Violencias y precarización. Gabriela Bard Wigdor

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Violencias y precarización - Gabriela Bard Wigdor

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de la ciudad de Delicias, al sur del estado de Chihuahua, y miembro de una familia integrada por la figura materna, y cuatro hermanos menores. Llegó a Ciudad Juárez cuando era pequeño, ya que su mamá decidió ir a esta ciudad a buscar oportunidad de trabajo. De pequeño sufrió la pérdida de la figura paterna en un accidente, y se incorporó a trabajar como ayudante de una tienda de abarrotes en la zona centro cuando tenía 13 años.

      Yo nací en Delicias, ahí viví en la colonia Linda Vista con mis hermanos y mi madre hasta que decidió que nos tendríamos que venir a vivir a Ciudad Juárez. Perdí a mi papá en un accidente de autobús, iba viajando hacia la ciudad de Chihuahua por la mañana y un día jueves nos avisaron que chocó el camión y que él murió… A los dos años decidimos venirnos a Ciudad Juárez porque acá tenemos familia de mi mamá y ellos nos dieron aojamiento al principio (Fragmento entrevista joven varón).

      A los 15 años terminó la secundaria y conoció a una persona que lo invitó a trabajar en el aseo en un local dedicado a servicios de masaje y “descanso corporal” para mujeres y varones —Spa—. Decidió dejar los estudios y comenzó a realizar otras actividades como recepción a clientes, o la revisión de los materiales que proveedores entregaban para el servicio del negocio. Es de destacar que en la ciudad existe un número importante de este tipo de locales, sin embargo, para el caso de aquellos dedicados preferentemente al servicio de varones, suelen ser lugares en condición de clandestinidad, sin registro formal fiscal, y sobre todo en viviendas céntricas sin ninguna referencia publicitaria ya que consideran el principio de secrecía como aspecto central de su trabajo.

      Llevo varios años ya trabajando en el Spa, como siete, y ya sé de qué se trata el negocio, y me gusta porque me va bien, ya traigo mi “troca” —vehículo—, y tengo varios compas que conocí en el ambiente y con ellos nos vamos de party —fiesta— los fines de semana a los antros en el centro… Aquí vienen varios clientes, ya de años, y les damos el servicio de masajes, estética, y a quienes ya conocemos saben que también el servicio privado… (Fragmento entrevista joven varón).

      Al trabajar en un negocio que otorga servicios preferentemente a varones, se le preguntó si él se asume como integrante de la comunidad LGTB, Raúl menciona que para él queda claro que su actividad de trabajo en el negocio no tiene problema en hacer servicio privado sexual a quien se lo solicite, sea varón o mujer.

      Gay no me considero, me gustan las morras, estar con ellas… pero tú sabes, jale es jale, el trabajo es necesario y sin distinciones, no tengo problema de acostarme con una señora o con un don, siempre y cuando acordemos el pago del servicio y el tiempo, porque como todo trabajo, las reglas claras y también hasta qué tanto permites tener con ellos, y siempre con preservativo, porque una sífilis, gonorrea o el herpes está de la chingada… No tengo problema con las condiciones a los clientes, nunca he tenido problema, no sé, si porque soy hombre y no quieran pedos, no lo sé, pero pues así nada más, el servicio y lo que sigue… (Fragmento entrevista joven varón).

      Un aspecto relevante, punto de comparación y contraste con el caso de Ruth, en el caso de Raúl realiza el intercambio sexual como parte de una actividad negociada a cambio de un pago monetario, en un espacio resguardado y que no constituye un punto de atención por parte de los operativos policiaco-militares que sí se presentan constantemente en la zona en que se ubican las jóvenes trabajadoras sexuales.

      Yo nunca he tenido problema con la policía, aquí nunca han venido, y que sepa en ninguno de los otros lugares donde trabajan algunos otros, no sé, solo que si trabajo aquí como cualquier otro trabajo, sin estar exhibiéndose fuera, no tengo ningún problema, puedo trabajar tranquilamente, y nunca he tenido problema con algún cliente, porque se quiera pasar, es tranquilo… (Fragmento entrevista joven varón).

