El comportamiento administrativo. Herbert Alexander Simon
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Es cierto que las teorías que tratan del proceso de decisión no tienen mucho que decir respecto de la generación de las alternativas. Se presume que deben ser determinadas. Las alternativas, en realidad, constituyen el objeto de nuestra contemplación, son preexistentes al momento de decisión, constituyendo una fase intermedia y no una salida. El proceso de dar o encontrar sentido, por el otro lado, enfatiza el halo de la acción por la inmediatez, caracterizando a la inmersión en la acción como la fuente de la verdad, algo así como la afirmación de Sartre de que la existencia precede a la esencia. (28)
Simon intentó, en su obra Ciencias de lo Artificial (Simon, 1969.a; 1981.g; 1996.g), enunciar esa complementariedad de ambas perspectivas, aunque sin rotularlas ni describirlas antagónicamente. Lo artificial es esencialmente diseño, proceso por el cual se otorga forma a una idea, en la que confluyen y se complementan el pensamiento referido al diseño y el acto de diseño. En dicha obra, Simon posibilitó la complementariedad de una actividad humana contenida en una disciplina objetiva y analítica, como el proceso de adopción de decisiones, con una actividad humana subjetiva de otorgamiento de forma, como el proceso de crear sentido.
En nuestros días, una aplicación de esa teoría puede percibirse en la adopción de las decisiones estratégicas de cualquier institución (situaciones nuevas en condiciones de ignorancia o incertidumbre) en las que ambas perspectivas pueden ser combinadas, lo que no implica ni integrarlas ni sintetizarlas la una en la otra, sino vincularlas en interrelación.
Dentro de la metodología de considerar a estas observaciones desde un principio académico y de investigación, y habiendo realizado la comprensión del marco del proceso de decisión (que se expandirá con el contenido del original de la obra y los comentarios y observaciones), resulta conveniente comprender ahora el marco del proceso de sensemaking.
Para ello, en primer lugar se deben discriminar los tipos de situaciones de ignorancia, de acuerdo con el siguiente cuadro:
TIPOS DE SITUACIONES DE IGNORANCIA
Luego, la complementariedad con el proceso de decisión, para determinar la interpretación de la realidad a fin de hacerla comprensible y con significado para un determinado procesador:
EL PROCESO CONCEPTUAL DEL SENSEMAKING
05. En el Comentario al Capítulo I, Simon se explayó sobre los roles de las instituciones sociales y los mercados y su influencia en el comportamiento de las sociedades modernas, resaltando el impacto que los ordenadores han tenido en su desarrollo. Analizó también la especialización vertical en la toma de decisiones y las líneas de investigaciones sobre el tema desde la publicación de la primera edición de la obra.
Simon desdeñó la falsa dicotomía de discernir acerca de la primacía en el análisis de los individuos o de la organización, considerando que la causa principal de esa anomalía era la deficiente interpretación del concepto de “organización”. Le atribuyó importancia a la organización, teniendo en cuenta el marco que conforma, por sobre la personalidad de los participantes (capítulos V y X), por la forma que toma la organización a través de la influencia y la autoridad (Capítulo VII) y los ambientes de información en los que se adoptan las decisiones (Capítulo VIII). Para Simon existió siempre una lógica común en los conceptos de “organización” y “dirección” (management), siendo significativos los aportes de las ciencias sociales y humanas, que él denominó “ciencias de lo artificial” (Simon, 1969.a; 1981.f; 1996.f).
Puede decirse, en realidad, que la Teoría de la Organización es una disciplina joven cuya génesis está enmarcada por la irrupción de obras seminales en la primera mitad del siglo XX: “La aparición de este campo, constituido por un grupo de investigaciones guiadas por intereses específicos y más o menos identificables, puede relacionarse con un grupo de libros escritos entre 1937 y 1947 (producidos por Barnard, (29) Roethlisberger y Dickinson, (30) y Simon” (31) (March, 1965). Yo agregaría, por su influencia, a Parsons, (32) de cuya obra un enorme pensador dijo: “Nadie entre los contemporáneos ha desarrollado una teoría comparable de la sociedad. La obra actualmente presente no tiene competencia en cuanto a la altura de abstracción y diferenciación, alcance teórico social y sistemático, con simultánea conexión con la literatura de diferentes áreas de investigación. Pese a que el interés en esta teoría ha disminuido desde mediados de los años sesenta y que el planteamiento de Parsons ha sido empujado hacia el trasfondo, momentáneamente, por planteamientos de investigación hermenéuticos y orientados hacia la crítica, actualmente no se puede tomar en serio ninguna teoría social que, por lo menos, no se refiera a la de Parsons. Quien se equivoca acerca de esta circunstancia se deja capturar por la actualidad, en vez de estar sensible frente a ella” (Habermas, 1981).
Se sugiere al lector que, además de las ya señaladas, analice las obras de March y, especialmente, las que realizó con Simon, Cohen, Olsen y Cyert (March 1955; March & Simon, 1958; Cyert & March, 1963; Cohen, et al., 1972: March & Simon, 1993.a; 1993.b).
Para Simon el concepto de “organización” implica el resultado de una actividad inteligente y volitiva, es decir, artificial, distanciándose claramente de la versión sociológica del término. Si bien no literalmente, deja implicada la evidente distinción entre el concepto de “institución social” (entidad) y el concepto de “organización”, al que define como:
1 Patrón de comunicaciones y relaciones entre los integrantes de un grupo de seres humanos.
2 Proceso de adopción e implementación de decisiones.
Años más tarde, purificará el concepto como “conocimiento compartido, pautas, normas y reglas de comunicación” (March & Simon, 1958).
La visión psicológica y la visión sociológica con las que puede analizarse la teoría y, en especial, el proceso de decisión como parte de la teoría de la solución humana de problemas fueron una de sus principales preocupaciones. La determinación de no considerar solo una parte (o psicológica o sociológica), sino al conjunto fue luego convalidada por una serie de trabajos de investigación que desarrolló a través de los años desde la publicación del texto original. En síntesis, la cuestión de si el proceso de la toma de decisión es un fenómeno psicológico o sociológico fue resuelta por Simon al indicar que, en realidad, son ambos y lo que los vincula es el fenómeno de identificación que posibilita la inclusión de las limitaciones de la racionalidad tal como se expresó en la edición original (capítulos IV y V) y la consideración de la denominada decisión compuesta (Capítulo XI). Así lo dijo: “Cuando una persona identificada con un grupo está tomando una decisión, evalúa las diferentes alternativas de elección en función de sus consecuencias para el grupo especificado. […]. Estamos cada vez más preocupados, por otro lado, con las nuevas ciencias del conocimiento y la comunicación originadas en el último medio siglo, que nos proveen de nuevos y más poderosos medios para conducir nuestras organizaciones y el proceso de decisión en