Para una crítica del neoliberalismo. Rodrigo Castro

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Para una crítica del neoliberalismo - Rodrigo Castro Fuera de serie

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de Lippmann probablemente inaceptables para Rueff o Baudin, no forman parte de los temas del coloquio. De modo que el libro es una plataforma de discusión más que un criterio de acuerdo o norma doctrinal.

      39 El horario del coloquio no aclara la duración de las sesiones, aunque normalmente hay una a las 9.30 y otra a las 15:30, a veces ambas dedicadas al mismo tema. Por lo cual es muy probable que la extensión de las discusiones no se refleje en lo escueto del resumen. Por otra parte, ciertos problemas de continuidad en las intervenciones hacen patente que hay argumentos no recogidos. Un ejemplo interesante y llamativo lo ofrece una intervención de Jacques Rueff anotada en las discusiones posteriores a los discursos iniciales. En ella Rueff declara «soy hostil a la palabra “neo” que se ha propuesto…» (CWL: 430) aunque hasta el momento no se ha propuesto esta expresión, según las actas, el primero que la utiliza sería al final del coloquio Louis Marlio, pero las condiciones en que fueron registradas las intervenciones y sobre todo el anterior comentario de Rueff hacen pensar que el término ya ha aparecido desde el comienzo. En cualquier caso estos son indicios de que parte importante de la discusión no ha quedado recogida.

      40 Todas las citas que ofrezco en el texto son traducciones que he hecho directamente desde la edición de Audier.

      41 Aunque el nombre completo sugiere la sigla CIERL, a la que alude Foucault en Nacimiento de la biopolítica, las actas del coloquio utilizan dos veces las siglas y en ambos casos se usa CIRL (CWL 494,495).

      42 Esto lo sugiere el propio Rougier en el prólogo, pero también la continuidad de los diálogos. Rüstow alude a opiniones de Hayek que no han quedado en acta y que son notoriamente contrarias a la posición del propio Rüstow quien declara, por ejemplo: «el Sr. von Hayek duda si la escala de estimación de valores vitales defendida por mí sea conciliable con la posición del liberalismo tradicional, ciertamente él tiene razón. Esto es precisamente uno de los puntos esenciales por los que mis amigos y yo consideramos indispensable una transformación, que sea una renovación, de la toma de posición liberal tradicional» (CWL 478). La ausencia de la intervención de Hayek, o su notoria reducción está explicada por los problemas técnicos de registro que ha aludido Rougier, aunque es llamativo que tales omisiones tiendan a invisibilizar ciertos pasajes polémicos, particularmente este enfrentamiento más que lógico entre posiciones ordoliberales y las ideas austriacas.

      43 Título tomado directamente del último capítulo del libro de Lippmann.

      44 En el primer caso (Foucault, 2007: 159-167) los comentarios del coloquio están intercalados con comentarios a textos de Eucken y Röpke y Rüstow. Lo que es bastante lógico, pues la función del coloquio es introducir a los elementos que constituyen el neoliberalismo alemán, basado en la escuela de Friburgo y en el trabajo previo de los ordoliberales recién mencionados. El segundo pasaje (190-200) se va a centrar en el análisis de una larga cita de la alocución inicial de Rougier, para resaltar la condición económico-jurídica —y no solo económica— del capitalismo, y la consecuente perspectiva de intervención jurídica que presentan los ordoliberales. En este caso, el argumento original proviene del libro de Lippmann que Rougier parafrasea en el pasaje aludido por Foucault. Y nuevamente los comentarios estarán salpicados de alusiones a la economía política clásica, ciertas formas de marxismo y apreciaciones del propio Foucault.