      A la pregunta específica de si considera un derecho la decisión de qué actividad realizar con su cuerpo, y cuál es el sentido que le otorga como parte del trabajo sexual, el joven sostiene que:

      es mi decisión, yo no tengo problema, es como cualquier trabajo, por qué tendría problema con alguna autoridad, solo me tengo que cuidar y al final de cuentas los clientes pagan lo que acordamos y nada más… a mí me gusta tener mi ropa de marca, mi celular, no te diré que uno de lujo, traigo mi troca, voy a las fiestas y salgo los fines de semana, no consumo drogas y casi no tomo bebidas alcohólicas, cuido mi cuerpo porque de eso vivo, hago ejercicio todos los días, voy al gimnasio por la mañana, y de ahí me vengo al trabajo… (Fragmento entrevista joven varón).

      Ambos relatos dan cuenta de una subjetividad anclada en los márgenes, pero de una manera diferenciada. La experiencia de la joven, marcada por un vínculo de dependencia hacia un entorno familiar, en la que cumple con roles de cuidado y manutención, así como lógicas de violencia asociadas a diversas relaciones como de pareja, o el estigma social atribuido a la práctica de la prostitución, son dinámicas diferenciadas si comparamos con la experiencia del joven varón. Sumado a ello, es interesante enfatizar que el ejercicio de trabajo a partir de la historia de vida, dio cuenta de dos narrativas distintas de anclar la dimensión temporal en torno al pasado. En el caso de la joven, una presencia importante en su relato con respecto a su vida previa a la decisión de vincularse al trabajo sexual, mientras que en el caso del joven varón, un énfasis a su temporalidad presente, y un pasado que intencionalmente se diluye a lo largo del relato.

Mundoíntimo-familiarEn la joven marcada dependencia del vínculo familiar con la decisión al trabajo sexual.En el joven, referencia nula al mundo familiar, con una valorización creciente al sentido de decisión con respecto al trabajo sexual.
Mundo dedeseo-expectativaValorización del trabajo sexual como recurso para acceder a una “mejor” vida.Actividad transitoria que favorezca otra alternativa laboral.En el caso de la joven, una frustración mayor al no visualizar una opción-alternativa posible.
Mundo denegociación consumoExpectativa mayor de acceso a consumo de bienes a cambio de pago por servicio.Negociar como acto diferenciado. Menor margen en la posición de la joven con respecto al varón.Subordinación a figura varonil con respecto a la práctica e intercambio.
Mundo dederechos-vinculaciónElección condicionada diferencial en torno a la práctica del trabajo sexual.En el caso del varón, un resguardo propicio para la elección.En la joven, una la tensa-conflictiva negociación con la institucionalidad, la carga de estigma marcada por la figura de “puta”, estrategias horizontales (pares) de protección-resguardo.

      Conclusiones

      Si bien el análisis exige una mayor profundidad comparativa entre los casos diferenciados desde una dimensión de género, y como mencionamos al inicio, aquí se exponen hallazgos iniciales de un trabajo en proceso, valdría la pena cerrar con tres rutas de lectura que permiten anclar la dimensión narrativa con condicionantes que un paisaje sociohistórico viene marcando los cuerpos juveniles en los últimos años. Es decir, toda experiencia subjetiva no puede separase de una articulación tensa situada con el contexto de violencias, exclusión social y precarización de la vida que viene acentuándose en la ciudad fronteriza del norte de México a partir de:

       El trabajo sexual juvenil da cuenta de cómo se ha presentado, en el contexto de la frontera norte, un escenario agobiado por una creciente violencia que marca los cuerpos juveniles de manera diferenciada. En particular, la violencia de género, se presenta de manera central en la experiencia de vida de las jóvenes trabajadoras sexuales, ligado a un paisaje de violencia sistémica gestada y propicia por el Estado heteropatriarcal y adultocéntrico que culpabiliza a los jóvenes como los gestores de los “males” ligados al narcotráfico, prostitución, trata de personas, etc.

       En ambos está presente el sentido de escasez y frustración social. Como plantea

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