Al oriente del Edén. Francisco López Taboada

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Al oriente del Edén - Francisco López Taboada

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nombre Mahalaleel. Murió a los 910 años habiendo tenido muchos más hijos e hijas. Su nombre significa «lamento», que proviene de una raíz que significa «nido, cámara, aposento, o nidada» (Str. 7064, 7018).

      Apenas habían pasado 300 años de la vida del hombre sobre la tierra y la maldad ya había empezado a multiplicarse. Su nombre expresa la realidad de aquel tiempo. Aún así podían elegir entre servir y honrar a Dios, como al parecer lo hicieron él y su descendencia; o adorar a ídolos hechos por manos de hombres y llenar la tierra de maldad y violencia como lo hicieron Caín y su descendencia. Sigamos mas bien el ejemplo de Josué despidiéndose de su pueblo Israel: «Pero si te niegas a servir al Señor, elige hoy mismo a quién servirás... Pero en cuanto a mí y a mi familia, nosotros serviremos al Señor».

      MAHALALEEL

      Por las Escrituras sabemos que Mahalaleel fue hijo de Cainán, ocupa el cuarto lugar en la descendencia de Set (el quinto desde Adán), a la edad de 65 años tuvo su hijo Primogénito al que llamó Jared, tuvo otros hijos e hijas y murió cargado de días a los 895 años de vida. Aparte de la mención que se hace de él en 1º de Crónicas 1 y Lucas 3:37, relativos a las genealogías, por las Escrituras no sabríamos mucho más de él.

      Sin embargo, según el «Libro de los Jubileos» (también denominado ‘Génesis Pequeño’ o ‘Testamento de Moisés’, un texto religioso de origen hebreo escrito en torno al año 100 a. C), el nombre de su mujer fue Dinah, la cual además de esposa, era prima suya y madre de Jared. Los 895 años que vivió Mahalaleel, siendo muchísimos si los comparamos con la esperanza de vida hoy, parecería que se empezaba a producir una reducción progresiva de la longevidad a medida que nos íbamos alejando del ‘Árbol de la Vida’, que se hallaba en el centro del Huerto de Edén.

      Existe así mismo una mención en el capítulo 83 del «Libro de Enoc». Éste recibe una visión en sueños de parte del Señor, donde le es revelado el juicio de Dios que vendrá sobre la humanidad mediante un diluvio universal que arrasará la tierra, salvándose únicamente los justos en Jehová. El relato de la visión sucede mientras Enoc se halla en la casa de su Abuelo Mahalaleel, estando presente también su hijo Matusalén. Dicho relato pone de relieve la bendición de una familia creyente en el Dios de la Gracia, que comparten juntos las Buenas Nuevas de salvación.

      JARED

      En los v 18 y 19 del capítulo 5 la Palabra nos dice que Jared fue el primogénito de Mahalaleel, hijo de Cainán. Según este, fue hijo de Mahalaleel cuando tenía 65 años, y su padre vivió hasta la edad de ochocientos noventa y cinco años. Jared fue el padre de Enoc a la edad de 162 años, y tras el nacimiento de Enoc vivió otros ochos siglos y tuvo otros hijos e hijas. En total vivió 962 años y murió. Nos llama la atención aquí el hecho que los patriarcas habidos entes de él fueron disminuyendo su longevidad, así como la edad en que se casaron y tuvieron su primer hijo. Pero una vez llegados a Jared los años de vida dan un gran ‘salto de longitud’ y se posicionan de nuevo al alza, superando incluso la edad de nuestros primeros padres Adán y Eva.

      Sólo fue superado por su nieto Matusalén con 969 años, el ser humano más longevo hasta el día de hoy. También parece que tardó mucho más que su padre en casarse y tener su hijo primogénito Enoc, 162 años, frente a los 65 que tenía su padre cuando le tuvo a él. Desde luego, toda una evidencia de energía y favor de Dios.

      ENOC

      A este Enoc que aparece en la genealogía de Set ,se le suele llamar «Enoc II» para diferenciarle del primer Enoc, hijo de Caín y padre de Irad, de quien Caín tomó su nombre para nombrar a la ciudad que él mismo construyó. Los v 21 al 24 de este capítulo nos dejan una breve descripción de la vida de Enoc. A los 65 años tuvo su primer hijo que le llamó Matusalén, vivió 300 años más de vida durante los cuales tuvo más hijos e hijas, y a la edad de 365 años la Escritura nos dice que «desapareció porque Dios se lo llevó».

