El comportamiento administrativo. Herbert Alexander Simon
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El proceso así descripto contiene las limitaciones de procesamiento de los humanos y la necesidad de determinar el foco de atención, a partir de las percepciones y el modelo de representación del mundo que el procesador realice. Simon lo afirmó de esta manera: “No podemos soportar vivir en un mundo que nos inunda con información (producida por la naturaleza o el hombre), pero podemos seleccionar para nuestro procesamiento de información aquello idóneo para ser utilizado e ignorar el resto. Nuestro conocimiento científico y tecnológico, nuestra adopción de decisiones y sistema de procesamiento de información son significativos para permitirnos la retrospección o contemplarla muy selectivamente, trayendo de ella las partes que realmente queremos” (Simon, 1997.e).
04. En la versión original de El Comportamiento Administrativo (Simon, 1947), Simon hizo referencia al proceso de elección de los cursos de acción, de un conjunto, sin importar la distinción entre el procesamiento consciente o inconsciente. Años más tarde, en cambio, distinguió los contrastes fenomenológicos de ambos rasgos (Simon, 1997.a.), haciéndolo como indica el cuadro siguiente:
(Simon, 1997.a)
Afirmó también que, cuando se toman decisiones o se realizan acciones, se ponen en funcionamiento dos visiones, una inmediata (el curso de acción seleccionado) y otra futura, las consecuencias de esa elección, que es construida a partir de la selección de alternativas y consecuencias disponibles: el proceso de decisión se refiere al futuro.
Teniendo en cuenta que en la literatura existen dos perspectivas, que no fueron explícitamente tratadas en la obra original (aunque sí subyace su contenido), en estas observaciones pretendo sugerir el tema de investigación para su vinculación a la obra. Estas dos perspectivas son:
el área cognitiva de consideración en el proceso de la toma de decisiones propiamente dicho;
el área cognitiva de otorgamiento de sentido en el proceso de crear conocimiento circunstancial y comprensión de la situación, por lo general, de alta complejidad y con escasa o nula información (sensemaking).
Para ayudar a su comprensión, se pueden esquematizar las dos perspectivas de la siguiente manera:
ÁREA COGNITIVA DE CONSIDERACIÓN EN EL PROCESO DE ADOPCIÓN DE DECISIONES
Las enunciaciones del original de esta obra y el cambio del sesgo de las investigaciones de Simon a partir de 1950, permitieron que en 1964, en conjunto con Newell, introdujera un modelo de decisión basado en una explícita analogía entre la operación de la mente y la operación de un computador (Newell & Simon, 1964.a). Mediante la aplicación de este modelo, el proceso de decisión puede verse como una instancia de la solución general de problemas que los humanos despliegan y la decisión se adopta en un determinado espacio representativo (Newell & Simon, 1972). La solución se representa como sucesivos movimientos de un nodo a otro en ese espacio representativo, en procesos de búsqueda (Simon, 1957.c; Newell & Simon, 1972). La decisión a adoptarse tendrá que ver con un determinado tiempo futuro y, por ello, la atención en el futuro debe ser completa. De hecho, puede considerarse falaz la consideración del pasado en el proceso de la toma de decisiones. Implica considerar qué cosa sucederá cuando nos movemos hacia adelante en un determinado punto en el eje del tiempo, es decir, qué ocurrirá en el momento de la decisión, tal como fue diagramado en la figura.
El proceso de otorgar sentido (sensemaking), concepto introducido por Karl Weick (Weick, 1969), influenciado por teorías fenomenológicas y sociológicas (Schultz, 1967), es aquel que crea conocimiento circunstancial que permita la comprensión de situaciones de alta complejidad con nula o muy poca información (Weick, 1995; 2001). Es un proceso activo de estructurar lo desconocido. Dice Weick: “El mundo de la toma de decisiones se refiere a una racionalidad estratégica y se construye por medio de preguntas y respuestas claras que intentan remover la ignorancia. El mundo del sensemaking es distinto. Se refiere a una racionalidad contextual construida por medio de preguntas vagas, respuestas confusas y acuerdos negociados. La tragedia deja enseñanzas para quienes deban encontrarle sentido a un medio que va repentinamente de lo esperado a lo inesperado, inconcebible o incomprensible” (Weick, 1996). Este proceso tiene características similares al anterior, pero mirando al pasado. Esta perspectiva involucra una atención diferente en el tiempo y el espacio. El foco está puesto en el momento presente, como en el proceso de toma de decisiones, pero la temporalidad es en la dirección contraria. (25)
ÁREA COGNITIVA DE OTORGAMIENTO DE SENTIDO
Estas dos perspectivas tienen fundamentos ontológicos y epistemológicos disímiles, de profundas diferencias en la historia del pensamiento humano, enraizadas en teorías tradicionales filosóficas y sociales que reflejan la manera en que el actor social aparece en tiempo y espacio. Así, quienes adoptan una perspectiva de dar sentido no incluyen el planeamiento de un análisis de la adopción de decisiones; y quienes adoptan esta última no discuten la perspectiva de otorgamiento de sentido en el marco de las decisiones.
Por otra parte, está claro que, al momento de escribir la edición original, Simon tuvo conocimiento de toda la obra de John Dewey escrita hasta 1947, que, como ya se dijo, influyó en él de manera trascendente. Simon reconoció reiteradamente ese efecto (Simon, 1947; 1991.a).
Vale recordar entonces que, en la búsqueda de la verdad, Dewey separó las instancias de las consecuencias no deseadas de aquellas propias de la acción. De esta manera, distinguió la tarea del científico o investigador de laboratorio que trabaja con el conocimiento puro, percibiéndolo más cercano a la verdad que aquel que lo hace actuando en el mundo, estableciendo la utilidad de las teorías al circunscribir su valor. Expresó: “Las teorías son herramientas. Como es el caso de todas las herramientas, su valor reside no en ellas mismas, sino en su capacidad para trabajar mostrando las consecuencias de su utilización” (Dewey, 1920).
Pero también Dewey estableció una conexión entre el momento concreto de la acción y el momento de la decisión de anticipación, creando mejores condiciones, estableciendo un modelo de investigación diferencial entre el pensamiento científico y el sentido común. Manifestó: “No es verdaderamente realista o científico tener visiones restringidas, sacrificar el futuro por la presión inmediata, ignorar hechos y fuerzas desagradables y magnificar la calidad duradera con la que se colman los deseos inmediatos. Es falso que los males de las situaciones surjan de la ausencia de ideales, dado que emergen de ideales equivocados” (Dewey, 1920).
En consecuencia, para Dewey, la caracterización de la verdad como una actividad objetiva desinteresada resultaba, en realidad, una tragedia que obligaba a trabajar para revertirla y tratar de cambiarla por un sentido de la verdad que fluya del compromiso con el mundo e involucrando en la tarea tanto al diseño como a la acción de decidir, disipando así la creencia persistente de que el observador pasivo está más cerca de la verdad que el actor (Dewey, 1938). De alguna manera, Dewey había distinguido el proceso de la adopción de decisiones del proceso de encontrar sentido. (26)
Al considerar varios aportes (y entre ellos los de Dewey), Simon realizó la diferenciación