Cómo entender la economía del Ecuador 1965-2017. Franklin Maiguashca

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Cómo entender la economía del Ecuador 1965-2017 - Franklin Maiguashca страница 14

Cómo entender la economía del Ecuador 1965-2017 - Franklin Maiguashca Elementos de Economía

Скачать книгу

los keynesianos)”. Y, en 1964, John. C. Fei y Gustav Ranis construyeron el andamiaje teórico más prolijo para el estudio de estas economías hasta la fecha y que, a lo largo de los años, ha sido de especial ayuda para aprender sobre los procesos de desarrollo socioeconómico en Ecuador.24

      En el caso de los españoles, a su llegada al continente americano conquistaron a los pueblos aborígenes y diezmaron a la población; no obstante, en lugares como los que ahora son el sur de México, Guatemala, Ecuador, Perú y Bolivia, no pudieron acabar con sus culturas. Se estima que, para mediados del siglo XVI, la población en el continente americano estaba conformada entre unos 40 y 60 millones de habitantes. Un siglo más tarde, el número se había reducido a 12 millones y para 1810, la cifra correspondiente era tan solo de 8 millones.25 Para fines del siglo XX, los datos disponibles indican que en Bolivia un 62 % de su población se identifica como indígena; un 42 %, en Guatemala; un 17 %, en el Perú; un 7 %, en México, y un 9 %, en Ecuador. Esto contrasta claramente con situaciones como las de Chile, con un 5 %, Colombia y Paraguay, con un 2 %, Argentina y Venezuela, con un 1 %, y Uruguay con el 0 %.26

      En nuestro país, se puede homologar al sector tradicional con las nacionalidades indígenas que viven en territorio ecuatoriano. Se la puede caracterizar, de manera general, en los siguientes términos. Regionalmente está concentrado en la Sierra y en la Amazonía, y con muy poca presencia en la Costa. Específicamente se localiza en las áreas rurales, selvas, pequeñas ciudades y en la periferia de las grandes ciudades. Vive en un mundo prenewtoniano de leyendas, mitos y supersticiones, con carencia notoria de los “códigos de la modernidad” como, por ejemplo, el inglés y el manejo de la informática. Su cosmovisión concibe la relación entre los hombres, la naturaleza y lo sobrenatural como un todo integral. Su base organizacional es la comunidad estructurada ancestralmente en términos de solidaridad recíproca. Su base económica está en la agricultura de subsistencia, en la pequeña artesanía y en el comercio minúsculo. Las lenguas nativas están siendo reemplazadas por el español y aun por el inglés. El vestido y las fiestas son las manifestaciones que perduran como señales claras de identidad en las diversas nacionalidades.27

      El sector moderno, por su lado, está conformado por las poblaciones blanca y mestiza. Está localizado en los centros urbanos y rutinariamente está en contacto con el mundo internacional. Vive en un universo posnewtoniano, con la ciencia presente en todas las actividades ordinarias de su vida, y maneja los “códigos de la modernidad” en forma expedita. Su cosmovisión es antropocéntrica, concibe a la naturaleza como la depositaria de recursos disponibles para la producción y trata, cada vez más, de intervenir en sus procesos. Su base organizacional está en la sociedad jurídicamente organizada. Su base económica se sustenta en el sistema de mercado. Con el tiempo este sector ha desplazado sistemáticamente al sector tradicional.

