Cómo provocar un incendio y por qué. Jesse Ball

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Cómo provocar un incendio y por qué - Jesse  Ball

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para que lo aceptaran formalmente como miembro. Stephan no respondió. Me pregunté cuántos miembros habría.

      Del otro lado de la isla se filtraron ruidos entre los árboles. Hubo gritos: acababa de llegar otro grupo. Alguien hizo explotar unos petardos, o quizás fuese un arma, no lo sé.

      El mismo tipo volvió a hablarle a Stephan. Me incliné para escuchar. Le dijo: tienes un mes para provocar un incendio. Si no, estás afuera.

      Vio que lo estaba observando. Lo mismo corre para ti.

      Lo miré a los ojos y asentí como si no fuera gran cosa.

      Le dijo a Stephan que se moviera para poder sentarse al lado mío, y Stephan lo hizo.

      PREDICCIÓN

      Ese lunes me crucé con Stephan en la puerta de la escuela. Estaba solo, pateando una piedra contra la pared. El suelo en aquel sitio era seco y liso y no crecía nada. La piedra iba y venía entre la pared y su pie. Era hipnótico de ver. Le pregunté si las reuniones se hacían siempre en el mismo lugar.

      Me dijo que nunca había estado en Alcatraz. Había ido a otras dos reuniones, en la casa de un tipo. Los miembros de verdad tienen reuniones con los candidatos y además tienen sus propias reuniones. Le pregunté cómo se había enterado de la existencia de la sociedad. Me dijo que a través de su hermano, que estaba en el ejército en otro país.

      Dijo: fui a la casa de Stuart Rebos hace casi un mes. Había dos chicos más. Hablamos sobre provocar incendios. Ninguno de ellos había provocado todavía un incendio grande. Entonces llegó Jan, el chico que conociste. Nos enseñó algunas técnicas y nos dio un panfleto que le habían dado a él.

      Le pregunté cuántos años tenía Jan. Dijo que le parecía que unos veinticuatro. Que estaba seguro de que había ido a la universidad. Stephan dijo que Jan y su hermano solían ser amigos, pero que habían perdido casi todo contacto.

      Aquel día tuve libre la primera hora y la usé para escribir en mi libro de predicciones.

      Jan tratará de acostarse conmigo si me quedo a solas con él. No te quedes a solas con él.

      También escribí:

      Stephan no es tan inteligente como yo pensaba,

      pero eso no es una predicción.

      LA ADQUISICIÓN DE COSAS

      Acerca de adquirir cosas. Si una intenta adquirir cosas, pero no tiene ya muchísimas cosas, puede verse en problemas. Porque es posible que tenga que dar algunas de las cosas que tiene para conseguir el dinero que le permita adquirir parte de algo nuevo, pero cuando se le acaban las cosas que ya tiene para dar a cambio del dinero que le permita terminar de adquirir la cosa nueva, entonces se queda sin dinero para terminar de adquirir esa cosa, la nueva, y luego viene alguien y se lleva la cosa nueva, y por algún motivo una se queda sin nada, aunque al comienzo sí tenía algunas cosas (aunque fueran cosas de mierda, eran suyas).

      Tal vez tenga más sentido si doy un ejemplo. Mi tía se compró un auto, pero solo tiene dinero para la comida (un conocido suyo nos deja vivir en este garaje, así que no paga alquiler). Realmente no tiene dinero para pagar el auto. Creo que lo compró para poder llevarme a lugares y cosas así. Recuerdo que dijo algo por el estilo. Quizás pensó que, como es vieja, no podíamos movernos juntas sin un auto. La cuestión es que tuvo que vender sus joyas de cuando estuvo casada hace como cien años (él se murió cuando ella tenía apenas diecinueve, un año después de la boda). Tuvo que vender su clarinete y su piano. No era un buen piano, tan solo un pequeño vertical desafinado, pero solía tocarlo todo el tiempo.

