La quínoa chilota. Francisco Fuentes

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La quínoa chilota - Francisco Fuentes

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con alta densidad. Según la duración de su cultivo, la quínoa en la macro zona sur es posible clasificarla como precoces, en relación al tipo de quínoa de la macro zona norte, fluctuando entre 68 y 80 días entre la siembra y la floración (130-150 hasta la cosecha). De manera muy particular, la quínoa cultivada en la macro zona sur, ha llegado a registrar rendimientos potenciales de 6.500 kilos por hectárea en condiciones de huertos y con aporte de fertilización orgánica, lo cual contrasta con las condiciones de cultivo de la quínoa en la macro zona norte y centro, los cuales alcanzan entre 500 a 1.500 kilos por hectárea (Fuentes et al., 2017).

      Según evaluación censal realizada en el marco del estudio “Potencial competitivo de la quínoa chilena” en el país se estima una producción de 620 toneladas de quínoa durante la temporada agrícola 2015-2016, las cuales fueron cultivadas en una superficie aproximada de 706 hectáreas y un rendimiento promedio de 1,0 ton/ha (Fuentes et al., 2017). En este contexto la principal zona productora es la región de O’Higgins con el 53% de la superficie nacional. Según cifras del último Censo Agropecuario realizado el año 2007, esta situación presentaba un escenario diametralmente opuesto, así por ejemplo se registró una superficie nacional de 1.470 hectáreas, concentradas mayoritariamente en la región de Tarapacá (~95%) y un rendimiento promedio de 0,6 ton/ha (INE, 2007. VII Censo Nacional Agropecuario y Forestal).

      A continuación se hace una revisión de la situación productiva por región de acuerdo a las principales macro zonas descritas.

      Macro zona norte

      La producción de quínoa en la zona norte del país se encuentra en su mayoría en las localidades de la comuna de Colchane, en el pueblo de Cancosa en la comuna de Pica y una minoría en la localidad de Socaire de la comuna de San Pedro de Atacama. La comuna de Colchane tiene la superficie más importante de la macro zona norte al representar cerca del 90% de ella. Colchane en el altiplano chileno es una de las ocho comunas rurales de la región de Tarapacá, ubicada a 262 kilómetros de distancia de la ciudad costera y capital regional, Iquique. Un 99% de su población (1.649 personas) es de origen indígena, principalmente aymara; están organizados en comunidades de vecinos (ayllus), lo que explica la presencia ancestral y el mantenimiento de la quínoa como cultivo principal y de la papa en segundo lugar (Fuentes et al., 2017). Una de las prácticas más comunes es la utilización de una gran diversidad de genotipos de quínoa (ecotipo de salares) según la exposición relativa de las parcelas al frío y a las heladas (de preferencia de tipo roja o rosada). Estos tipos de quínoas se diferencian por sus colores de granos, en primer lugar; adicionalmente existe también una segunda clasificación por tamaños de las plantas y de las panojas (Figura 1.3). Así, las más comunes son los tipos: rojo (lirio en la lengua aymara), rosado (canche), blanco (janku), amarillo (churi), café (chullpe), rojo oscuro (pandela) y naranja (pera) (Fuentes et al., 2012; Bazile et al., 2014). Diversas variedades tradicionales de quínoa en la zona norte del país se encuentran estrechamente emparentados con variedades del ecotipo de salares de quínoa de Bolivia, donde no existe frontera natural entre ambos países (Fuentes et al., 2009b).

      Figura 1.2

      Diferencias morfológicas entre quínoas de salares, cultivadas en la macro zona norte, y quínoas de la costa, cultivadas en la macro zona centro y sur del país (Fotografías gentileza I. von Baer y P. Olguín).

      Figura 1.3

      Cultivo de quínoa en la comuna de Colchane, región de Tarapacá.

      En la región de Antofagasta, la quínoa se concentra en el territorio de la comuna de San Pedro de Atacama, específicamente en las localidades de Socaire, Río Grande, Camar y Talabre, cuyos agricultores son de origen atacameño. Su cultivo en esta área es menor, donde es sembrado aproximadamente por unos 30 (de 200) agricultores pertenecientes al Consejo de Pueblos Atacameños, Lickanantay, cuya misión es la autogestión del desarrollo local, participación en temas ambientales y productivos.

