Hijas e hijos de la Rebelión. Una historia política y social del Partido Comunista de Chile en postdictadura (1990-2000). Rolando Álvarez Vallejos

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a convertirse en cifras significativas. Como se ha dicho, algunos ex militantes se vincularon a las temáticas medioambientales y de las minorías sexuales, pero tampoco fue la tónica. Por lo tanto, probablemente, la mayor parte de los y las comunistas que dejaron la colectividad en 1990 se alejaron de la actividad política contingente, reiniciando una nueva vida lejos de la militancia, junto a los primeros pasos de la recién recuperada democracia chilena.

      85 Una versión con otra perspectiva analítica de este capítulo en Rolando Álvarez Vallejos, «¿Herejes y renegados?: La diáspora de la disidencia comunista chilena (1989-1994)», Historia 396, vol. 7, N°2, jul-dic. 2017, p. 335-368.

      86 Ver carta de Mauricio Redolés «Renovación para la revolución» (mecanografiada) y su intervención en seminario de la disidencia, en «La crisis del Partido Comunista. Una reflexión necesaria», Segunda reflexión, p. 71.

      87 Esta pugna ha sido abordada, entre otros, por Andrew Barnard, El Partido Comunista de Chile 1922-1947, Ariadna Ediciones, 2017; Olga Ulianova/Alfredo Riquelme, Chile en los archivos soviéticos 1922-1991. Tomo 1: Komintern y Chile 1922-1931, LOM ediciones, USACH, DIBAM, 2005. Además, Sergio Grez, Historia del comunismo. La era de Recabarren (1912-1924), LOM ediciones, 2011, y Ximena Urtubia, Hegemonía y cultura política en el Partido Comunista de Chile: la transformación del militante tradicional, 1924-1933, Ariadna Universitaria, 2016, y Rolando Álvarez, «El Partido Comunista de Chile en la década de 1930: Entre «clase contra clase» y el Frente Popular», Pacarina del Sur [En línea], año 8, núm. 31, abril-junio, 2017.

      88 Sobre el «reinosismo», Carmel Furci, El Partido Comunista de Chile y la vía chilena al socialismo, Ariadna Ediciones, 2007, y Manuel Loyola, «Los destructores del Partido. Notas sobre el reinosismo en el Partido Comunista de Chile, 1948-1973», O. Ulianova; M. Loyola, R. Álvarez, 1912-2012. El siglo de los comunistas chilenos, IDEA, USACH, 2012.

      89 Abordamos esta división en Álvarez, Arriba los pobres… op. cit. El testimonio de un militante sobre esta fractura en Mauricio Hernández Norambuena, Un paso al Frente. Habla el Comandante Ramiro del FPMR, Ceibos Ediciones, 2016.

      90 Fue el caso de Orlando Millas, Américo Zorrilla, Samuel Riquelme, Luis Guastavino, Mario Navarro, Jorge Montes, Víctor Canteros, Rodrigo Rojas y Hugo Fazio. Los dos primeros habían sido ministros de Estado durante el gobierno de Salvador Allende, el tercero subdirector de la Policía de Investigaciones. Guastavino y Montes habían sido parlamentarios, y en el caso del segundo, integrante de la Comisión Política, al igual que Canteros y Rojas. El último había sido vicepresidente del Banco del Estado con Allende y era el economista más destacado del PC. Una narración crítica del XV Congreso, en Iván Ljubetic, De la historia del PC de Chile. La crisis que comenzó en los años ochenta, Imprenta Latingráfica, 2002. Orlando Millas, por su parte, explicó en sus memorias que no lo dejaron participar en dicho torneo aludiendo a sus problemas de salud y seguridad. Ver O. Millas, La alborada democrática en Chile Memorias. Vol. 4. 1957-1991. Una digresión, CESOC, 1996.

      91 Pudal, Un monde défait… op. cit. p. 134.

      92 Catherine Leclercq, «Histoires d ‘ex’. Une aproche socio-biographique du désengagement des militants du PCF», Thèse de sciencie politique, IEP de Paris, 2008, citado en Pudal, ibid. p. 1332 y ss. Ver también, Catherine Leclerq, «Engagement et construction de soi. La carrière d’émancipation d’un permanent communiste», en Sociétés contemporaines 2011/4 (n° 84), p. 127-149.