      Después de que vendió todas esas cosas, no le quedó nada más para vender. Se salteó algunas cuotas y durante un tiempo las reclamaron por teléfono. Todo eso nos conduce al sábado por la mañana.

      Cuando nos despertamos nos encontramos con dos tipos grandotes afuera. Abrieron el auto a la fuerza y se lo llevaron. Yo les grité un montón de cosas y traté de llamar a la policía, pero mi tía dijo que era inútil. Los hombres del embargo y la policía tienen un convenio. Por otra parte uno de mis libros preferidos estaba en el asiento trasero del auto, y eso lo robaron. Quizás tenían derecho a llevarse el auto, no lo sé. Pero el libro, Un bárbaro en el jardín, de Zbigniew Herbert, ese libro era mío, y es imposible que ellos estuvieran preparados para apreciarlo. Probablemente haya que leer quinientos libros antes de poder leer ese.

      Mi tía dijo que ahora yo tenía algo bueno para esperar del futuro. ¿Qué era? Me dijo que cuando vaya a las librerías de segunda mano terminaré por encontrarlo, y será una especie de reencuentro. Mientras tanto, hay libros de sobra para leer.

      Ni siquiera se quejó del auto. Ni una sola vez. Yo tenía la esperanza de que les disparara. En eso pensaba cuando vi lo enormes que eran los tipos. Sé que tiene una pistola. Es por lo que les pasó a mi papá y mi mamá. Mi tía no es una persona violenta, pero haber sido la primera en llegar (yo estaba en lo de una amiga cuando sucedió) creo que fue difícil para ella. Para cuando llegué a casa, me abrí paso entre los policías y ya no había nada para ver, así que nunca lo vi. Mi mamá ya estaba en el hospital; mi papá, en la morgue. Me alegro de no haberlo visto, porque a mi tía realmente le jodió la cabeza. Pero también estoy un poco celosa, porque siento que era algo que me tocaba ver a mí, y nunca lo vi.

      PREDICCIÓN

      En unos diez minutos mi tía va a proponerme que vayamos caminando al parque Muscha a dar de comer a las palomas y a leer y que más tarde nos compremos un pancho en un puesto callejero. Así que iremos al parque y nos sentaremos a darles a las palomas un poco del pan que nos van a regalar en una panadería y leeremos, y más tarde comeremos un pancho en un puesto callejero. Lo que dije: uno para las dos.

      Durante un tiempo quise ser vegetariana, pero no está en las cartas. Comprar buenas verduras es muy costoso. Algún día, quizás.

      Cuando pienso en lo que me depara el futuro, es un poco como mirar el sol de frente. Pestañeo y desvío la mirada, o bien no lo hago y mis ojos arden un poco, como velas, y por un rato no veo nada.

      Por el modo en que están planteadas las cosas, me resulta fácil saber cómo actuar, pero no está tan claro si me terminará yendo bien. No tengo ninguna intención de ir a la universidad. Alguien me mencionó el programa de una universidad de la zona, una buena universidad. El programa parecía estupendo, así que me puse a leer uno de los libros del profesor. Es toda una eminencia, recibe premios, va a lugares sofisticados. En la web de la universidad hay una foto suya dándole la mano al presidente. Es de no creer.

      Su libro era malo, muy flojo desde el punto de vista intelectual. No creo que el tipo tenga una mente muy desarrollada, o tal vez se le haya contaminado en algún momento. Por no mencionar que confraterniza con oligarcas de pacotilla.

      Yo me pregunto: ¿para qué estudiar con alguien así? No tengo ninguna intención de doblegarme intelectualmente ante una persona semejante. Mi tía dice que soy vanidosa y que alardeo, pero ella no sabe que no hablo con nadie.

      LO QUE SUCEDIÓ

      Fue tal cual. Mi tía se sintió bastante mal por lo del auto. No creo que le importe no tener auto, pero creo que le daba vergüenza por mí, porque vivir en un garaje y no tener ni un centavo y tampoco tener auto me va a hacer la vida difícil en la escuela. No me la hará difícil en un sentido metafísico: puedo arreglármelas.

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