      Por otra parte, en la región de Atacama se han ejecutado recientemente diferentes iniciativas con el objetivo de seleccionar genotipos adaptados de quínoa para su establecimiento en ensayos agronómicos y condiciones de restricción hídrica controlada, y generar recomendaciones de manejo agronómico; caracterizar los genotipos según adaptabilidad y rendimiento de grano en respuesta a fertilidad y tasas de riego, considerando parámetros productivos y rentabilidad de agua; diferenciando genotipos de acuerdo a atributos funcionales y con ello sentar las bases para su potencial uso en la industria alimentaria; y transferir tecnologías que permitan difundir los avances, potencial y resultados obtenidos mediante actividades en terreno con productores e interesados (Fuentes et al., 2017).

      Macro zona centro

      La región de Coquimbo presenta un clima mediterráneo-desértico y semi-desértico, con una marcada estacionalidad, con precipitaciones que se producen en invierno, presentando ocho a diez meses secos por año. Se considera que el cultivo de la quínoa desapareció muy temprano al momento de la conquista española, siendo su reintroducción en la zona más o menos reciente, a través de diversos esfuerzos desarrollados básicamente desde la comunidad científica (Martínez et al., 2015). Este esfuerzo de reintroducción de la quínoa en la zona ha significado la adopción de su cultivo por parte de agricultores locales, básicamente a través de emprendimientos individuales, los cuales han permitido la especialización en su producción y la adquisición de maquinarias para cosecha y procesamiento de su grano.

      Las principales zonas de cultivo en la región están en las localidades de Salamanca, Combarbalá, Huentelauquén, Río Hurtado, Montepatria y Los Vilos; así como cultivos experimentales en las localidades de Vicuña, Coquimbo y Pan de Azúcar. Es importante destacar que esta zona de cultivo es considerada la zona límite de adaptación a la sensibilidad de fotoperíodo de la quínoa, donde genotipos del norte de Chile aún son capaces de desarrollarse completamente y producir grano. No obstante, los genotipos predominantes en el área son originarios de la zona del secano costero de la región de O’Higgins (Fuentes et al., 2017).

      La región de Valparaíso es considerada una zona emergente para el cultivo de la quínoa. La creación de una red de pequeños productores de quínoa en la provincia de Petorca, ha permitido la producción de quínoa como una posibilidad de reconversión y desarrollo de un nuevo rubro agrícola en la provincia, abarcando diferentes localidades, tales como La Ligua, Papudo, La Higuera, Longotoma, Retamillas, Casablanca y Llolleo. El material genético introducido en estas nuevas experiencias en la región de Valparaíso corresponde al de la zona del secano costero de la región de O’Higgins (Fuentes et al., 2017).

      La región Metropolitana representa una nueva zona de cultivo de la quínoa. El desarrollo de la quínoa en la zona es muy incipiente con reducidas superficies en el sector de Colina y como cultivo experimental realizado en la localidad de Pirque. Los genotipos utilizados en la zona son provenientes del área del secano costero de la región de O’Higgins y en ensayos experimentales, genotipos representativos de la región de O’Higgins hasta la región de Los Lagos (Fuentes et al., 2017).

      La quínoa en el área del secano costero de la región de O’Higgins es una de las más tradicionales en la macro zona centro. La quínoa en esta zona ha sido mantenida en cultivo como parte de una larga tradición agrícola compartida con el cultivo de trigo, papa y leguminosas. Las principales áreas del cultivo en la región son las comunas de Pichilemu, Pumanque, Paredones, San Fernando, Marchigüe y Lolol. En la zona los agricultores identifican solo un tipo de quínoa, la “blanca”. No obstante, también se señalan distintos sinónimos para el mismo tipo, tales como la “dorada” y “amarilla”. Así, la percepción que tienen agricultores sobre el cultivo de quínoa es la de ser una única semilla, pero con nombres distintos dependiendo

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