Sistema nervioso y osteopatía. Danie Dierlmeier

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Sistema nervioso y osteopatía - Danie Dierlmeier Medicina

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han de tenerse en cuenta sobre todo en la movilización del nervio ciático o en los tratamientos de la duramadre lumbar, dado que los segmentos inferiores del sistema nervioso solo podrán conseguir una movilidad completa con una caudalización suficiente de la médula espinal.

      El músculo puede sufrir espasmos, sobre todo en un traumatismo del sistema nervioso. Cuando esta situación perdura en el tiempo, pueden producirse cambios estructurales, dado que el aumento del tono influye negativamente en el riego sanguíneo. El espasmo tiene una gran importancia en el momento del traumatismo, así como en la «fase de curación», ya que reduce o elimina completamente la movilidad de los nervios (extraneural) en las zonas de las articulaciones craneales. Se trata de una función de protección frente a «lesiones» del bulbo raquídeo y los núcleos de los pares craneales situados a este nivel.

      • Apunte osteopático

      Debido a esta función de protección, un espasmo en esta región siempre debe tratarse después de la fase aguda, ¡nunca antes! Además, es recomendable eliminar las limitaciones del movimiento del sistema nervioso situadas a nivel distal antes de resolver el espasmo.

      El tejido conectivo de los nervios periféricos tiene la función de proteger las vías nerviosas frente a cualquier injerencia nociva. Asimismo, el tejido conectivo ha de posibilitar el deslizamiento de los axones entre sí. Esto es importante en las zonas en las que el nervio pasa por encima de articulaciones, para que no se comprima. Si pensamos en una pista de atletismo de tartán, el atleta situado más al exterior ha de recorrer una mayor distancia que el situado más hacia el interior. Algo similar ocurre con las diferentes fibras del nervio. Para poder cumplir con estas exigencias, el tejido conectivo ha de estar formado por diferentes capas (figura 2.16):

      Figura 2.16 Estructura de un nervio periférico [23].

      • El endoneuro rodea todos los axones y reviste los espacios que hay entre ellos. Por tanto, sirve como amortiguación entre los axones y permite su deslizamiento.

      • Varios axones juntos forman el denominado fascículo, que está rodeado por el perineuro. El perineuro es la capa más compacta. En cierta manera equivaldría a la duramadre del sistema nervioso central. Además, el perineuro no solo tiene fibras de dirección proximaldistal, sino que también posee muchas en disposición circular. Las fibras protegen el nervio frente a dobleces y roturas, sobre todo en aquellas zonas en las que este ha de pasar por encima de las articulaciones (se podría decir que guardo un parecido con la cubierta metálica alrededor del flexo o manguera de la ducha).

      • Entre los diferentes fascículos se encuentra el epineuro interno, y alrededor de todo el nervio, el epineuro externo. El epineuro interno también cumple funciones de amortiguación y deslizamiento, mientras que el externo hace que el nervio pueda soportar cargas en dirección longitudinal.

      • El mesoneuro es una capa adicional de tejido conectivo laxo que conecta el nervio con el tejido circundante. Puede desarrollar adherencias y acortamientos cuando el nervio transcurre por un tejido inflamado.

      Las capas del tejido conectivo de los nervios periféricos se consideran como una continuación del tejido conectivo del sistema nervioso central y de la médula espinal. Sin embargo, no se trata de una transición directa de estas capas.

      En la zona del epineuro se encuentra un gran número de células mastoideas. Estas células desempeñan un papel crucial en las lesiones, dado que liberan histamina, heparina y serotonina con efectos vasodilatadores. Si se produce en el nervio un daño mecánico por compresión, solo es una cuestión de tiempo que se forme un edema intraneural [26].

       3 Sistema nervioso vegetativo

      Un tema importante en osteopatía es su influencia en el sistema nervioso vegetativo o autónomo. Lamentablemente, a menudo el tratamiento se centra en un único órgano y en sus superficies de contacto. En consecuencia, el terapeuta solo adquiere una noción fragmentada del conjunto. Es importante saber que el sistema nervioso vegetativo es una estructura con una organización jerárquica estricta que se inicia en el centro de regulación superior (hipotálamo) y envía órdenes a través de las vías simpáticas y parasimpáticas que finalmente llegan al órgano efector. Con demasiada frecuencia, el terapeuta no tiene una idea clara del efecto de su intervención. El tratamiento orgánico es al mismo tiempo una movilización de las fibras nerviosas vegetativas.

      El terapeuta no influye en el sistema nervioso en una «determinada dirección» ni provoca una función específica. Más bien elimina las lesiones del sistema nervioso, con lo que procura que las señales lleguen sin interferencia al efector. El hipotálamo, como centro de regulación superior, está perfectamente dotado para reconocer las necesidades del organismo y reaccionar inmediatamente para mantener en todo momento el equilibrio (homeostasia). En general, podemos decir que en esta regulación participan los sistemas principales del organismo:

      1. Regulación de corazón, circulación y presión arterial.

      2. Regulación de la temperatura.

      3. Regulación de la digestión.

      4. Regulación del equilibrio hídrico y electrolítico.

      5. Regulación del sistema hormonal.

Centro Simpático Parasimpático
Primer centro Hipotálamo Hipotálamo
Segundo centro Cuerno lateral de la médula espinal (C8-L2) Bulbo raquídeo (nervio vago), cuerno lateral de la médula espinal (S2-S4)
Tercer centro Tronco simpático, ganglios paravertebrales Cerca del órgano, en el órgano o dentro del órgano

      La intervención terapéutica del osteópata posibilita que el sistema nervioso central acceda al órgano efector sin interferencias. Por otra parte, las vías nerviosas liberadas después del tratamiento pueden volver a conducir con fluidez las aferencias al hipotálamo y comunicarle una imagen correcta de las necesidades actuales.

      Un ejemplo sería la rápida regulación de la presión arterial en las extremidades inferiores al cambiar de la posición de decúbito a la bipedestación. Si no hubiera esta regulación inmediata, la sangre bajaría a las piernas y el paciente se marearía. Por lo tanto, con el tratamiento del sistema vegetativo, se recupera la capacidad de regulación, por lo que puede entenderse como un apoyo a la autoayuda o, según el principio osteopático, como una estimulación de la autocuración.

      A continuación se describen los diferentes niveles jerárquicos para que el terapeuta pueda decidir de forma rápida

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