      93 Testimonios de sus desencuentros con la dirección en la coyuntura de 1990, Millas, op. cit. y para el caso de Samuel Riquelme, José Miguel Varas, Los tenaces, LOM ediciones, 2010.

      94 Sobre este episodio, ver Luis Corvalán, De lo vivido y lo peleado. Memorias, LOM ediciones, 1997, p. 331.

      95 Carta de Corvalán a Teitelboim, en Ibid. p. 348. La carta tiene fecha del 20 de agosto de 1990.

      96 Al respecto, ver las autobiografías de Ernesto Ottone, El viaje rojo. Un ejercicio de memoria, Debate, 2014, y Alberto Ríos, Los hijos de la UTE. Jóvenes héroes, amantes de un sueño, actores de una tragedia, Editorial de la Universidad de Santiago de Chile, 2015.

      97 Sabrovsky, op. cit. p.155 y ss.

      98 «La perestroika no es una cosmética del socialismo», en Cauce del 26 de junio de 1989.

      99 «Manifiesto por la democracia y la renovación del socialismo», en La Época del 26 de enero de 1990. El caso de Mancilla responde a un perfil distinto al de la mayoría de los adherentes al grupo «Manifiesto». De larga militancia, destacó como periodista de El Siglo y otros medios de comunicación ligados al PC. Volvió a militar en el Partido Comunista más de veinte años después de esta crisis.

      100 Las fuentes para conocer las posiciones de Guastavino y Leal son muy abundantes. En el caso del primero, revisar su libro Caen las catedrales, Hachette, 1990. Editado semanas después de haber sido sancionado por la dirección del PC, es una síntesis de documentos, entrevistas y columnas de prensa del líder disidente. Importante también fue la entrevista concedida a Ercilla, publicadas en ediciones sucesivas. Sus encabezados reflejan su carácter polémico: «Revisionista, no traidor» y «Anticomunismo es legítimo», Ercilla del 14 y 21 de noviembre, respectivamente. Otra entrevista importante, «Ahora tengo más gravitación en el PC», Hoy del 20 de agosto de 1990. En el caso de Antonio Leal, este escribió columnas en Pluma y Pincel (antes de radicalizar su disidencia), La Nación, El Diario, Análisis, La Época y Cauce. En ellas se explayó en su crítica al marxismo-leninismo, en la necesidad de la renovación del PC y la perestroika y la crisis del «socialismo real». Un texto que sintetiza sus planteamientos, «Democratización y renovación comunista», La Época del 12 de junio de 1990.

      101 Para conocer sus reflexiones sobre Antonio Gramsci, ver Gramsci. La ciudad futura, Ediciones Documentas, 1991.

      102 Al respecto, ver carta de renuncia al partido de Antonio Leal dirigida a Volodia Teitelboim. s/f, mecanografiada.

      103 Al respecto, ver su intervención en la Conferencia Nacional del partido de 1990. En ella, defendió a Guastavino, la construcción de un partido más democrático y criticó «las tendencias izquierdistas» que supuestamente todavía hablaban de sublevación nacional y no criticaban los errores cometidos por la política militar durante la década de 1980. Carta mecanografiada, mayo de 1990. Ver también «La dirección debe reabrir el diálogo», entrevista en Punto Final del 27 de agosto de 1990.

      104 Durante la crisis, renunciaron al Comité Central la nombrada Pollarolo, Augusto Samaniego y Manuel Fernando Contreras, quienes encabezaban al otro sector de los «desplazados». También renunció Franex Vera, quien se sumó al sector de Guastavino. Ver carta de renuncia del 26 de junio de 1990, mecanografiada. Por último, renunció a su condición de miembro suplente de este organismo el economista Manuel Riesco Larraín. Al igual que Vera, era exmilitante del MAPU y se habían incorporado al PC alrededor de 1980. El resto, compuesto por casi 80 dirigentes nacionales, se mantuvo al lado de la Comisión Política.

      105 Ver Florencio Alejandro Valenzuela, Recuerdos desordenados. Esquirlas de un sueño, La Hoja Itinerante, 2015. Sobre la situación en Valparaíso, ver entrevistas a Alejandro Valenzuela: «Dirigente del PC pide renovación en métodos de elección de dirigentes del PC» y «Sin canales democráticos de discusión corremos el riesgo de dividirnos», en La Época del 27 de marzo de 1990 y Fortín Mapocho del 13 de abril de

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