Vida campesina en el Magdalena Grande. Fabio Silva Vallejo

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Vida campesina en el Magdalena Grande - Fabio Silva Vallejo

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café solo da una producción al año; esto ha hecho que los campesinos se inserten en otras economías o que busquen otros cultivos para generar ingresos. Después del cultivo de café, en Minca, San Pedro de la Sierra y Siberia se siembra mora, lulo, tomate de árbol, cacao y caña de azúcar, y se crían abejas para la producción de miel. Los cultivos que dan mejor rentabilidad, después del café, son el lulo y la mora; estos ayudan a la economía de los campesinos. El lulo se comenzó a cultivar hace veinte años; por su parte, la mora es más reciente: tiene diez años de estar cultivándose. Los campesinos no están especializados en sembrar esos cultivos, pero han hecho que en sus fincas se cultiven. En los tres corregimientos no hay finca que esté produciendo solamente cultivo de café. Para el cultivo de lulo, tomate de árbol y mora los campesinos estiman una hectárea o media hectárea, buscando que ayuden en la economía de la finca cuando no haya producción de café. En 1974 se comienza a transportar lulo a Barranquilla debido a que este tiene una buena aceptación en el mercado regional. El lulo, la mora y el tomate de árbol se cultivan en las partes altas de los corregimientos, pero debido al mal estado de las vías los campesinos no cultivan demasiado porque las cosechas se les pierden. Por este motivo, a los campesinos les da más tener media hectárea de lulo que tener siete hectáreas. La mora, el lulo y el tomate de árbol son comprados por intermediarios a un precio supremamente irrisorio. Estos compradores pagan a 700 pesos el kilo de mora (por lo general, ese es el precio que ellos pagan), pero los cultivadores se dan cuentan cuando bajan a Ciénaga o Santa Marta del precio al que venden un kilo de mora: este se multiplica por cuatro o cinco veces en relación al precio del kilo de mora al que ellos lo venden.

      La caña de azúcar es otro de los cultivos que se produce en las fincas de café; esta se utiliza para la producción de panela. Cada finca tiene un trapiche donde hacen la molienda de la caña para producir la panela que se utiliza para el consumo personal y comercial. La mayoría de las fincas producen panela para vender en San Pedro de la Sierra o en Siberia y, a veces, es llevada a Ciénaga, donde se comercializa con el nombre de “panela orgánica”. Las fincas que tienen una buena producción de panela son las fincas grandes. La producción de panela que se produce en estas fincas es llevada a los supermercados que están en Santa Marta. La producción de panela que tienen las fincas pequeñas es muy baja porque se hace molienda cada dos meses y eso da una producción de 145 panelas por molienda, pero esta panela que se produce en la mayoría de las fincas es para el consumo de la propia finca y si algún vecino ayuda a moler se le da panela.

      Imagen 8. Jardín en Corea

      Fuente: Archivo Oraloteca (2020)

      En cuanto a la cría de abejas para la producción de miel, este fue un proyecto de la Fundación Pro Sierra Nevada de Santa Marta. El objetivo del proyecto era desarrollar alternativas alimenticias para los campesinos, pero buscando que estos tuvieran prácticas productivas con el medio ambiente (Red Ecolsierra, 2016). Para desarrollar el proyecto se organizaron campesinos de los corregimientos de Minca, Siberia y Palmor; de esta forma, se dio inicio a la Asociación de Apicultores de la Sierra Nevada de Santa Marta (Apisierra). La cría de abejas para la producción de miel les genera ganancias a los campesinos y, a su vez, ayuda a la conservación (o, como dicen los campesinos, es amigable con el bosque). La cría de abejas no necesita mucho personal y para que deje una buena rentabilidad el campesino debe tener mínimo veinte colmenas. Los campesinos que se dedican a la apicultura tienen que estar dentro de la Red de Caficultores Orgánicos; esto se hace para que no haya una contaminación de los apiarios. La miel que producen estos campesinos es comercializada por la Red Ecolsierra y los clientes son los almacenes de cadena como el Éxito, Carulla, Jumbo, etc. Los campesinos también generan ingresos económicos por los cultivos de aguacate y mango, aunque dada la dificultad de transportar estos productos a los centros de comercio, se pierden en las fincas. Los campesinos en sus fincas poseen su seguridad alimentaria con cultivos como el maíz y fríjol de diferentes variedades (el rojo, caraotas o bogotano, cabecita negra y el fríjol caqui); también se ha cultivado arroz, presentando dificultades para la trillada. Hay cultivos de guineo y plátano dentro de los cultivos de café; también se siembran tubérculos como la malanga y la yuca, y hay varios proyectos de gallinas ponedoras y cerdos.

