mundo de una lengua extraña al mundo de una lengua propia. El Organon aristotélico, en el escrito titulado Perì Hermenéias, en el período de la Edad Media, se refiere al sentido lógico del enunciado cuando aborda el logos apophantikos (del juicio), en una frase de principio, y por lo cual toma postura con relación a la teoría del conocimiento: las palabras habladas son símbolos o signos de los afectos o impresiones del alma, lo cual significa que la verdad está en equivalencia con las cosas y en las palabras con las imágenes (Gadamer, 1990a, p. 93).

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      ■ Dios Hermes

      Posteriormente, la hermenéutica adquirió un nuevo impulso, que se explica en las exigencias mismas de contar con un criterio seguro para traducir los textos antiguos: se abandonó el método alegórico universal, surgiendo así una nueva conciencia metodológica que aspiraba a ser objetiva, esto es, relacionada con el objeto y exenta del arbitrio subjetivo, y con la identificación del intérprete con todo el mensaje que esté contenido en los textos o con su íntegra comprensión.

      De otro modo, la nueva conciencia metodológica se resume en una relación de conocimiento entre sujeto y objeto (S→O), propia de la teoría del conocimiento. La cuestión principal pasa a ser de carácter normativo, tanto en la hermenéutica teológica como en la hermenéutica humanística de la Edad Moderna, con objeto de buscar la correcta interpretación de los textos (Alflen, 2006, p. 10).

      El término interpretación exige algún cuidado especial en su empleo porque padece de la conocida ambigüedad del proceso-producto: con él se alude tanto a una actividad, la actividad interpretativa, como al resultado de esa actividad. Así, expresiones como interpretación jurídica, interpretación del derecho, interpretación de la ley o similares

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