      45 Puede que el exceso de celo del editor introduzca algunas distorsiones. Foucault comenta «Como consecuencia de ese coloquio —bueno, les señalo esto porque hay gente que se interesa especialmente en las estructuras del significante—, en julio de 1939 se decide constituir un comité permanente que recibirá el nombre de Comité Internacional de Estudio para la Renovación del Liberalismo, CIERL». El editor corrige en la nota al pie «Para ser más exactos: el 30 de agosto de 1938». Se trata más probablemente de algún evento «consecuencia» del coloquio que se realiza en 1939 y no las declaraciones del 30 de agosto a las que alude el editor. El archivo de Rougier contiene varias de estas instancias durante 1939. Diemer, quien ha podido revisar el archivo personal de Rougier, anota que de hecho el CIERL fue fundado formalmente el 8 de marzo de 1939 en el Museo Social, bajo la presidencia de Marlio, quien pronuncio en la ocasión un discurso titulado Le néo-libéralisme, fechado en el archivo Rougier el 15 de marzo. Pirou (58) confirma esta fecha en un texto publicado el mismo año 1939. Así mismo hasta el 10 de julio de 1939 hubo un proceso de afiliación de miembros mediante carta, el registro anota algunas intervenciones inaugurales en estos meses, en abril por Mantoux y precisamente la última de ellas el 10 de julio pronunciada por Rougier y titulada «Le planisme économique, ses promesses, ses résultats» (Diemer 2013, 931-933). Así como, gracias a la investigación de Denord podemos observar que falta por reconstruir las acciones previas de la Librarie de Médicis y del grupo que la soporta y financia; gracias a la indagación de Diemer podemos ver que los eventos relacionados al coloquio, los interesados en participar y nuevos miembros y en general la actividad de 1939 también resulta aún bastante desconocida.

      46 De hecho el término se usa en el coloquio como una forma de nombrar la agenda propuesta. Según mi revisión de las actas, el primero en usar el término durante el coloquio es Marlio (CWL: 487). Pero las actas tienen vacíos y hay indicios que el término se ha usado antes, por ejemplo Rueff plantea que «Je suis hostile au mot “néo” qu'on a proposé. Si c'est notre conviction que notre effort doit tendre à restaurer le libéralisme, comme base permanente des régimes économiques et sociaux, il faut le dire en pleine lumière, sous la forme la plus provocante» (CWL: 430) De todos modos sobre esto hay una serie de informaciones contradictorias, que muestran sin duda el problema de acceso a las fuentes.

      Foucault comenta en el curso que «en una de las intervenciones, ya no me acuerdo cuál, se propone como nombre para ese neoliberalismo que estaban tratando de formular la expresión muy significativa de “liberalismo positivo”» (2004: 161-162) La nota de los editores, al pie en la misma página, mencionará a propósito de esto que además de la expresión liberalismo positivo se usa la expresión neoliberalismo por Rougier en la alocución inicial y por Marlio en las sesiones del coloquio, Información que hemos corroborado. Por otra parte, Baudin (1953) uno de los participantes recordará que el término había sido usado por Rougier. Escalante (2015) se lo atribuye nada menos que a Rueff. Esto sería erróneo, Rueff muestra en la cita anterior una disconformidad inicial con el término. Ver una discusión ampliada en Salinas (2017). Por otra parte Audier realiza una breve pero incisiva «arqueología» del término en el siglo xix y señala una serie de testimonios que muestran que ha sido usado ya entre 1848-1859 y en diversos momentos posteriores. Por supuesto sin la familiaridad con la que se usa en la actualidad, aunque no con sentidos tan alejados de los que tomará en la Francia de 1930 (Audier 2012: 60-66). De todos modos esta extensión terminológica en el tiempo, no anularía en la interpretación de Audier, el carácter de hito clave, e inaugural del Coloquio Lippmann. Esta posición de Audier parece generalizada, pues las recepciones han visto esta condición de hito.

      47 Todo este planteamiento que incluye un diagnóstico de las hipótesis previas y la reformulación de estas hipótesis requeriría una serie de comentarios. No es el lugar para tratar esto in extenso, aunque es importante hacerlo notar. En primer lugar aparece mucho más robusta lo propuesta de Foucault que el diagnóstico que ha hecho. El diagnóstico de Foucault resulta débil, es cierto que muchas veces Foucault no identifica a quienes hacen las propuestas que comenta, no «cita», quizás el autor más mencionado es Sombart. Es cierto que algunos de estos conceptos hablan por sí

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