Corazones rotos. Amy Chan
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Generalización: sacar conclusiones radicales y suposiciones generales, basadas en una o pocas experiencias (por ejemplo: Me engañaron, eso quiere decir que todos los hombres son mentirosos).14
Leer la mente: malinterpretar hechos y datos, y asumir que sabes lo que los demás piensan o sienten (por ejemplo: Me miró y luego le dijo algo a su amigo con una risita, debe de estar burlándose de mí).
Declaraciones de deber: imponer expectativas (sobre ti o sobre los demás) acerca de cómo deberían ser las cosas, lo que suele basarse en la crítica, el juicio y la creación de reglas arbitrarias (por ejemplo: Ya debería estar casada a esta edad, soy una estúpida por haber malgastado mis mejores años con ese tipo).15
Culpar: negarse a responsabilizarse de las emociones, pensamientos y acciones (por ejemplo: Es su culpa que yo esté tan destrozada).
Personalizar: crear suposiciones sobre ti, incluso cuando no haya pruebas o razones lógicas para hacerlo (por ejemplo: Debo de ser indigna de amor porque él me engañó).
Falacia del cambio: esperar que la gente cambie para que tú te sientas feliz. Esto se relaciona con la creencia de que otros son los responsables de tu felicidad (por ejemplo: Si tan sólo me diera el anillo de compromiso, yo sería feliz y me sentiría segura).
Pensamiento de todo o nada: percibir situaciones o personas en blanco y negro, usando palabras como “siempre”, “nunca”, “todos” y “nadie” (por ejemplo: Los hombres nunca quieren comprometerse conmigo. Esto siempre me pasará a mí).
Una vez que hayas terminado tus cinco puntos, date cuenta de si la historia actualizada se siente un poco menos cargada emocionalmente. ¿Parece más neutra, más ligera? Volveremos a consultar esta historia actualizada en el último capítulo.
SI QUIERES SANAR, EXPRESA TU ENOJO
Después de una ruptura, te encuentras en modo de supervivencia. Las emociones están en su punto más alto y no dejar que te abrumen es un desafío, por decir lo menos. Este tiempo también es un campo de entrenamiento para aprender sobre la regulación emocional, una habilidad que, una vez que la adquieres, podrás aplicar por el resto de tu vida durante los momentos difíciles. A medida que pasas de una etapa de separación a otra (o tengas retrocesos) necesitarás diferentes herramientas, dependiendo de la emoción que esté surgiendo. ¡Es como un juego de ping-pong emocional!
DEJA QUE TU BANDERA DE BICHO RARO (ENLOQUECIDO) “FLUYA”
La gente enojada vive en cuerpos enojados.
Bessel van der Kolk
Las investigaciones demuestran que las personas en duelo que evitan el dolor y se esfuerzan por reprimir las emociones son las que tardan más en recuperarse de la pérdida.16 Cuando intentas reprimir tu ira, el estrés se dispara.
La ira se puede dividir en dos componentes principales: el emocional (cómo se siente en el cuerpo) y el conductual (cómo se expresa).17 Nuestro objetivo es expresar la ira de una manera saludable, sin agresión (hiriente o acciones dañinas) y sin reprimirla.
Lo opuesto a la represión es la expresión. Tenemos que procesar la energía emocional que está atrapada en tu cuerpo. Recuerda, el camino a seguir es pasar a través de ella.
Ver rojo
Para ayudar a las participantes de Renew a trabajar a través de la ira desde un enfoque energético, la doctora especializada en medicina naturista y coach holística Erica Matluck dirige una de las primeras sesiones físicas del campo de entrenamiento. Ella explica cómo la ira tiene sus raíces en el chakra del plexo solar, que se correlaciona anatómicamente con el abdomen. Los chakras son centros de energía que, cuando se bloquean, pueden desencadenar desequilibrios físicos, emocionales y mentales. En lugar de dejar que la energía de la ira se acumule y resulte en una explosión volcánica, les enseña a las mujeres a utilizar una combinación de intención e imaginación para desactivarla. Enseguida te muestro cómo.
EJERCICIO 1: Transmutar tu ira
Párate erguida con los pies firmes en el suelo, separados a la altura de tus hombros. Cierra tus ojos.
Asigna a tu ira el color rojo.
Dirige tu atención a tu plexo solar (el área alrededor de tu ombligo).
Visualiza el color rojo en esta área y siéntelo en verdad. Presta atención a las sensaciones. Observa la temperatura y cómo se mueven las sensaciones con tu respiración.
A continuación, identifica una palabra que sea necesaria para sanar el enojo (“perdón”, “aceptación”, “compasión”, etcétera) y asigna un color a esa palabra (el azul funciona bien para la mayoría de las personas).
Imagina que ese color se vierte en tu cuerpo a través de tu abdomen y deja que inunde todo tu cuerpo y el área alrededor de él. Observa cómo cambia el color de tu ira y elimínala por completo hasta que te encuentres inmersa en el segundo color.
Respira profundamente unas cuantas veces y repite el ejercicio tres veces.
¡Postura de la plancha!
En el segundo ejercicio, la doctora Matluck enfatiza la importancia de mover la energía de la emoción a través del cuerpo. La energía debe fluir porque, cuando no lo hace, puede causar disfunciones en el cuerpo. Ella sugiere que existe una fuerte relación entre sanar la ira y confrontar las creencias limitantes: “El fuego es el elemento asociado con este chakra, y al crear calor en el cuerpo mientras enfrentamos las limitaciones impuestas por la mente, podemos usar la energía del fuego para transformar la ira que se ha almacenado en el cuerpo”.
Para demostrarlo, guía a las mujeres a través de un ejercicio en el que establecen un cronómetro y mantienen la postura de la plancha durante todo el tiempo que puedan. Cuando no logran sostenerla, miran el temporizador para darse cuenta de dónde está su límite. A continuación, aconseja a las mujeres que agreguen treinta segundos a su tiempo anterior y la repitan. Solemos escuchar quejas mientras lo intentan de nuevo a regañadientes.
“Observa el impulso de darte por vencida y permite que el calor que estás creando derrita tu ira —la doctora Matluck alienta a las mujeres, mientras camina entre ellas—, quemando salvia como una forma de limpiar el espacio.”
Cuando nota que algunas mujeres luchan por mantener su posición, les aconseja que vuelvan a concentrarse en la respiración, lenta y profunda, y que sigan luchando para llegar más allá de su límite. Cuando terminaron con la segunda postura, casi todas pudieron sostener su plancha por más tiempo que la primera vez, una hazaña pequeña, pero significativa, para superar ese límite que habían asumido.
EJERCICIO 2: ¿Lista para las planchas?
Adopta la postura de la plancha. Tienes la opción de sostener la parte superior del cuerpo con las manos o los antebrazos.
Pon un cronómetro y mantén la postura todo