Cómo entender la economía del Ecuador 1965-2017. Franklin Maiguashca
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Por nuestro lado, hemos puesto a a la definición ampliada en estos términos: “La Economía estudia cómo los grupos humanos se organizan para producir y distribuir los bienes y servicios requeridos para satisfacer las necesidades de su gente dentro de contextos conformados por sus realidades ecológicas, tecnológicas, socioculturales e históricas”.
Nótese en este enunciado que en ningún momento existe la intención de dejar de lado la definición tradicional. Para muchos será evidente, desde un principio, que se busca llenar la falta de dimensiones ecológicas, sociales e históricas, cuya ausencia ha sido motivo de persistentes reclamos. Como se insistió en el capítulo anterior, los hechos económicos nunca se dan en un vacío y, por tanto, parece apenas natural que en la definición de la disciplina que estudia las economías de las naciones, sin perder el enfoque de “lo económico”, se dé cabida a la posibilidad de tener en cuenta en forma explícita a las interrelaciones de ese núcleo con “las circunstancias no económicas” de los entornos que lo rodean. En lo que sigue de esta sección se presentan tres razones por las cuales fue necesario para el autor llegar a la definición ampliada.
DE LOS ANCESTROS
El mensaje de la definición ampliada no es en absoluto nueva. En 1776, Adam Smith, con toda claridad y magnífico eclecticismo, manifestó:
La economía política, considerada como una de las ramas de la ciencia del legislador o del estadista, se propone dos objetivos distintos: el primero suministrar al pueblo un abundante ingreso o subsistencia, o, hablando con más propiedad habilitar a sus individuos y ponerlos en condiciones de lograr por sí mismos ambas cosas; el segundo, proveer al Estado o República de rentas suficientes para los servicios públicos. Procura, pues, ambos fines, o sea enriquecer al soberano y al pueblo.41
Este es un pronunciamiento sin precedentes. De manera insólita se declara por primera vez en la historia de la humanidad que la riqueza de una nación “civilizada y emprendedora” la construyen tanto el pueblo como el soberano. Según Smith, ellos eran dos de los tres principales protagonistas del funcionamiento de las economías de su tiempo. El tercero era el mercado y lo demostró con asombrosa erudición sobre una enciclopédica variedad de materias en los libros Primero, Segundo y Tercero de su obra maestra. Para que quedara claro que él no auspiciaba a un régimen de laissez faire, que es una de las tantas pequeñeces que se le han endilgado,42 en el libro Quinto dejó sentada una variedad de criterios todavía válidos sobre cómo administrar los ingresos provenientes de los impuestos y de la deuda pública, y sobre cómo manejar los gastos en defensa, en justicia, en obras públicas y en “instituciones destinadas a la educación de la juventud [...] y de la gente en todas las edades”. Como hubiera anotado Ortega y Gasset, estamos frente al hecho de que la Economía es ella y sus circunstancias.
Algo más de cien años después de Smith, en la primera página de sus Principios de Economía, publicado en 1890, Alfred Marshall, otro eminente economista, caracterizó a la Economía en términos muy personales, pero igualmente amplios:
La Economía Política o Economía es el estudio de la humanidad en los quehaceres ordinarios de la vida; examina aquella parte de la acción individual y social que más tiene que ver con la consecución y utilización de los requisitos materiales para el bienestar.
Es así, por un lado, el estudio de la riqueza y, por el otro, y el más importante, una parte del estudio del hombre [...]. Es la ocupación por medio de la cual una persona se gana la vida, la que por lo general acapara sus pensamientos durante la mayor parte de las horas en las que su mente está de lo mejor y durante las cuales su carácter se forma por la manera en que utiliza sus facultades de trabajo, por los pensamientos y los sentimientos que ahí se suscitan y por las relaciones con sus asociados sean estos empleados o empleadores.43
Para Marshall fue casi natural llegar a estos pronunciamientos. Primero porque nació y vivió su adolescencia en uno de los barrios más siniestros de Londres, de modo que conoció de primera mano lo difícil que era para los pobres ganarse el pan de cada día; segundo, porque, en mucho, su decisión de dedicarse a la Economía tuvo que ver con su genuino interés de hallar una manera de que sus estudios e investigaciones pudieran contribuir a mejorar las condiciones de vida de esos menesterosos y, tercero, por cuanto, inspirado por este afán, a lo largo de su vida, visitó cuantas empresas tuvo a su alcance, tanto en Inglaterra como en Europa y, especialmente, en los Estados Unidos.44 Según Keynes, el viaje que en 1875 hizo Marshall al cruzar de costa a costa ese país marcó su vida para siempre.45
Lo irónico de esta historia es que precisamente Marshall, uno de los economistas con mayor vocación humanista que hemos conocido hasta hoy, introdujo las matemáticas en la construcción sistemática de la teoría económica. Lo hizo a regañadientes. En sus Principios de Economía, su obra maestra, ecuaciones, fórmulas y especialmente gráficos no aparecen sino en las notas al pie o en los apéndices, pues su interés manifiesto fue que su libro fuera leído por los hombres de empresa. Eso no sucedió. Lo que sí ocurrió es que, en la Economía, las matemáticas fueron ganando terreno a pasos agigantados. A la fecha, y de acuerdo con lo que sigue, es prácticamente imposible hablar de la primera sin tener que entenderse con la segunda.
Algo más de cien años después de Marshall, Dani Rodrik, autoridad mundial en el campo del desarrollo económico, nos pone a la altura de los tiempos y, al hacerlo, nos deja, a su modo, en los predios de la definición ampliada. Leamos:46
He escrito este libro para tratar de explicar por qué la Economía a veces acierta y a veces no. Los “modelos”, los marcos conceptuales típicamente matemáticos que utilizan los economistas para dar sentido al mundo, constituyen el corazón del libro. Los modelos son, a la vez, la fortaleza de la Economía y su talón de Aquiles: son además los que hacen que la Economía sea una ciencia, no como la física cuántica o la biología molecular, pero ciencia, al fin y al cabo.
En vez de contar con un solo modelo específico, la Economía abarca una colección de modelos. La disciplina avanza expandiendo su biblioteca de modelos y mejorando los calces de estos con el mundo real. La diversidad de los modelos en la Economía es la contrapartida necesaria para cubrir la flexibilidad del mundo social, Contextos sociales diferentes requieren de diferentes modelos. Es poco probable que los economistas en algún momento lleguen a descubrir modelos con propósitos generales y con alcance universal.
Sobra decir que las cursivas son aportes del autor. Subrayan la coincidencia de criterios con la definición ampliada. Rodrik más adelante agrega:
Esencialmente las matemáticas juegan dos papeles en Economía, ninguno de los cuales es motivo para gloria: claridad y consistencia. Primero, las matemáticas aseguran que los elementos de un modelo, los supuestos, los mecanismos de comportamiento y los principales resultados, se enuncien con claridad y transparencia [...] segundo, aseguran también la consistencia interna de un modelo o sea que las conclusiones sean consonantes con los supuestos.47
Sin embargo, al respecto nos recuerda que “Marshall tenía una buena regla: use las matemáticas como un lenguaje taquigráfico, tradúzcalo al inglés y luego queme las matemáticas”.48 Concluye: “Al otro lado del espectro, demasiados economistas se enamoran de las matemáticas y se olvidan de su naturaleza instrumental. La formalización excesiva es incontrolable en la disciplina”.49 Totalmente de acuerdo. La definición ampliada no tiene ningún problema con el enfoque ecléctico, a la Marshall, delineado por Rodrik.
ECUADOR MESTIZO Y ECUADOR INDÍGENA
Al llegar al Ecuador,