De Friends a Fleabag. Jorge Yebra Romero
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Logo de NETFLIX.
En 1997, Netflix se presenta como una alternativa al videoclub gracias a un sistema de entrega de películas por correo; además, más tarde, estableció la tarifa de suscripción que permitía alquilar todas las películas que se quisiera a un precio fijo; la iniciativa tuvo una buena acogida. En ese momento, Blockbuster tuvo la oportunidad de comprar Netflix por algo más de 50 millones de dólares, pero sus directivos no lo vieron necesario porque confiaban en su sistema de establecimientos y pensaban que siempre podrían crear su propia distribución. El avance tecnológico permitió a Netflix utilizar su web no sólo para formalizar suscripciones y pedidos de alquiler, sino también distribuir todos esos films a través de internet y verlos directamente en la nube. El impacto fue tan grande que en 2010 ya tenían 20 millones de suscriptores. La cadena Blockbuster se declaró ese mismo año en bancarrota.
Tras ese éxito, los estudios cinematográficos comienzan a mirar de reojo a Netflix; una parte demasiado grande del pastel se la está llevando una empresa distribuidora. En respuesta, suben los precios de distribución y crean nuevas plataformas de vídeo bajo demanda. La plataforma Netflix, como hizo HBO en su día, comienza a producir sus propias series. Además, decide producir al completo las temporadas de sus series y estrenarlas de una tacada para que la gente las vea cómo y cuándo quiera. Puede hacerlo porque la emisión no depende de un canal de televisión ni está ligada a horarios de programación. Esta es una fórmula enfrentada al modelo de programación semanal tradicional, muy debatida últimamente (desde aquí apoyamos una emisión más pausada y fragmentada en lugar de los atracones, ya que ayuda a saborear más los episodios y hace que su vida útil —en los medios y en las redes sociales— sea más larga).
Tras el estreno de House of Cards (2013-2018), la primera comedia propia que estrenó Netflix fue Orange Is the New Black (2013-2019), en el verano de 2013. Creada por Jenji Kohan, que antes ya había hecho Weeds, la serie cuenta la entrada de una joven en una cárcel de mujeres y sus vivencias allí. En marzo de 2015 estrenó Unbreakable Kimmy Schmidt (2015-2020), una sitcom en formato moderno creada por la cómica Tina Fey y Robert Carlock (aunque en principio estaba pensada para emitirse en la cadena en abierto NBC), sobre una joven que, tras vivir durante quince años en una secta, debe enfrentarse a la vida adulta y a un mundo totalmente desconocido tras ser liberada.
Aunque también apostaron por comedias clásicas que se ajustaban a las reglas de la sitcom como The Ranch (2016-2020), una versión femenina de la comedia familiar clásica de los noventa Padres forzosos, ahora titulada Madres forzosas (Fuller House, 2016-2020) o Día a día (One Day At a Time, 2017-2109, POP: 2020-), adaptación de otra comedia de los años setenta, también enriquecieron la oferta de la plataforma comedias novedosas como Master of None (2015-), cocreada y protagonizada por el cómico Aziz Ansari, conocido gracias a sus monólogos y a la comedia Parks and Recreation (NBC, 2009-2015) —las viviencias de un actor indio en Nueva York en la que los personajes, los puntos de vista y los temas son muy diferentes a los que aparecen en la comedia tradicional—, o Love (2016-2018), de Judd Apatow, creador y productor de grandes comedias en cine y televisión como Freaks and Geeks (NBC: 1999-2000) o Virgen a los 40 (2005); en la serie, el planteamiento de las relaciones sentimentales entre jóvenes es distinto al habitual, son relaciones menos fantasiosas y más modernas y realistas, protagonizadas por personajes poco comunes en la pantalla pero que al espectador les suenan familiares. En los últimos tiempos, también podemos destacar comedias de temática adolescente como The End of the F***ing World (2017-2019), Todo es una mierda (Everything Sucks, 2018), Sex Education (2019-) o Esta mierda me supera (I Am Not Okay with This, 2020).
