Corazones rotos. Amy Chan

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Corazones rotos - Amy Chan Para estar bien

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el proceso, necesitamos lamentar y llorar el pasado de manera adecuada. Para lograrlo, es útil comprender en qué etapa de duelo te encuentras.

      ETAPAS DE SEPARACIÓN

      El duelo por la pérdida de una relación puede parecerse mucho al luto por alguien que ha fallecido.

      El duelo tiene seis etapas, sin importar cuál sea la fuente de ese dolor. Recuerda, la línea de tiempo para superar el duelo no siempre es lineal. Habrá días en los que sientas que ya superaste el dolor y estás lista para abrazar tu nueva vida, sólo para encontrarte catatónica y afectada por algún factor desencadenante al día siguiente. Esto puede parecer un revés, pero es una parte natural del proceso. Aquí están las seis etapas del duelo o, en este contexto, de la separación.

      Conmoción: ésta tiene lugar tanto a nivel físico como psicológico. Físicamente, una oleada de adrenalina recorre el cuerpo, lo que puede hacer que te sientas nerviosa, mareada y fuera de ti.1 Psicológicamente, puedes sentirte perdida, aterrorizada, abrumada e inundada de emociones intensas. Ésta es la protección natural que tu cuerpo activa contra el dolor. Tu cuerpo no se ha adaptado todavía a una nueva realidad sin tu pareja. Una vez que comienzas a procesar lo que sucedió, llegas a la siguiente etapa: la negación.

      Negación: en esencia, se trata de un rechazo hacia la realidad. Cuanto antes aceptes la realidad —que la relación terminó—, comenzarás el proceso de sanación más pronto.

      Depresión: el primer paso para la sanación es la depresión. Te sientes triste, apática y torpe. Todo te recuerda a tu ex y los momentos que compartieron. En esta etapa, tu inclinación natural puede ser aislarte, pero ahora es importante que aceptes el apoyo de tus seres queridos.

      Ira: la vida te parece injusta y abusiva. Te preguntas por qué te está pasando esto y tal vez incluso te moleste que tu ex no parezca estar pasando por tanto dolor. La ira indica que la energía se está moviendo, lo que puede motivarte a realizar cambios proactivamente.

      Negociación: tu cerebro no quiere aceptar que terminó y comienza a idear estrategias para recuperar a tu ex o arreglar la relación. Durante esta etapa, es posible que reflexiones sobre lo que deberías haber hecho diferente o “mejor”. Incluso podrías inventar excusas para ver a tu ex. Puedes recaer durante esta etapa y reconectar con tu ex, sólo para que vuelvan a separarse. Es posible que se necesiten varios ciclos de juntos-separados antes de que llegues a un punto de inflexión y aceptes que el mismo comportamiento seguirá produciendo los mismos resultados. Es importante durante esta etapa no perder de vista la realidad de que su relación terminó por una razón y que ambas personas fueron responsables de su final.

      Aceptación: en esta etapa aceptas la realidad de la situación y comienzas a tomar decisiones que te ayudan a seguir adelante. Ahora minimizas las declaraciones catastróficas como “Nunca volveré a amar a nadie” y “Siempre estaré sola”. Ves esperanza en tu futuro y estás lista para cerrar el capítulo y empezar el siguiente.

      Es importante reconocer que, para llegar a la etapa de aceptación, necesitas pasar por las etapas previas. Quizá te sientas atrapada en una etapa durante más tiempo que en otra; en ocasiones, ésa es una forma de aferrarnos a la relación. Porque aunque estés separada, si todavía estás enojada con tu ex, negociando para volver a estar juntos u obsesionada con todos los detalles de lo que salió mal, entonces aún mantienes una relación con esa persona.

      No hay una medida única para todas en términos del tiempo que llevará superar una ruptura, aunque muchas tienden a sobreestimarlo y creen que el dolor durará mucho más de lo que persiste en realidad.2 La psicóloga clínica Ramani Durvasula sugiere que, después de una ruptura, para muchas personas toma alrededor de seis semanas comenzar a adaptarse a la vida sin su ex.3 Otro estudio publicado en The Journal of Positive Psychology encontró que las personas se sentían mejor once semanas después de su ruptura.4 No te castigues si tu línea de tiempo es única. Confía en que hay un final para el sufrimiento, incluso si no puedes imaginarlo en este momento.

