Por el derecho comprender. Henrik López Sterup
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3. HITOS, BENEFICIOS Y PROBLEMAS DEL MLC
La atención intelectual que ha merecido el MLC, podríamos decir, se ha concentrado en destacar sus hitos, beneficios y problemas sobre todo en el ámbito jurídico. Las próximas páginas se ocupan de estas tres dimensiones. Con el propósito de identificar la evolución del MLC desde 1970, varios estudios dan cuenta de su formación a partir de cuatro hitos históricos: Citibank, el New York Plain English Law, la Orden Ejecutiva 12.044 del Presidente Jimmy Carter y la iniciativa Plain English Campaign26.
Writing for Dollars, Writing to Please del profesor Joseph Kimble es una de las piezas bibliográficas más relevantes del MLC. Kimble señala a la firma Siegel & Gale como pionera del MLC debido a sus estrategias de simplificación de documentos comerciales y legales para cientos de compañías en todo el mundo. Un ejemplo de sus intervenciones son los contratos de acceso al crédito de consumo con Citibank, primer banco preocupado por un enfoque completamente nuevo centrado en los usuarios. Sobre este particular, Moukad indica:
Citibank se dio cuenta que este tipo de contratos merecía un especial interés en la etapa de redacción y descubrió que podía eliminar cláusulas que rara vez se utilizaban y solo desconcertaban a los consumidores. El formato de los formularios del contrato se modificó para facilitar la lectura por parte del consumidor. El contrato finalmente redactado fue diseñado para explicar la obligación del consumidor en lugar de proteger al acreedor. Los contratos de consumo revisados de Citibank demostraron que los documentos legales se podrían simplificar sin menoscabar su validez o exigibilidad27.
Reviste tal importancia el caso de Citibank que Joanna Richardson28 lo considera como un momento bisagra para el MLC, pues el nuevo contrato de crédito implementado marcó una nueva era en la carrera por la claridad y los derechos de los consumidores. El nuevo formato contractual le significó al banco dejar de ser la tercera reclamante más grande contra los consumidores en la ciudad de Nueva York y lograr una reducción sustancial en el número de demandas para cobrar deudas. Cuando la Legislatura de Nueva York se dio cuenta que los contratos escritos en un lenguaje claro no solo eran deseables, sino también alcanzables —continúa Moukad—, se aprobó la primera ley de los Estados Unidos que obligaba a establecer condiciones de claridad y coherencia en las transacciones con los consumidores; esto, a partir del uso de términos que fueran comúnmente comprensibles29.
La ley también determinó que los acuerdos comerciales deben dividirse en secciones y subdividir cuando sea apropiado para mayor claridad y legibilidad. Los infractores son responsables ante el consumidor por daños y existen multas por incumplimiento. La ley fue modificada en 1978 para eliminar el requisito de ‘lenguaje no especializado’ y permitir palabras técnicas pero que fueran comúnmente entendidas. […] Es una ley de carácter preventivo, busca evitar malentendidos antes de que ocurran30.
Poco después, el Presidente Jimmy Carter firmó en 1978 la Orden Ejecutiva No. 12.044 con el objetivo de lograr que las regulaciones gubernamentales fueran lo más simples y claras posibles31. Según el contenido de la Orden, los reglamentos deben ser redactados de modo que aquellos que tienen obligaciones puedan entender cómo cumplirlas. Detrás de este objetivo estaba la necesidad de legislar de manera eficaz y eficiente, y de evitar la imposición de cargas innecesarias a la economía, a las personas, a las organizaciones públicas o privadas y a los gobiernos estatales y locales. Como se puede inferir, esta Orden funciona como antecedente de lo que hoy conocemos como smart regulation32. Un año después, Carter firmó una nueva Orden Ejecutiva, la No. 12.174, que dictaba que los trámites y las cargas administrativas deberían reducirse para permitir que las personas y las agencias federales accedieran a la información de manera fácil, sencilla y directa33. Aunque los efectos posteriores a ambas órdenes ejecutivas resultaron más bien difusos y el presidente Ronald Reagan las revocó, agencias como la Social Security Administration mantuvieron la disposición de divulgar información en lenguaje claro y otros estados aprobaron otras leyes que exigían el uso de un inglés sencillo34.
