La COVID-19 y los cambios en la integración latinoamericana y europea. Viviana García Pinzón

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La COVID-19 y los cambios en la integración latinoamericana y europea - Viviana García Pinzón

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de los países de la región en la alianza covax liderada por la oms para acceder a las vacunas7.Cuestionamiento de la eficacia del multilateralismo global y regional, y peligro del “vacunacionalismo”.Retorno de la agenda sanitaria como tema de política exterior con enfoque regional.Peligro de politizar e ideologizar la agenda sanitaria y la lucha contra la covid-19.Reforzar escenarios de cooperación para los compromisos de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible.Fractura de la cooperación internacional (Estados Unidos vs. China) y nuevo contexto de alineamientos forzados.Recuperar un regionalismo de tipo sanitario puede posibilitar un margen de poder negociador ante instancias multilaterales.Multiplicidad de intereses contrapuestos e ideologización de la interacción regional-global bloquean el poder negociador de la región.Priorización de temas sanitarios en la agenda política y concepción de la salud como bien público regional.Incapacidad de coordinación de crisis simultáneas: crisis sanitaria vs. crisis migratoria y mayor demanda de atención humanitaria.

      Nota: elaboración propia.

      Un primer desafío es que los países latinoamericanos recuperen la confianza en la acción multilateral y las bondades del regionalismo a nivel político, económico y social: la covid-19 ha evidenciado la sensación de vacío de gobernanza en general (Barbe, 2020) y el abandono de la gobernanza regional sanitaria, sobre la cual se había logrado avanzar con las iniciativas de Unasur (Riggirozzi, 2020). Es prioritario tomar conciencia de la necesidad de definir y poner en marcha una acción regional integral, coordinada y ambiciosa, plasmada en una hoja de ruta estratégica (de la cual ha carecido la región en el marco de la pandemia) para saber navegar ante la incertidumbre del actual escenario, y poder coordinar necesidades y esfuerzos nacionales. Las posibilidades de acción exterior y el poder de negociación de los países de la región ante escenarios de fuerte asimetría —como el actual— solo se incrementan en clave regional, a raíz de cuestiones inmediatas como el acceso a vacunas y el financiamiento en condiciones más favorables.

      Un segundo desafío es que la reactivación de la acción multilateral regional debe ser revitalizada en distintas áreas y agendas para superar miradas unidimensionales sobre la recuperación y la proyección internacional de la región: los impactos de la pandemia a nivel político, económico y social han permitido volver a discutir problemáticas que vienen de tiempo atrás, las cuales deben ser asumidas en forma integral. La acción multilateral regional debe apuntar al mejoramiento de la calidad de la democracia y a la reactivación del crecimiento económico, en sintonía con la recuperación de los avances sociales perdidos por la pandemia; discutir y coordinar los modelos de desarrollo de los países para una mejor inserción internacional, y asegurar el cumplimiento de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible. Con las debilidades estructurales que vive alc desde el siglo xx, la región no puede enfrentar en forma exitosa amenazas del siglo xxi como la pandemia.

      Un tercer desafío es reforzar el abordaje conjunto de amenazas como la covid-19 en términos operativos entre los niveles estatal y regional: si bien el enfoque nacional ha sido la primera línea de acción para enfrentar el virus, ha quedado demostrada tanto la insuficiencia de la respuesta estatal como la carencia de políticas públicas regionales. Es prioritario recuperar espacios de articulación entre lógicas nacionales y regionales y canales de congruencia normativa (Acharya, 2011). La lectura realista de la realidad (el principio de autoayuda o self-help) ya no resulta eficaz para encarar amenazas globales; sin duda, el fortalecimiento del Estado y el fortalecimiento del regionalismo no son necesidades excluyentes sino convergentes para mitigar las debilidades estructurales de la región.