      Las mujeres que vienen a Renew se encuentran en diferentes etapas. Algunas están en medio de la agonía de la pérdida, ya que se separaron apenas unas semanas antes; algunas todavía están en una relación intermitente de la que parece que no pueden salir; otras ya llevan algunos años divorciadas, pero están teniendo dificultades para seguir adelante y ni qué decir de salir con alguien; unas ni siquiera están lidiando con una ruptura, pero están frustradas con sus vidas románticas y quieren cambiar sus patrones. Resulta útil que todas estas mujeres brinden sus testimonios. Aun cuando se encuentran en diferentes etapas del ciclo, todas están allí por la misma razón: quieren tener la oportunidad de construir un amor saludable.

      EL CORAZÓN ROTO EN EL CEREBRO

      Comprender lo que sucede en el cerebro durante una ruptura es un elemento clave para superarlo. Es natural sentir una montaña rusa de emociones después de una ruptura. La misma avalancha de sustancias químicas que te hace sentir feliz en la lujuria, durante las etapas iniciales del amor, también te hace sufrir cuando éste termina.

      Durante la primera etapa de las citas, estos químicos están diseñados para hacer que tú y tu pareja procreen. La euforia, los pensamientos constantes sobre tu nuevo ser amado y las sensaciones de mariposas en el estómago son el resultado del sistema de motivación: el impulso de apareamiento que es parte del sistema de recompensa en el cerebro. Examinaremos en detalle las sustancias químicas presentes durante la fase de lujuria en capítulos posteriores, pero lo que es importante notar ahora es que, durante una ruptura, tu cerebro está experimentando exactamente las mismas reacciones químicas, pero al revés.

      Las investigaciones han revelado que los solteros con rupturas recientes muestran actividad en la misma parte del cerebro que un consumidor de drogas desesperado por recibir su siguiente dosis.5 El cerebro está literalmente en abstinencia. La parte del cerebro afectada, el área segmentaria ventral, está asociada con la motivación, el comportamiento orientado a objetivos y el sistema de recompensa, responsable de la liberación de dopamina. La dopamina es esa sustancia química que te hace sentir bien y te deja con el deseo de recibir más de cualquier estímulo que te haya dado la recompensa en primer lugar, ya sea cocaína, chocolate o una caricia de tu pareja.6 Los antojos de dopamina te motivan, te animan a que actúes para obtener más de lo que sea que necesitas y, en el caso del romance, esa necesidad es tu ser amado. El cerebro espera que llegue la recompensa (validación de un compañero, devolución del afecto, contacto físico); sin embargo, después de una ruptura, la recompensa se retrasa o no llega. Aunque a nivel cognitivo sabes que la relación ha terminado, las neuronas de tu cerebro que esperan una recompensa no dejan de activarse, manteniéndote inconscientemente “enamorado” y adicto a tu ex para conseguir tu dosis.7

      Durante una relación, miles de circuitos neuronales en tu cerebro están dedicados a tu pareja. El psicólogo Phillip Shaver sostiene que, durante la separación, “cada [circuito neuronal] debe ser desarrollado y reconstruido para tener en cuenta la ausencia de la persona”.8 Pienso en esto como si tu cerebro requiriera una remodelación importante.

      Tu cerebro está acostumbrado a recibir dosis de dopamina a partir de las interacciones con tu pareja. Después de la pérdida de esa persona, tu cerebro no olvida de manera inmediata la sensación de esa dopamina y necesita aprender a vivir sin ella. Esto lleva tiempo y, cuando estableces contacto, miras mensajes antiguos o te obsesionas con su actividad en las redes sociales, estás activando esos viejos circuitos y conexiones neuronales. Esto sólo prolonga tu apego a tu ex. En un proceso llamado “poda sináptica”, las conexiones neuronales que ya no se utilizan son eliminadas y el cerebro puede entonces concentrarse en hacer otras nuevas.9 Por lo tanto, si dejas

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