El comportamiento administrativo. Herbert Alexander Simon

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no deberían subestimarse. El principal efecto no deseado de la identificación es que impide que el individuo institucionalizado tome las decisiones correctas en los casos en los que el área restringida de valores con los cuales él se identifica debe ser ponderada contra otros valores fuera de esa área. Esta es una de las causas principales de la competencia y los conflictos entre departamentos característica de cualquier organización administrativa de envergadura. Los miembros de la organización, identificándose con su sector en lugar de hacerlo con toda la organización, creen que el bienestar de su oficina es más importante que el bienestar general cuando ambos entran en conflicto. Este problema se pone frecuentemente de manifiesto en el caso de los organismos “de servicio”, cuando la naturaleza auxiliar y facilitadora del organismo se pierde de vista en el esfuerzo por obligar a los organismos de línea a seguir los procedimientos estándar.

      Las lealtades organizacionales también le impiden a casi cualquier jefe de departamento la tarea de equilibrar las necesidades financieras de su sector con las necesidades financieras de otros, de allí la necesidad de un organismo presupuestario centralizado que esté libre de estos sesgos psicológicos. Cuanto más alto subimos en la jerarquía administrativa y más amplia es la gama de valores sociales que deben entrar en la esfera del administrador, más dañino es el efecto del sesgo de valoración y más importante es que el administrador esté libre de sus identificaciones más estrechas.

      La información y el asesoramiento fluyen en todas las direcciones a través de la organización, no solamente de la cúpula hacia abajo. Muchos de los hechos que son relevantes para la decisión son de una naturaleza rápidamente cambiante, determinables solo en el momento de la decisión, y a menudo solo determinables por los empleados operativos. Por ejemplo, en las operaciones militares el conocimiento de la disposición de las fuerzas enemigas es de crucial importancia, y la organización militar ha desarrollado procedimientos elaborados para transmitir a una persona que está por tomar una decisión todos los hechos relevantes que no está en posición de determinar personalmente.

      La capacitación puede ser en servicio o previo al servicio en cuanto a su naturaleza. Cuando se contratan personas con calificaciones educativas particulares para determinados trabajos, la organización está confiando en su capacitación previa como medio principal para asegurar la toma de decisiones correcta en su trabajo. La relación mutua entre la capacitación y el rango de discrecionalidad que se le puede permitir a un empleado constituye un factor importante que debe tenerse en cuenta al diseñar una organización administrativa. Es decir, a menudo puede ser posible minimizar o incluso evitar ciertos procesos de revisión al darles a los subordinados una capacitación que les permita realizar su trabajo con una menor supervisión. En forma similar, al preparar las calificaciones necesarias para los postulantes a ciertos puestos, se debería considerar la posibilidad de bajar los costos de personal mediante la búsqueda de empleados semicalificados y capacitarlos para trabajos en particular.

      La capacitación es aplicable al proceso de decisión cada vez que los mismos elementos participan de un número grande de decisiones. La capacitación le puede brindar al empleado los hechos necesarios para hacer frente a estas decisiones; le puede otorgar un marco de referencia para su pensamiento; le puede enseñar las soluciones “aprobadas”; o lo puede adoctrinar con respecto a los valores en función de los cuales va a tomar sus decisiones.

      A continuación se puede plantear la pregunta de por qué el individuo acepta estas influencias organizacionales: por qué adapta su comportamiento a las demandas que la organización le formula. Para entender cómo el comportamiento de un individuo se convierte en parte de un sistema de comportamientos de la organización, es necesario estudiar la relación entre la motivación personal del individuo y los objetivos hacia los cuales se orienta la actividad de la organización.

      Cada uno de estos participantes tiene sus propios motivos personales para ocuparse de estas actividades organizacionales. Si simplificamos los motivos y adoptamos el punto de vista de la teoría económica, podemos decir que el emprendedor busca ganancias (o sea, el exceso de los ingresos sobre los gastos), los empleados buscan un salario y los clientes encuentran atractivo (a ciertos precios) el intercambio de dinero por productos. El emprendedor gana el derecho de disponer del tiempo de los empleados al celebrar con ellos contratos de empleo; obtiene fondos para pagar los salarios al celebrar contratos de venta con los clientes. Si estos dos conjuntos de contratos son lo suficientemente ventajosos, el emprendedor logra una ganancia y, lo que es tal vez más importante a nuestros fines, la organización sigue existiendo. Si los contratos no son lo suficientemente ventajosos, el emprendedor se vuelve incapaz de mantener los alicientes para que los otros continúen en una actividad organizada con él y puede incluso perder su propio aliciente para seguir con sus esfuerzos organizacionales. En cualquiera de los casos, la organización desaparece a menos que se pueda alcanzar un equilibrio en algún nivel de actividad. En una

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