Sistema nervioso y osteopatía. Danie Dierlmeier
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• Apunte osteopático
El terapeuta puede responder a la pérdida de elasticidad del tejido de apoyo neural movilizando y descongestionando los nervios, sobre todo en sentido longitudinal.
Mecánica neural
Tejido conectivo de un nervio
Las estructuras conductoras y conectoras que hay dentro de un nervio se encuentran a partes iguales. Sin embargo, en función de la carga, esta relación puede modificarse; por ejemplo, en la zona de la cabeza del peroné, la relación es del 20 % de estructuras conductoras frente al 80 % de estructuras conectoras [26].
Las fibras colágenas del epineuro y el mesoneuro configuran un tejido conectivo poco estructurado. Por ello, son muy susceptibles a la formación de cross-links patológicos. La mejor forma de resolverlos es con estiramientos longitudinales del nervio a través de la palanca corta y larga, así como con desplazamientos transversales (véase el apartado «Técnicas» en el capítulo 6).
El perineuro ocupa la mayor parte de las fibras elásticas de los tejidos conectivos del nervio. El estímulo terapéutico para la elastina consiste en la extensión intermitente. Por lo tanto, para el tratamiento es idóneo efectuar una prueba de tensión (véase el apartado «Prueba de tensión» en el capítulo 6).
Patología por presión en un nervio
Si el nervio se alarga por tracción o se comprime por presión en una acción prolongada, las cargas mecánicas pueden dar lugar a que se forme una capa de aislamiento, constituida por células de Schwann.
Mediante la apertura de los canales de iones puede ocurrir que en esta zona se genere un potencial de acción que se emita como impulso aferente (dolor) hacia la zona central [26].
Estos impulsos anormales se elaboran en el sistema nervioso central y generan alteraciones en la relación del tono (postura de protección y compensación). Esta relación es muy importante para el osteópata que valora la estática, e influye en la cadena de causaefecto.
Alargamiento de los nervios en la periferia
Las fibras neurales transcurren a nivel intra y extraneural en pliegues y espirales. Los fascículos en un plexo se separan, cruzan y vuelven a unirse (
Numerosos fascículos se encuentran en zonas muy peligrosas (p. ej., el nervio peroneo común en la cabeza del peroné) o con sobrecarga mecánica (p. ej., el nervio cubital en el surco epitroclear). Sin embargo, un menor número de fascículos siempre se encuentra en zonas en las que el trayecto del nervio se halla protegido o está menos cargado.
■ Observación
A lo largo de la vida cambia el número de fascículos nerviosos. La proporción del tejido conectivo puede variar y adaptarse a situaciones de carga prolongada. Lo mismo ocurre con las células adiposas dentro del tejido neural. Este tejido adiposo puede aumentar y crear un aislamiento y amortiguamiento adicional.
El número de fascículos cambia frecuentemente a lo largo del trayecto del nervio. Por ejemplo, el nervio peroneo común posee ocho fascículos en el tendón del bíceps, mientras que cuenta con dieciséis en la cabeza del peroné. La figura 4.11 muestra claramente que, cuando hay muchos fascículos, la compresión del nervio es menos peligrosa.
Alteraciones del conducto espinal en movimiento
En condiciones fisiológicas, el conducto espinal dispone de suficiente espacio para que la médula espinal y las meninges espinales sean libres en todos los movimientos. A lo largo de la columna vertebral, no solo se modifica el diámetro del conducto vertebral sino también el de la médula espinal, tal y como se ha descrito inicialmente en el capítulo 2. Además, esta ha de admitir modificaciones longitudinales [5]:
• A nivel de C1, la médula espinal ocupa aproximadamente la mitad del conducto espinal.
• A nivel de C5, llena aproximadamente un 75 % del espacio.
• A nivel de D6, el conducto se estrecha y adopta una forma casi redonda.
• En extensión/flexión de la columna vertebral, todo el conducto espinal se elonga 5-9 cm.
• Los cambios de longitud se producen sobre todo en las zonas cervical y lumbar de la columna vertebral.
La duramadre debe seguir los cambios de configuración del conducto espinal. Esto se produce por plegado y despliegue, así como por movimiento craneal y caudal dentro del conducto vertebral.
• Apunte osteopático
Por lo tanto, el terapeuta ha de procurar que la duramadre se pueda desplegar y replegar (prueba de tensión). A la par, debe asegurar que tenga movilidad frente a los segmentos vertebrales (movilización de las vértebras bajo pretensión de la duramadre).
En función de los movimientos de la columna vertebral, el conducto espinal se altera del siguiente modo [5]:
• Con la flexión, se prolonga la pared posterior del conducto espinal un 20-30 %. La médula espinal y las meninges se desplazan hacia delante, y el conducto espinal se agranda. Asimismo, los agujeros intervertebrales se agrandan un 30 %.
• Con la extensión, se prolonga la pared anterior del conducto espinal un 6-12 %. La médula espinal y las meninges se desplazan hacia atrás, y el conducto espinal se estrecha. Asimismo, los agujeros intervertebrales se estrechan aproximadamente un 20 %.