Historia de la República de Chile. Juan Eduardo Vargas Cariola

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href="#ulink_7c64ca14-b356-548c-9157-fa8a9b60c64c">771, y así sucesivamente con los demás cuerpos legales. Este canon de materias rigió inalterado hasta 1902, en que se aprobó un nuevo plan con innovaciones sustanciales, cuyo examen escapa al periodo que aquí estudiamos.

      Hacia esos mismos años se encontraba en actividad el colegio privado del español Juan Francisco Zegers. Durante un tiempo, el propio Andrés Bello dio clases privadas de esa materia en su casa. De la misma época, y todavía existente en 1843, fue el colegio regentado por el presbítero Juan de Dios Romo. En 1841 también funcionaba el colegio de los hermanos argentinos Martín y Manuel Zapata, exiliados en Chile por la dictadura de Rozas. Los también argentinos y asilados en Chile por el mismo motivo, Domingo Faustino Sarmiento, Vicente Fidel Reyes y José Antonio Ortiz, fundaron en 1843 el Liceo Casa de Educación, de breve existencia.

      Las causas de tal fenómeno pueden encontrarse en varios factores. Hasta la época en que finalmente el régimen político se hizo estable, lo que convencionalmente podemos dar por iniciado con la promulgación de la carta de 1833, la mente de los mejores hombres, por lo demás casi invariablemente abogados, cuando no sacerdotes —y a veces ambas cosas— o militares, estuvo dominada por las preocupaciones prácticas de la mudable política de entonces y no había tiempo, tampoco ocasión, para la ciencia ni para la escritura, que no fuera de panfletos, libelos, artículos periodísticos o discursos, por lo general de ocasión; y en ellos, el derecho al que se recurría, cuando se recurría a él, era siempre en función de las ideas o proposiciones que se defendía. Con posterioridad, las solicitaciones del ambiente fueron hacia la construcción y consolidación del régimen político en sus diversos aspectos y estratos, de que nuevamente derivó un uso pragmático y funcional de las ideas jurídicas. Ni siquiera una materia de tantas implicaciones como la codificación del derecho recibió un generalizado debate que pudiera denominarse científico.

      Otro factor que hizo desviar la atención del cultivo científico del derecho fue la atracción que, al menos desde 1842 en forma declarada, sintió la juventud talentosa y dotada hacia las letras y la historiografía. Ello muestra que la carencia de verdaderos juristas no fue debida a la ausencia de cultura y talento. Por lo demás, los escritores que entonces empezaron a mostrar sus producciones casi siempre eran abogados. De esta manera, el desarrollo de las letras y el cultivo de la historia desplazaron el interés intelectual por la ciencia del derecho.

      Es

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