      La cooperación en tiempos de pandemia: China y la ue

      El proceso coyuntural por el que el mundo está pasando hoy transversalmente, en sus agendas políticas, económicas y sociales a causa de la pandemia por la covid-19, ha dejado una serie de reflexiones en torno a las capacidades de adaptabilidad de las regiones en el marco de la cooperación internacional y de cómo pueden o no traspasar barreras ideológicas para convertir las respuestas de inmediatez política en respuestas prácticas y efectivas ante el escenario de incertidumbre actual. La división del mundo hoy permite entender que las fracturas y divisiones de los llamados “bandos” geoestratégicos derivan en que las soluciones y prioridades en el mundo se restablezcan hacia una mirada de cooperación multidireccional. La ue es parte de este análisis coyuntural: durante el 2019, sus relaciones con China empezaban a crecer y a reforzar temas que, ante la mirada de la comunidad internacional, eran importantes para generar nuevas y mejores alianzas. Para este año, el panorama en torno a sus relaciones se vio configurado en muchos sentidos:

      La crisis actual se ha convertido en un catalizador de una serie de tendencias que han dado forma a las relaciones entre Europa y China en los últimos años; simultáneamente, a una cooperación más estrecha, las ha separado aún más, y aparentemente ha subrayado las fracturas que existen dentro de Europa sobre cómo abordar una China cada vez más influyente. (Seaman, 2020)

      El problema de esas configuraciones tiene asidero en las premisas de la incapacidad de todos los Gobiernos de manejar adecuadamente la pandemia (China y su “diplomacia de la mascarilla”, en el 2020) y mantener aun así su imagen a nivel nacional e internacional. La ue parte de una configuración sustancial de pensamiento en conjunto pues sabe que, si bien las realidades y procesos internos de cada Estado son diferentes, las bases para fortalecer los mecanismos de acción de sus instituciones se sustentan en priorizar y mantener alianzas que sirvan para establecer sus prioridades, así como en el resurgimiento de la práctica de tomar decisiones como bloque y no individualizarse, a fin de no fracturar más la región y mantener a China como aliado.

      Para el 2020, la cooperación entre estas dos grandes potencias se ha visto marcada por una serie de momentos que han puesto pautas para la cooperación bilateral. China y su nueva política exterior posibilitan una nueva ruta de estudio académico sobre la capacidad aumentada de ejercer negociaciones a gran escala, y en el caso de esta pandemia no ha sido la excepción. Según el reporte de 21 instituciones que crearon el informe del European Think-tank Network on China (etnc) en el 2020, la cooperación en estos tiempos se sintetiza en los puntos reseñados en la tabla 3.

      Tabla 3. Puntos centrales de la cooperación China-ue en tiempos de pandemia

PuntoDescripción
Diplomacia sanitariaLa maratón de las donaciones o la nueva diplomacia de las mascarillas (Rojas, 2020) marca un punto de inflexión importante en torno a los procesos de cooperación entre China y la ue. Esta nueva geoestrategia está construida a partir de la iniciativa de ayuda mutua y el fortalecimiento del multilateralismo por parte de China hacia las regiones del mundo que se han visto perjudicadas por la pandemia; si bien, en su conjunto, la ue se ha adjudicado una serie de decisiones que han beneficiado y mantenido la región como un ejemplo de experiencia y toma de decisiones a nivel internacional.La ayuda y el gran acercamiento que ha hecho China hacia la ue es un hecho significativo no solo porque reivindica y sirve de continuidad a las relaciones crecientes de ambas partes en diferentes acuerdos, sino porque históricamente cada uno de los países de la ue ha tenido experiencias afirmativas con China. Así, fue posible su llegada con las donaciones en grandes cantidades de suministros de Equipo de Protección Individual (epii) y de la manufactura de mascarillas al alcance de todos, sin discriminación alguna. Un ejemplo de esto es Francia, que “los días 18 y 19 de marzo recibió un ‘flete solidario’, o “solidarity freight“ de China, que incluía un millón de mascarillas, de las que Francia carecía, 1,5 millones de guantes y 10 000 trajes de protección. Empresas y organizaciones chinas también enviaron suministros adicionales a Francia”. (ifri, 2020)
Reformulación de discursosDentro de la incertidumbre que ha surgido en torno a la pandemia en el transcurso del 2020, las dicotomías discursivas sobre China y su papel en las agendas internacionales han cobrado un mayor protagonismo. Por un lado, por las presiones que Estados Unidos ya desde un principio había mostrado hacia China y sus constantes acusaciones sobre la desinformación

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