      El gráfico 1.6 permite visualizar mejor este tipo de estructuras. En él se ve cómo en el sector tradicional no hay una diferenciación clara entre los subsistemas del sistema social, mientras que en el sector moderno esta es evidente. El primer caso relieva lo que nos han enseñado los antropólogos, en cuanto al sentido de que en estos ámbitos tradicionales los hechos económicos son muy difíciles de deslindar de sus interfases con lo político, con lo religioso y con lo cultural, tal como sucede, por ejemplo, con la manera como se organizan y se llevan a cabo en el país festivales de profunda raigambre ancestral como el Inti Raymi. En el caso alterno, en cambio, a pesar de que las interfaces están siempre presentes, la diferenciación de lo que la comunidad entiende como económico, político, religioso, cultural, etc., está al alcance de todos sin mayores ambigüedades. Alzas en las tasas de interés y las vicisitudes de la aprobación o no aprobación de una ley en la Asamblea Nacional son generalmente reconocidas como pertenecientes a lo económico y a lo político, respectivamente.

image

      El cuadro 1.1 ilustra cómo la relación cronológica de las modalidades a las cuales la humanidad ha recurrido para enfrentar el problema económico de siempre, y que se acaba de reseñar, converge en un caleidoscopio de combinaciones que nos lleva a concluir que por más globalizados que estemos es un grave error pensar que en el mundo existen economías de “talla única”. De igual manera, el cuadro presenta que la noción muy generalizada de que en la globalización de hoy las naciones ya no tienen importancia va en contravía de la evidencia empírica. Michael Porter, con base en los resultados de un estudio de cuatro años sobre los patrones de éxito competitivo en diez importantes potencias comerciales, subraya el siguiente hallazgo:

      En un mundo de competencia cada vez más global, las naciones se han vuelto más —y no menos— importantes. A medida que la base de la competencia se ha desplazado cada vez más hacia la creación y asimilación de conocimiento, el papel de la nación ha crecido. La ventaja competitiva se crea y se sostiene mediante un proceso altamente localizado. Las diferencias en valores, culturas, estructuras económicas, instituciones e historias nacionales contribuyen al éxito competitivo29 (cursivas del autor).

      Es precisamente con la intención de relievar esas diferencias, y también las similitudes, que se seleccionó la muestra de naciones que aparece en el cuadro 1.1. Empezando por las similitudes, está claro que en todas las naciones incluidas las modalidades ubicuas, son las “economías mixtas” y “el sistema de mercado”, y, sin temor a equivocarnos, igual afirmación se puede hacer en lo que al resto de economías del mundo se refiere. De ahí en adelante, las “historias nacionales” han marcado un sinnúmero de diferencias. Se precisan dos de ellas: el tamaño de sus economías, aquí clasificadas en términos de “tallas” y, por la importancia que le damos al concepto, la presencia o ausencia de “dualismo”. El año de referencia es 2007, justo antes de que la Gran Recesión sumiera a la economía mundial en un descomunal desorden.

image

      NACIONES DE TALLA MAYOR

      En 2007, en términos del Ingreso Nacional Bruto (INB), la “tallas” de las economías de los Estados Unidos y el Japón ocuparon el primero y el segundo puesto en el ordenamiento mundial de estas.30 A los dos se los conoce como “países industrializados” o “desarrollados”, y se sabe que en ellos predomina el “sistema de mercado” y las “economías mixtas”. Sin embargo, por lo general no recibe igual atención el hecho de que solo en el Japón está presente el “dualismo”. ¿Será, entonces, que ante las difíciles transformaciones culturales, sociales, políticas y económicas que exigen los procesos exitosos de desarrollo, las cosas van mejor cuando no hay dualismo? El recorrido socioeconómico de los Estados Unidos es un argumento fuerte en favor de una respuesta positiva a la pregunta; lo que ha ocurrido en el Japón, en cambio, se podría considerar como una de las excepciones que confirman la regla. China e India podrían ser las otras.

      Por otra parte, a pesar de las proximidades culturales existentes, no es difícil identificar características distintivas propias de las biografías tanto de la Unión Europea como de los Estados Unidos. Por ejemplo, en una encuesta realizada en el 2011 por el PEW Research Center, dentro de su Global Attitudes Project, se encontró que ante la pregunta de si “el Estado debe desempeñar un papel activo para que no haya nadie con necesidad”, en los Estados Unidos tan solo el 35 % de las respuestas estuvieron a favor del enunciado, mientras

Скачать книгу