Logo de HULU.
Cuando hablaba de compañías que pretendían hacer frente a Netflix, me refería a plataformas como Hulu, de Disney-ABC, Fox Entertainment, NBCUniversal y TBS (sí, menudo jaleo), nacida en 2007 y una de las primeras en competir en el mercado y aun así una de las más desconocidas en España debido a que sólo actúa en Estados Unidos y Japón. Gracias a su estrategia de emitir televisión en directo y subir el contenido que echan las cadenas sólo unas horas después de su emisión, además de llegar a varios acuerdos con grandes empresas para tener sus productos en el catálogo, se convirtió en un potente rival. Como el resto de empresas de las que he hablado, Hulu también apostó no sólo por tener en su plataforma un catálogo atractivo, sino también por crear una marca y fidelizar a sus clientes con series propias. Su primera serie fue precisamente una comedia llamada Battleground (2012), que contaba en formato de falso documental el día a día de un equipo que trabaja en la campaña política de un candidato a senador de Estados Unidos. A partir de 2015, las comedias de Hulu pasaron a ser series destacables y de producción continua. La primera de ellas fue la creada por Julie Klausner, Difficult People (2015-2017), sobre dos grandes amigos de Nueva York que viven situaciones de lo más rocambolescas. Un mes más tarde se estrenó, Casual (2015-2018), creada por Zander Lehmann, una comedia de tono indie sobre una familia disfuncional cuyos miembros sólo miran por sí mismos, y Future Man (2017-2020), una comedia muy loca y gamberra protagonizada por un joven conserje enganchado a un videojuego que descubre que este es en realidad una prueba de acceso para viajar a través del tiempo y combatir con sus personajes del juego. Algunas de sus comedias más recientes son la sobrenatural y gamberra Deadbeat (2014-2016), la adolescente PEN15 (2019-), la adaptación televisiva en clave femenina de la novela y también película Alta fidelidad (High Fidelity, 2020), la diversa Ramy (2019-), las feministas Shrill (2019-) y Dollface (2019-) o la pseudohistórica The Great (2020-).
Un gigante como Amazon, que se ha metido en todos los sitios donde ha visto negocio, decidió también entrar de lleno en el mercado del streaming con su propia plataforma, Amazon Prime Video. Siguiendo el ejemplo de Netflix, se trataba de crearse un nombre en el mercado y atraer al público y para ello necesitaba tener sus propias series de ficción y que sólo pudieras verlas en su plataforma. Para ello, en el año 2012 encargó ocho episodios pilotos de posibles series de comedia, con la particularidad de que solamente tendrían luz verde las ficciones que se lo ganaran a través de los votos de los clientes de su plataforma, llamada en ese momento Amazon Instant Video. De estos ocho pilotos finalmente consiguieron luz verde dos: Alpha House (2013-2014) y Betas (2013-2014), que nunca llegaron a tener mucha repercusión.
Logo de PRIME VIDEO.
En el año 2014, Amazon encarga una nueva remesa de pilotos, siguiendo la misma estrategia de colgarlos en la web y ver la respuesta de los clientes. Entre éstas destacan dos series que esta vez sí, serían estandartes para la ficción de Amazon y con las que empezarían a llamar la atención. La primera es Transparent (2014-2017), el proyecto más modesto de todos los que encargó en ese momento pero que mejor recepción y críticas tuvo. De la mano de Jill Solloway y basada en las vivencias personales de la creadora con su padre, la serie sigue a los Pfefferman, una familia judía de Los Ángeles en la que el padre, Mort, les confiesa un día a sus tres hijos adultos que él, en realidad, se siente una mujer y que va a vivir su vida así desde ese momento. El cambio de Mort a Maura lleva a que sus hijos se vean a sí mismos de otra manera, y que sientan su pasado familiar de otro modo. Junto a Transparent vendría Mozart in the Jungle (2014-2017), creada por Roman Coppola, Jason Schwartzman,