      Moisés afirma dos veces seguidas que el Señor se lo llevó porque «caminó con Dios». El mismo apóstol Pablo insiste igualmente en Enoc como un campeón de la fe, quien fue «traspuesto» (no significa necesariamente que no murió, sino que también se podría entender que no experimentó los rigores de la muerte, ya que el mismo Jesús dijo que «nadie subió al cielo sino el Hijo del Hombre que descendió del cielo»), por haber agradado a Dios (Hebreos 11:5).

      La vida de Enoc es un ejemplo para todas las generaciones de creyentes. No es posible agradar a Dios si no andamos en sus caminos. Según los v 6, 14 y 15 de la epístola universal de Judas, entendemos que el señor le reveló a Enoc una profecía sobre las cosas que sucederían en el futuro, y como profeta y amigo de Dios, el mismo Señor se ocupó de él (como también se ocupó del cuerpo de Moisés después de su muerte a los 120 años), a causa de ser perseguido por proclamar la revelación que Dios le dio, en un mundo violento y extremadamente peligroso; a pesar de que tan sólo habían pasado poco más de años 400 desde la Creación. A causa de ello Dios juzgó a la raza humana en los días de Noé por su gran iniquidad y corrupción.

      Posiblemente Enoc estaba siendo perseguido, corriendo gran peligro su vida por predicar en esos días un Evangelio de arrepentimiento y perdón a Dios en medio de tanta corrupción, y el Señor de algún forma lo libró. Respecto a la obra conocida como «Libro de Enoc», entendemos que una parte del libro es original de Enoc y corresponde a la revelación que Dios comunicó a Enoc para el arrepentimiento de sus contemporáneos: «¡Escuchad! El Señor viene con incontables millares de sus santos para ejecutar juicio sobre la gente de este mundo. Declarará culpables a los seres humanos por todos los actos perversos … y a los pecadores rebeldes por todos los insultos que hayan dicho contra Él» (Enoc 1:9). Sin embargo, otra parte del libro fue añadido posteriormente entre los siglos IV al I antes de Cristo. El propio Judas apóstol en su epístola universal utiliza algunos versículos tomados de su libro, en lo relativo a la profecía sobre el juicio de Dios para los que se han alejado de Él.

      Aprendamos a caminar con Cristo como lo hizo Enoc durante todos los días que el Señor le permitió vivir en esta tierra.

      MATUSALÉN

      A pesar de la poca información que nos dan las Escrituras en este texto, hay varios aspectos que podemos apreciar en la vida de Matusalén que me gustaría destacar.

      – El primero proviene de su propio nombre, que en el original hebreo es «Metushélakj» y significa ‘hombre de dardo’, el cual proviene de la raíz «mat», que se traduce por ‘adulto’, ‘hombres’, ‘siervos’ y ‘varones’ (Strongs 4968, 4962); y de la raíz «shélakj» que significa ‘dar en el blanco’ (Str. 7973). Lo cual nos hace pensar que su nombre hace honor a la definición de su vida de relación con el Señor, es decir, ‘varón de Dios que dio en el blanco’. Esa es precisamente la definición de la «fe» en el Señor. La palabra que se utiliza en el Nuevo Testamento para ‘pecado’, escrito en el griego es «Hamartia», lo cual significa ‘herrar el blanco’. El apóstol Pablo nos invita no sólo a hacerlo una vez, sino a proseguir la meta de forma continuada, poniendo los ojos en Jesús: «olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.» (Filip.3:13-14).

      El segundo aspecto que es a destacar en Matusalén es su larga vida. Si por definición la vida es un don del cielo, una larga vida es una gran bendición que el Señor le concedió a Matusalén, convirtiéndole en el hombre más longevo de todos los tiempos.

      – El tercer aspecto tiene que ver en parte con su longevidad y parte con la misericordia de Dios y la manera en que las matemáticas del Señor suman en favor de aquellos que le aman. Haciendo un sencillo calculo algebraico siguiendo la edad en que murió Matusalén y comparando la vida de su hijo Lamec y la edad que tenía su nieto Noé cuando empezó el diluvio

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