Sistema nervioso y osteopatía. Danie Dierlmeier

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Sistema nervioso y osteopatía - Danie Dierlmeier Medicina

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mayor sensibilidad que otros tejidos corporales. Para poder garantizar un suministro continuo, el organismo dispone de algunos mecanismos de protección.

      Existen tanto vasos extraneurales, que suelen denominarse como el propio nervio (p. ej., nervio femoral y vena femoral), como vasos intraneurales que transcurren paralelamente al nervio (figura 4.1).

      Las conexiones entre los vasos se denominan barras en T, o elementos de transición, y se caracterizan por presentar un recorrido ondulado (también reciben el nombre de espirales, o cola de cerdo). Las barras en T permiten la desviación rápida de la sangre, en caso de que una rama esté obstruida (figura 4.2):

      Figura 4.1. Riego sanguíneo del nervio: Vasos extraneurales e intraneurales y sus anastomosis [26].

      Figura 4.2. a) Barras en T; b) tracción del nervio; c) presión en el nervio.

      • La tracción en el nervio provoca un estrechamiento de los vasos extraneurales e intraneurales, así como un ensanchamiento de los vasos de conexión.

      • La presión en el nervio provoca un ensanchamiento de los vasos extraneurales e intraneurales, así como un estrechamiento de los vasos de suministro.

      Esta forma de conexión permite un alargamiento y un deslizamiento del nervio sin que se produzca directamente un empeoramiento del riego sanguíneo. Sin embargo, la capacidad de alargamiento es limitada. Según Van der Berg [26], en caso de un alargamiento de un 8 % del nervio, el riego sanguíneo empeora; si asciende a un 15 %, se interrumpe.

      • Apunte osteopático

      A menudo, las adherencias de un nervio provocan que, en las cargas de la vida cotidiana, se alargue el nervio, con lo que se desencadena una isquemia. Para la autocuración, es imprescindible resolver las adherencias.

      Los capilares de los vasos de suministro penetran en el perineuro (véase el apartado «Vainas de tejido conectivo de los nervios periféricos» en el capítulo 2) en dirección oblicua. En caso de presión desde fuera (compresión) o presión desde dentro (congestión del nervio), la consecuencia es una constricción de los vasos sanguíneos. Esto tiene sentido cuando el nervio atraviesa un tejido infectado (p. ej., por una mordedura de una serpiente). De este modo, se evita hasta cierto punto el acceso al nervio de las toxinas o de otro tipo de sustancias adversas. Por otro lado, la presión externa (p. ej., el músculo piriforme en el agujero infrapirifome) también puede constituir la base de una isquemia. Además, el riego sanguíneo puede verse limitado por una congestión dentro del nervio.

      Las venas también disponen de elementos de conexión en barras en T oblicuas (figura 4.3). Estos elementos son incluso más importantes que en las arterias. La presión externa o interna da lugar a un retorno de la sangre venosa. Dado que la presión sanguínea en las arteriolas es superior a la de las vénulas, en caso de compresión, la sangre arterial sigue entrando durante más tiempo en el nervio de lo que puede salir la sangre venosa.

      Por lo tanto, la simple presión ya produce una congestión. Según Van den Berg, es suficiente una presión de 20-30 mmHg para bloquear el drenaje venoso; a partir de 60-80 mmHg se produce una isquemia completa [26].

      • Apunte osteopático

      Deben eliminarse tanto las compresiones externas (tratamiento de las superficies adyacentes) como la congestión y el retorno del/al sistema nervioso (drenaje y pruebas de tensión).

      En el tejido del sistema nervioso, además de las arterias y las venas, también hay otra vía de transporte para las enzimas y las glucoproteínas. Este sistema de transporte se encuentra en el propio nervio. Se trata de los denominados neurotúbulos. Las sustancias fluyen desde la célula hasta la periferia (transporte anterógrado), así como de la periferia en dirección a la célula (transporte retrógrado).

      Figura 4.3. a) Barras en T oblicuas de una vena; b) presión externa.

      El transporte anterógrado puede tener una velocidad de 4 mm a 400 mm al día, en función de la sustancia transportada. Se transportan rápidamente sobre todo las enzimas y las glucoproteí-nas, mientras que las sustancias necesarias para la regeneración y la conservación de la estructura celular de los axones y las sinapsis se transportan lentamente.

      En la bibliografía se indican velocidades muy diferentes para el transporte retrógrado, que pueden ir desde 1 mm hasta 3.000 mm al día. A través del transporte retrógrado, las neuronas reciben informaciones (de tipo químico) sobre el estado del axón y la sinapsis. Según Van den Berg [26], estos procesos precisan energía, por lo que dependen del riego sanguíneo del nervio.

      • Apunte osteopático

      Los sistemas de transporte informan por vía química a las células sobre lesiones neurales en la periferia. En el transporte retrógrado de 1 mm/día, la información tardaría en llegar 100 días a una neurona situada a 1 m, para que esta pudiera reaccionar químicamente y, a través del transporte anterógrado, aumentar el envío de elementos estructurales a la zona de la lesión. De ello se deduce por qué se estiman períodos tan prolongados para la curación de los nervios.

      La presión sobre un nervio provoca la congestión de ambos sistemas de transporte, así como, a la larga, del mismo nervio en ambos sentidos partiendo del punto de compresión. Esto explica por qué una hernia discal también puede dar lugar a una ciática o por qué la inflamación neural que se produce en el síndrome del túnel carpiano afecta también en algún momento al antebrazo. Por lo tanto, en la exploración de un nervio completamente inflamado, el terapeuta puede partir de la base de que hay que buscar la compresión primaria aproximadamente en el centro de la hinchazón.

      Los sistemas de transporte consumen energía. El suministro sanguíneo aporta esta energía. La curación se produce a través de los sistemas de transporte. Dado que la movilización nerviosa mejora el suministro de sangre, esa movilización favorece considerablemente la curación del nervio.

      Como consecuencia de las lesiones neurales se

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