      Las buenas prácticas

      Los campesinos de estos tres corregimientos eran vistos por las ONG ambientalistas, entidades gubernamentales y antropólogos como los destructores del medio ambiente que, en su afán por colonizar territorios, destruyen los bosques. A los campesinos no solo se los vio como depredadores ecológicos, sino que también se los vio como narcotraficantes, guerrilleros y paramilitares. Esta asociación comienza cuando se dan los cultivos de marihuana y coca en la Sierra Nevada de Santa Marta. En el imaginario de las personas de Santa Marta o Ciénaga todas aquellas personas que vivían en la Sierra Nevada eran bandidos o pertenecían a algún grupo al margen de la ley. Ahora esa imagen está cambiando: los campesinos se han insertado en diversos proyectos dedicados a la sostenibilidad ambiental en producción orgánica que están siendo ejecutados por entidades ambientales y comercializadoras de café. Lo otro es que estas entidades están incentivando a los campesinos a que se vinculen al turismo ecológico, pero con turistas que estén interesados en las formas de producción del café.

      Por años, los campesinos de la Sierra Nevada de Santa Marta han tenido prácticas tradicionales para cultivar el café; estas prácticas están ligadas a la conservación ambiental en sus fincas cafeteras. Una de las prácticas tradicionales que han mantenido los cultivos de café es la siembra de árboles en las plantaciones para generar sombrío en las plantas de café y lograr así que estas no se vean afectadas por el sol. Los campesinos también dejan una zona de bosque para la conservación de los nacimientos de agua y destinan unas áreas para la siembra de cultivos para el consumo familiar. El bosque les proporciona madera para el consumo de la cocina. En cuanto a la siembra de árboles en los cultivos de café se hace con un doble propósito: por un lado, las hojas de los árboles son materia orgánica para el cultivo de café porque mejoran la calidad del suelo; por otro lado, los árboles sirven para producir madera y si son árboles frutales como el guamo y el aguacate le van a dar otra entrada económica a la familia. Cuando siembran de sombrío plátano o bananos estos sirven de consumo para la familia o los venden en los cascos urbanos de los corregimientos. Lo cierto es que los campesinos utilizan el sombrío en sus plantaciones de café para regular el efecto del sol:

      El sombrío es calidad, el sombrío es protección de suelo, es lo más recomendable del sombrío es el guamo, porque el guamo es un árbol de que crece muy rápido, se eleva; a él hay que hacerle tratamiento de crecimiento y se le hace el tratamiento y él se eleva, pero no es por eso, el guamo es porque diariamente él está botando mucha materia, bota la hoja, bota la guama y se descompone muy rápido entonces eso ayuda al mejoramiento de los suelos, donde hay buenos suelos hay buena producción de café, si no tenemos sombrío la producción del café es muy baja (Negrete, 2020, p. 15).

      Los campesinos siembran, primero, los árboles que le van a dar sombrío a las plantas de café. Los árboles se fertilizan, se podan y se les retira la maleza durante el proceso de crecimiento. Cuando los árboles están grandes se procede a sembrar las plantas de café y a estas no se les suministran insumos químicos. La tradición de no usar insumos químicos en las plantaciones de café ha hecho que muchos de estos campesinos reduzcan los costos de producción al eliminar los agroquímicos como los plaguicidas, fungicidas y herbicidas. La institución que regula que los campesinos hagan buenas prácticas en sus cultivos de café es el Comité Cafetero; este ha destinado a sus técnicos expertos en caficultura para que los campesinos tecnifiquen sus cultivos de café. Para esto, los campesinos tienen que estar de acuerdo con las sugerencias que haga Cenicafé sobre las semillas que se van a sembrar, el control de broca, roya, maleza e insectos y, por último, las medidas en que se tiene que sembrar el café:

      Habían cafés que se sembraban regaos en almacigo,

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