De nuevo, es necesario volver a cruzar el océano hasta el Reino Unido para encontrarse con un hito de gran envergadura para el MLC. Se trata de la iniciativa que tuvieron “Chrissie Maher y Martin Cutts cuando comenzaron la Plain English Campaign y que ha servido como base durante todos estos años para luchar en contra del gobbledygook–legalese, small print and bureaucratic language”35. En el Estudio de campo: políticas públicas comparadas que hace parte del Informe de la Comisión de Modernización del Lenguaje Jurídico de España, la profesora Cristina Carretero completó un extenso estado del arte sobre iniciativas relacionadas con el lenguaje claro en países de Europa continental, los países anglosajones e Iberoamérica. Allí se entiende que la campaña es una “iniciativa privada promovida a título personal por Maher en 1971 frente al Ayuntamiento de Liverpool […] y, posteriormente, a nivel nacional para exigir a las Administraciones Públicas el uso de un lenguaje sencillo”36. La profesora Estrella Montolío y Mario Tascón resumieron de forma muy precisa el nacimiento de esta campaña así:
Durante la década de los setenta, una época de crisis económica, muchas familias inglesas tenían grandes dificultades para hacer frente a los gastos básicos del día a día. El procedimiento para solicitar las ayudas sociales era muy complicado, estaba plagado de trabas legales y formularios incomprensibles. Ante la falta de respuesta a las peticiones enviadas al ayuntamiento de Liverpool para que publicara la información de forma simplificada, Chrissie Maher decidió emprender una campaña contra esa institución y su jerga incomprensible. Si las autoridades no facilitaban los documentos que permitieran entender cuál era el procedimiento para solicitar las ayudas, ella estaba dispuesta a hacerlo37.
La cita de Montolío y Tascón pone de manifiesto la problemática social que incentivó la organización de una campaña que luego unió a personas y colectivos alrededor de un objetivo común. Sobota reitera que Maher fue la primera persona que comenzó la lucha por una escritura simple y clara y su iniciativa Plain English Campaign38, en palabras de Montolío, dio la pauta para el surgimiento del movimiento internacional llamado Plain Language Movement39 que ahora nos ocupa.
Posteriormente a estos cuatro hitos y acabada la década de 1970, merece la pena por lo menos mencionar otras iniciativas que han dejado huella en la historia del movimiento como Access to Justice en Canadá y el informe The Decline and Fall of Gobbledygook: Report on Plain Language Documentation que recomendó algunas estrategias para promover el lenguaje claro en la profesión jurídica y la banca40. A nivel europeo, emergió una campaña con el objetivo de fomentar la escritura clara en las instituciones de la Unión Europea. De ahí surgieron los informes Clarifying Eurolaw y Clarifying EC Regulations, elaborados por Martin Cutts, cofundador de la Plain English Campaign antes mencionada y director ahora de la Plain Language Commission.
Suecia concretamente es reconocido como un ejemplo global en el lenguaje claro, pues tiene “una larga tradición en trabajar con la modernización del lenguaje administrativo”41. Desde 1976, el gobierno prestó especial relevancia al asunto lingüístico durante el trámite de las leyes y “a partir de 1980, se creó un equipo de expertos en lenguaje que revisa el material escrito antes de que llegue al parlamento, prepara directrices para la redacción y realiza cursos de capacitación”42. La expedición del Plain Writing Act43 (2010) en Estados Unidos y la declaración del día 13 de octubre como Día Internacional del Lenguaje Claro representan, quizá, el hito y los logros más recientes del MLC.
Más allá de los hitos, la bibliografía relacionada con el MLC se ha dedicado a respaldarlo en uno u otro sentido, resaltando sus beneficios y bondades. Los aportes de Joseph Kimble, Peter Butt y Martin Cutts suelen ser los más notables en este punto. En Writing for Dollars, Writing to Please, Joseph Kimble afirma que el lenguaje claro funciona como una herramienta que ahorra