Las arañas cantan cuando tejen. Fernando Basurto Reyes

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Las arañas cantan cuando tejen - Fernando Basurto Reyes страница 7

Серия:
Издательство:
Las arañas cantan cuando tejen - Fernando Basurto Reyes

Скачать книгу

pensó que tenía que suceder lo mismo con todas las poblaciones de seres vivos. Los primeros pinzones, por ejemplo, que habían colonizado de alguna forma las islas Galápagos (quizá empujados por una tormenta) encontraron una tierra con abundancia de todo, lo que provocó que se reprodujeran rápidamente, cientos y quizá miles de pinzones, hasta que comenzó la escasez de las semillas que les servían de alimento.

      La mayoría tenían que haber muerto, los más débiles obviamente, o los menos hábiles para localizar las insuficientes semillas, pero ¿qué pasaba si algún pinzón pudiera comer semillas más grandes, o más ásperas, o todavía mejor: alimentarse de insectos?

      Los que no podían adaptarse al cambio definitivamente morían de hambre. Algunos lograban encontrar un alimento alternativo y eso les permitía sobrevivir y reproducirse; por lo tanto, sus crías nacían con esta nueva adaptación alimentaria, la cual representaba apenas el primer paso en un proceso evolutivo. Pero, a diferencia de Lamarck quien creía que los animales se “esforzaban” por cambiar y heredaban esos cambios a sus vástagos, Darwin estaba convencido que la fuerza responsable del proceso era otra.

      Después de muchos años meditando sobre el asunto, Darwin respaldó su teoría en dos principios básicos: la variación y la selección natural. Primero que nada, pone su atención en la crianza de animales y plantas. Los ganaderos, por ejemplo, pueden modificar sus rebaños y pueden crear razas útiles. En su libro nos explica:

      La clave es el poder que tiene el hombre de selección acumulativa: la naturaleza le da variaciones sucesivas; el hombre las aumenta en ciertas direcciones útiles para él (Darwin, El origen de las especies).

      Si un ganadero tiene muchas cabezas de ganado, es obvio que los toros más grandes y más fuertes son seleccionados para la crianza (apareamiento selectivo), así la mayoría de los terneros en la siguiente generación nacerán con esas características que el ganadero desea (nadie hará cría con sus peores ejemplares, argumenta Darwin).

      Pero por qué hay toros más grandes y más fuertes, por qué no son todos iguales: la naturaleza da esas variaciones y todos los seres vivos varían. En la industria, todos los productos que salen de una fábrica son idénticos, pero entre los seres vivos, todos los hijos de una pareja son diferentes (hay excepciones a esta regla en las bacterias, aunque también sufren cambios).

      

      Los criadores de cerdos seleccionan a los más gordos para reproducirse, los de gallos seleccionan a los que mejor pelean, los de caballos seleccionan a los más veloces. Normalmente, los hijos heredan las variaciones: más gordo, mejor peleador, más rápido.

      Es significativo destacar que si un animal es más gordo porque recibió alimento en exceso, no podrá heredar su gordura a su descendencia; entonces caemos en las ideas de Lamarck (herencia de caracteres adquiridos). Darwin sabía que los criadores de animales sólo podían desarrollar nuevas razas a partir de variaciones que aparecían espontáneamente en su ganado. Darwin explica que es importante la experiencia y la observación, ya que normalmente las variaciones son pequeñas.

      Por ejemplo, un ganadero tiene muchas ovejas, y resulta que descubre una con dos ventajas: un poco más de lana y patas poco más cortas (no salta el corral). De los hijos de esta oveja no todos nacerán con dichas ventajas, pues también hay variación: algunos nacerán con patas cortas y más lana y algunos nacerán normales.

      El ganadero descartará a los normales y separará a los que han vuelto a nacer con patas poco más cortas y un poco más de lana, los cuales se volverán a cruzar para repetir el proceso e ir produciendo poco a poco más ovejas con las características deseadas, hasta que con el paso de los años, el ganadero tiene una raza nueva: ovejas con patas definitivamente cortas que no brincan el corral y mucha lana.

      Sucede lo mismo con los agricultores:

      Pero no cabe duda de que la frutilla siempre ha variado desde que fue cultivada, con la diferencia de que las variaciones mínimas habían pasado inadvertidas. Tan pronto como los horticultores eligieron ejemplares ligeramente más grandes, más precoces o mejores, y plantaron sus semillas, de las que nuevamente eligieron los mejores productos (…), fueron cultivadas esas numerosas y agradables variedades de frutillas que aparecieron durante el último medio siglo (Darwin, El origen de las especies).

      Darwin explica que la pera silvestre era muy pequeña y más simple: con la variación, la selección y el transcurso del tiempo, tenemos las peras actuales (grandes y jugosas).

      

      Estos son ejemplos de evolución, no por “selección natural”, sino por selección artificial. En el transcurso de unas pocas generaciones, Darwin describe cómo se han creado razas nuevas de ovejas, de perros o de caballos, que alcanzan elevados precios en el mercado por su pedigrí.

      El profesor Hilton Briggs, en su libro sobre animales domésticos, nos cuenta la historia de las ovejas de la raza Shropshire, originarias del condado con el mismo nombre de Inglaterra. Esta se creó mediante la fusión de varias razas de ganado ovino. El proceso de cruzamiento fue seguido por una selección cuidadosa de los caracteres deseados, y después de muchos años la raza comenzó a tomar forma.

      Las características principales de la Shropshire es que carece de lana alrededor de los ojos, su cara es de color castaño oscuro o negro apagado, es un productor de carne (los machos llegan a pesar hasta 100 kilos), son de alzada baja (patas cortas) y gozan de una reputación excelente como productoras de lana. El profesor Briggs también explica que la selección practicada durante generaciones suele fijar ciertas características que posteriormente se transmiten a las generaciones sucesivas.

      El libro Larousse del caballo presenta la familia de ponis conocida como Falabella, de un ganadero llamado Julio Falabella, quien produjo esta raza de caballos enanos. En su rancho, cerca de Buenos Aires, Don Julio vio nacer un día a un purasangre de talla bastante modesta; decidió cruzarlo con ponis hembras de la raza Shetland, y después de un tiempo logró fijar la raza de compañía que ahora lleva su nombre. Este poni pigmeo mide entre 70 y 77 centímetros.

      Por lo tanto, los animales domésticos sufren transformaciones, evolucionan por la mano del hombre (selección artificial): pueden cambiar en unas pocas decenas de años. Las razas, si no se mezclan, con el paso del tiempo terminarían por transformarse en especies diferentes.

      Pero ¿qué pasa en la naturaleza? ¿También hay variaciones? Desde luego que no existe la selección artificial; ¿hay algo que se pueda llamar selección natural que provoque cambios evolutivos en los animales?

      Si recordamos Lamarck afirmaba que la jirafa se esforzaba por alcanzar las hojas más altas de los árboles, que el “esfuerzo” producía cuellos y patas prolongados, y que sus hijos heredarían estos cambios: herencia de caracteres adquiridos (por esfuerzo).

      La jirafa no fue siempre alta. Darwin explica que la pequeña jirafa primitiva, como todos los seres vivos, presentaba variaciones. Unas tenían que haber sido ligeramente más bajas que el promedio y otras ligeramente más altas, las cuales podían comer de la parte más alta de los árboles (con Darwin, los ejemplares son pasivos: tienen la modificación o no la tienen). Durante la época de escasez, aunque solo alcanzaran unos pocos centímetros más que las otras, las de mayor estatura tendrían más

Скачать книгу