Sistema nervioso y osteopatía. Danie Dierlmeier
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En la
Primer centro del sistema nervioso autónomo
La parte central del sistema nervioso autónomo, el primer centro, es parte integral e integradora del sistema nervioso central. Se localiza en la corteza frontal premotora y en otras zonas de la corteza cerebral, en el tálamo (parte más importante del sistema límbico), hipocampo, cerebelo y tronco encefálico.
Sin embargo, la parte más importante es el hipotálamo, que está situado en la fosa craneal anterior por encima de la silla turca. Esto significa que el hipotálamo, como coordinador máximo, aparte de recibir las aferencias de los órganos internos, también recoge las informaciones de numerosos segmentos del encéfalo, especialmente del sistema límbico, que se ocupa sobre todo de las sensaciones internas y de las emociones.
Si somos conscientes de esto, sabremos que el tratamiento ya comienza desde el primer momento en que saludamos al paciente. Una «herramienta» importante para un tratamiento eficaz es el trato respetuoso y de confianza con el paciente y su enfermedad. Si el paciente «se siente cómodo al ponerse en nuestras manos» y espera mejorar con el tratamiento, esta sensación se transmite del sistema límbico al hipotálamo, lo que, a su vez, tiene efectos positivos (favorecedores de la curación) en el sistema nervioso autónomo y en los órganos inervados por el mismo.
• Apunte osteopático
Desde el punto de vista de la osteopatía, es importante considerar todas las lesiones del sistema craneosacro como relevantes para el hipotálamo. Cualquier trastorno puede influir negativamente en él. Las lesiones de la duramadre también pueden repercutir negativamente en el hipotálamo a través del sistema membranoso del cráneo. En la tabla 3.1 se aprecia que el hipotálamo es el coordinador superior de los sistemas nerviosos simpático y parasimpático. Los trastornos que se producen a este nivel pueden influir negativamente en ambos sistemas.
Segundo centro del sistema nervioso autónomo
El segundo centro se sitúa en el cuerno lateral de la médula espinal, concretamente en el núcleo intermediomedial e intermediolateral. El sistema nervioso parasimpático también se denomina sistema nervioso craneosacro, porque las neuronas de las fibras preganglionares se originan en estas regiones
(región de occipucio-atlas-axis (OAA), S2-S4). En consecuencia, el sistema nervioso simpático es el toracolumbar, porque a este nivel (C8-L2) se originan las fibras preganglionares.
Las lesiones o los trastornos en un segmento vertebral influyen en la capacidad de reacción de este segmento. Una lesión y la correspondiente señal de trastorno (o el dolor concomitante) dan lugar a un aumento de la actividad del simpático y a un descenso de la del parasimpático.
Un ejemplo sería un bloqueo a nivel de C8-L2, que provoca un aumento del simpático. En consecuencia, un bloqueo de la 6.a vértebra dorsal puede desencadenar una reducción de la secreción o motilidad gástrica y, por consiguiente, problemas digestivos. Si la alteración se sitúa a nivel de la región de occipucio-atlas-axis (OAA) y en la articulación sacroilíaca (ASI), se produce un descenso de la actividad del parasimpático que, a su vez, da lugar a un aumento relativo de la del simpático. En relación con el estómago, una lesión de las articulaciones craneales también provoca un descenso de la secreción y la motilidad gástrica.
Tercer centro del sistema nervioso autónomo
El tercer centro incluye las siguientes estructuras:
• Tronco simpático o cadena ganglionar laterovertebral. El sistema nervioso autónomo periférico posee dos cadenas ganglionares simpáticas, los troncos dispuestos paravertebralmente, que van desde la base del cráneo hasta el cóccix.
• Ganglios parasimpáticos. Los ganglios parasimpáticos se sitúan cerca del órgano.
Sistema nervioso somático y sistema nervioso vegetativo
En la
Sistema nervioso somático | Sistema nervioso vegetativo |
Sistema nervioso voluntario, mayoritariamente acciones voluntarias, altamente diferenciado, responsable del aparato locomotor | Sistema nervioso involuntario, no controlable voluntariamente o controlable de forma limitada |
Evolución. Tejido nervioso relativamente «joven», presencia de fibras nerviosas somáticas solo en formas de vida más desarrolladas | Evolución. Tejido nervioso más antiguo, observación de fibras vegetativas en formas de vida muy poco desarrolladas |
Capacidad de acción, control específico de la musculatura estriada | Inervación de la musculatura lisa, vasos sanguíneos, glándulas, piloerectores, miocardio. Capacidad de regulación del tono de la musculatura estriada (p. ej., en caso de miedo, se produce un aumento generalizado del tono) |
Inervación de los órganos diana (musculatura estriada) de una región específica, es decir, una región de la corteza cerebral/médula espinal | Inervación de los órganos diana de dos regiones espacialmente separadas (parasimpático y simpático) |
Vía más corta del encéfalo al órgano diana a través de dos sinapsis | Vía más corta del hipotálamo al órgano diana a través de tres sinapsis |
Neurotransmisor en las sinapsis: acetilcolina exclusivamente | Dos neurotransmisores: acetilcolina para el parasimpático y noradrenalina para el simpático |
Vacuolas presinápticas con el neurotransmisor, localización directamente en el órgano diana, muy bien delimitadas frente al entorno | Vacuolas presinápticas sin delimitación clara, por lo que estimulan varias membranas postsinápticas |
Fibras nerviosas. Mielinización de buena a muy buena | Fibras nerviosas. Mielinización escasa o ausente |
Elevada susceptibilidad a lesiones, poco potencial de curación | Baja susceptibilidad a lesiones, elevado potencial de curación |
Vías de comunicación
En la
Efectos del simpático y del parasimpático en los diferentes órganos